Yo, el epistolar
Queridos hermanos y camaradas del proceso mío:
Les escribo con esta mi letra palmer, a la zurda y con un bolígrafo que me regalaron en una Cumbre de tantas, para informarles que de ahora en adelante me comunicaré con UDS. ¡ay papá! también por carta.
Me he dado cuenta que soy un machete escribiendo epístolas y misivas, mejor que el Libertador mismo, que a lo mejor no escribía nada de tanta batalla que daba, el asimétrico, y dictaba una idea y su escribano redactaba como si fuera mi subordinado, a rajatabla. No eso no va conmigo, YO hago todo, pienso, redacto, escribo, reviso y firmo. No vaya a ser que me echen una vaina esos Ministraídos de ocasión, menestrales inútiles, operarios políticos, que para nada sirven, ya los regañaré delante del Soberano, es decir, frente a mí mismo.
Mis cartas son ciertamente de antología, está para muestra, esa última que le escribí a mi Ex – Vice, como lloriqueé y me reí escribiéndola, sin pito en la boca, como lloró, de pura emoción bolivariana, el destinatario al saber que ya no me tendría más a MI para aconsejarlo y encauzarlo por los rieles de esta locomotora que soy. Me dicen las malas lenguas, los de la oposición escuálida, los dictadores mediáticos y que se volvió marciano, pero eso le pasa a los que trabajan conmigo, los vuelvo loquitos, los convierto en extra – terrestres.
Pero volvamos a mis epístolas, a esas misivas semanales en las que comentaré, sin parábolas y sin pararle bolas a ningún otro Poder, que no lo hay porque YO soy el PODER. Las cartas serán siempre manuscritas, nada de imperialistas e-mail ni de enviarlo a través de ese invento diabólico que mientan Internet ¡NO SEÑOR! Como decía al que no he visto más, que se cuide que a lo mejor le disparo pronto una misiva mía que son más efectivas que misil ruso ¡dígalo ahí gobierno francés!, ¡ah François! qué te quedaste turulato con lo que le escribí al compadre de Adán preso allá en La Bastilla y qué por terrorista.
Pues bien las cartas serán manuscritas, es decir, escritas con mi sola mano y abundante imaginación, estarán personalizadas y serán entregadas por los combatientes de la Misión EVANGELIO a cada hermano del proceso a las 6 de la mañana del día siguiente en su mismita casa de habitación, antes de ir para el trabajo, ¡si es que casa y trabajo hay!
En ellas, mis bolivarianas epístolas, les informaré de todo como siempre, de lo que pasa en mi casa, en casa de mi mamá, en casa de la Innombrable – porqué si la nombras puedes ir preso como el Marqués de Cualtal -, lo que pasa en el Imperio, en el Cono, en Palestina, en todo el mundo, pues.
Las epístolas serán traducidas, tan pronto vayan saliendo de mi mano, a los otros dos idiomas oficiales del proceso: el persa y el mandarín, habrá también versiones en quechua, tupiguaraní y aimara para los hermanos del altiplano que haremos llegar ahí mismito en avión ruso de combate.
Mis epístolas, mis enseñanzas, la PALABRA DE TU SEÑOR, serán distribuidas por la nueva Misión EVANGELIO, encargada de llevar mi buena nueva de donde me encuentre en cualquier lugar del mundo a tu casa que, como ya saben, también es la mía.
Eso sí, especuladores y acaparadores, ¡farsantes mercaderes del templo!, se los advierto bien claro y desde ahora, como llevarán mi firma autógrafa, no las acepten, so pena de prisión, como pago por un litro de gasolina, por un kilovatio – hora, ni por un litro de leche ni por un bistec.
¡Os amo con frenesí!
YO