Rousseff pide «calma» con Venezuela
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, declaró hoy que es «importante» que los países americanos analicen con «calma» la situación en Venezuela, pues una ruptura democrática en ese país pudiera desembocar en «un conflicto sangriento».
«Los países de la región tenemos que colaborar para que haya un diálogo» entre el Gobierno y la oposición venezolana, dijo Rousseff en una rueda de prensa tras una reunión con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el marco de la VII Cumbre de las Américas que se celebra en Panamá.
Las últimas sanciones que la Casa Blanca ha aplicado a siete funcionarios venezolanos mediante una orden ejecutiva que declara a ese país como una «amenaza» para la seguridad de Estados Unidos fue uno de los asuntos más polémicos de la Cumbre de Panamá.
«Venezuela no es ninguna amenaza para Estados Unidos», declaró la mandataria brasileña, cuyo país apoyó una moción de Venezuela en el sentido de incluir una condena a esas sanciones en el documento final de la cumbre, lo que fue rechazado por EE.UU. y Canadá.
Por la falta de consenso, la VII Cumbre de las Américas concluirá hoy sin un documento conjunto, que será sustituido por un informe de la Presidencia panameña sobre la cita.
Preguntada sobre la situación de los opositores venezolanos y en particular de aquellos que permanecen detenidos, como el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, Rousseff consideró que se trata de un asunto interno sobre el cual no debe opinar.
«Respeto, no interfiero y no comento sobre quienes están presos en Venezuela, así como no opino de los presos en Guantánamo», dijo.
Rousseff, cuyo país integra junto con Ecuador y Colombia una comisión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que intenta propiciar un diálogo entre la oposición y el Gobierno de Venezuela, insistió en que ese «es el único camino» para la crisis en ese país.
«Tiene que haber diálogo, tiene que haber elecciones y todas las partes tienen que respetar los resultados», indicó en alusión a los comicios legislativos que se celebrarán en Venezuela este año, en un fecha aún no definida.
«Es importante que toda la región tenga tranquilidad y calma frente a Venezuela, porque si hubiera una ruptura democrática eso pudiera llevar a un conflicto sangriento y no sería bueno para nadie», alertó.
También apuntó que, más allá del diálogo, también es necesario que «tanto el Gobierno como la oposición sean respetados, y que también se respeten» entre ellos.