El día que Chávez mató otra vez a León Trotski
No creo superfluo aclarar de entrada, que no teniendo el mas elemental compromiso con el ideario de Trotski, si puedo por disciplina intelectual relatar, de manera absolutamente objetiva, el tipo de propuestas suyas y de los bolcheviques, que ahora Chávez agarró solo como una frase sonora para su repertorio de peroratas de impostor.
Muchos amigos me llamaron el día del mensaje de reinicio de mandato, para hacerme bromas sobre la reivindicación que Chávez habría hecho de León Trotski, en su discurso del 10 de Enero.
Como saben todos ellos, en mis años mozos de revolucionario, que por cierto se prolongaron bastante, siempre había sido partidario de la línea de diagnósticos y pronósticos del líder ruso, que con Lenin asaltó el poder, fundó el Ejército Rojo y la propia Unión Soviética. Lo que muchos no saben quizá, es que también pronosticó la autodestrucción de esta cárcel de pueblos y reino del totalitarismo burocrático, 50 años antes de su final desaparición en 1989, a partir de la Glasnov y Perestroika de Mijail Gorvachev.
Cuando yo oí al presidente mencionar la supuesta frase de Trotstki “La revolución es permanente, nunca termina” y agregó: “Vámonos con Trotski. Es Trotski el que tiene la razón; la revolución no termina». Me dije, que vaina, que fastidio, me va a tocar tener que aclarar esta nueva locura, que es de las grandes, a pesar de que se tome como una frase suelta más del repertorio subversivo pirateado del presidente.
Perdonen una aclaratoria mas no por pedantería, sino por lo irrelevante, pero debo dar a conocer a muchos lectores que en este país, no hay un venezolano que conozca mas del tal Trotski que este escribidor, porque milité día tras día, por largos y continuos 20 de los mejores años de mi vida, en sus propuestas y que además no me arrepiento, no solo por lo inútil de tal propósito, sino porque además creo que si el socialismo era posible, lo era solo como la extensión mundial de la revolución obrera, que únicamente el bolchevismo la hubiera hecho viable y en lo cual creí firmemente, hasta que ello se reveló una amarga utopía.
Pero la distancia y diferencia que hay entre el bolchevismo de Lenin y Trotski, con Chávez y el chavismo, es la misma que existe entre una marcha militar y una sinfonía de Ludwig van Beethoven, entre una partícula estelar inmaterial de neutrino de los 66 mil millones, que atraviesan cada centímetro de nuestro cuerpo, a la velocidad de la luz, cada segundo y la inconmensurable distancia del espacio tiempo que nos separa de la galaxia mas distante.
Este es un artículo sobre discusión teórica no apto para quienes detestan este tipo de debate, aunque creo que si supieran lo que dependen de ello lo tomarían muy en serio. Por ejemplo la brillante amiga Ana Julia Jatar, se conformó con una polémica muy parcial y secundaria sobre esa frase en boca del atronao, pero lamento decirle que vale la pena pasearse por lo medular de lo que quiso y no puede decir Chávez por simple ignorancia. Por lo menos se, que dada la enorme seriedad intelectual de Ana Julia, ella estará obligada a leer mi perorata.
En el momento de oír en el discurso el nombre de Trotski y esas frases ya citadas me dije, IGNORANTE, que sabrás tú de lo que significaba esa fórmula de Trostki, que acertó y se equivocó en grande, pero que no merece que de ñapa vengas como farsante, en pose intelectual, a volver a asesinarlo.
Me propuse de todas formas, para escribir estas líneas, no andar buscando en mi biblioteca ningún texto para demostrar nada.
A un bocón que solo conoce de Trotski el título, de uno de sus centenares de artículos, ensayos y libros, que de paso tergiversa con eso de “nunca termina”, solo puede respondérsele o anotar para gente seria, la simple constatación, de que una vez mas ese farsante propaló disparates y solo merece ser tomado en serio por sus secuaces.
¿Pero porque aparentemente gastar pólvora en zamuros, explicando lo que sigue? Por la sencilla razón que no escribo ni para ellos, ni para sus acólitos, que jamás entenderán por brutos o se negaran a razonar por cínicos.
Mi único compromiso aquí es con la verdad histórica y con la seriedad intelectual. Hasta en este nimio incidente, Chávez, en ese discurso divulgó algo, como en muchos otros, exhibiendo crasa ignorancia y si le supongo picardía, quizá tuvo por interés enviar un mensaje para muchos destinos. Porque astuto si es él. Ese no da puntada sin dedal.
Si les parece, entre su ignorancia y su astucia, simultáneas, caminemos por los avatares de una y otra hipótesis. Pero para hacerlo necesito obviar a algunos de mis lectores que quieren solo una pastillita de rápida repercusión polémica y solo quisieran que yo contrariara, con una frase o un titulo mío, lo que el teórico de los topochales barineses, entendió de la memorización de una tapa de libro.
Dejen el agite y vamos al inevitable cuento del asunto. Si solo querían un par de adjetivos contra el gran orate ya los tienen y pueden dejar de leerme. No me molesta.
Entre 1902 y abril de 1917, Trotski, que era por lo menos de la talla intelectual de Lenin y de un prestigio igual o superior, entre las filas obreras revolucionarias de Europa y de Rusia en particular, (llamadas indistintamente socialdemócratas y socialistas) y debatían en fricción sobre una cuestión teórica vital, para la estrategia revolucionaria de la toma del poder, tanto para Rusia como para el mundo. (Posdata 1)
Como la herencia teórica para ese entonces era muy reciente de Marx- Engels, su discípulo Plejanov, el padre de la social democracia Rusa, todavía sostenía que la revolución solo podría producirse como expresión del proletariado revolucionario, en su base social y en su dirección política, lo que llevaba a imaginar, en la ortodoxia, su imposibilidad o inviabilidad en países atrasados. Así esta especie de dogma, metió a los marxistas rusos en el dilema de que habría que esperar entonces, un largo desarrollo del capitalismo, para pensar en la revolución socialista.
De hecho esa fue, en la práctica, la tesis de Plejanov y los mencheviques (la “derecha” del Partido Obrero Social Demócrata Ruso) que postulaban entonces la necesidad de hacer una revolución profunda, “democrático burguesa”, en alianza con la burguesía liberal, contra la autocracia zarista, para liberar el estado y la economía del lastre de la aristocracia y de la asfixia de estos terratenientes, amén del dominio económico del imperialismo Ingles y del naciente alemán.
Los Bolcheviques sostenían, por el contrario, que independientemente de las alianzas tácticas y limitadas con la burguesía liberal, había que pensar en una revolución sin ella e incluso contra ella, considerándola cómplice del zarismo y a los mencheviques como sus lacayos…tal era la ácida polémica central al duro estilo de Lenin y Trotski.
Pero, lo que ni siquiera el esquematismo bolchevique podía obviar, era la realidad sobre que, efectivamente, el movimiento obrero era ultra minoritario y la masa campesina la determinante en una proporción de
9 a 1.
Fue en torno a esto que surgió la inevitable discusión; ya no solo contra los de la propuesta de Revolución por Etapas, de corte menchevique, reformista, sino que arrastraba también a las dudas y debates a los bolcheviques de Lenin y su periferia, que incluía a Trostki, jefe revolucionario de San Petersburgo y ya conocido en las polémicas, sobre cual debía ser el contenido de clase (político y espacial -físico-organizativo-) y cual la dirección social y política de la revolución, que cada tendencia propugnaba y que debatían entre marxistas de toda Europa.
El propio Lenin propuso entonces una tesis que suponía, además de una astucia teórica, dejarle la solución de la incógnita al desarrollo mismo de los acontecimientos, cuando estallare la crisis revolucionaria.
Lenin lanzó la consigna de luchar por imponer una: “Dictadura Democrática de obreros y Campesinos” Así, en esta propuesta paradójica leninista, la “dictadura revolucionaria” se asignaba responder simultáneamente a la “cuestión democrática”, de buscar sepultar la autocracia zarista para imponer, con una revolución violenta, las libertades, el acceso a la propiedad de la tierra para los campesinos, la liquidación de la nobleza y los restos de la servidumbre, la independencia nacional efectiva respecto a los imperialismos europeos, etc. ( el imperio zarista era dual, opresor imperialista de nacionalidades internas y a su vez sometido a los monopolios occidentales)
Pero además debían asumirse las tareas propiamente socialistas: las atinentes a la expropiación masiva de la aristocracia terrateniente y de la burguesía urbana, para pasar al control del movimiento obrero las relaciones de producción y las propiedades de los medios de producción mismos, mediante el control de la industria y los trasportes y servicios con las estatizaciones, además de ejercer el monopolio estatal de la banca y del comercio exterior.
Si embargo en la fórmula de Lenin se dejaba abierta la cuestión de la hegemonía social y los tiempos en que ello se resolvía al final.
Se dejaba sin cierre, cuanto se permanecía en dictadura democrática, y si se mantenía o no, un grueso de la propiedad privada, los limites y contenido de la democracia política y como se jerarquizaban las expresiones institucionales- jurídicas, de las clases revolucionarias, el proletariado y el campesinado pobre y explotado, en la estructura del estado revolucionario. Se consideraba a ambas clases como tales, como forjadoras del nuevo estado que nacería de las cenizas del estado capitalista y autocrático zarista.
Y cuando se le enredaba el papagayo con el asunto de los pronósticos, Lenin apelaba a que de todas formas, el partido revolucionario del proletariado, el bolchevique, era el que en última instancia garantizaría el cumplimiento del objetivo socialista final.
Trotski postuló entonces la llamada REVOLUCION PERMANENTE contra esa tesis leninista, que llamó algebraica y de REVOLUCION POR ETAPAS, por considerar que dejaba trasponer, como en una formula matemática, los términos de cual sería el factor determinante, si la dictadura o la democracia, si el determinante era el proletariado o el campesinado, y si primaba la propiedad privada o la propiedad de estado, de la dictadura del proletariado.
Trotski afirmaba que conociéndose la imposibilidad para el campesinado de ejercer ninguna independencia política, por cuanto es clase heterogénea por definición, que va del rico terrateniente, al peón súper-explotado y sin tierra, incapaz entonces de jugar papel político propio alguno, respecto a la burguesía, se daba por descontado y cierto que ese campesinado en sus sectores acomodados expresarían abiertamente los intereses de la reacción capitalista.
NO SE PODIA , DECÍA Trotski, dejar abierto esa probable hegemonía y contradiciendo la propuesta de Lenin afirmaba, que debería ser la dictadura del proletariado, el régimen político a imponer, mediante la movilización revolucionaria del movimiento obrero, que arrastrara tras de si al campesinado pobre y sin tierra, interesado en la batalla por la propiedad de ella, contra los terratenientes aristócratas, pero que esta lucha deberá, para garantizar que efectivamente que se lleve hasta las ultimas consecuencias, no dejar abierta ninguna fórmula algebraica, y hacerse bajo la dirección política del partido obrero revolucionario y el eje del poder político en manos del proletariado en armas.
Esta teoría significaba además que la revolución dejaba de ser un privilegio solo para países capitalistas avanzados y se transformaba en viable para toda nación donde el proletariado, por su densidad numérica o por calidad política, (p.e. Rusia) pudiera jugar un rol políticamente independiente, para asumir la conducción, como caudillo social de la nación oprimida, en particular sus masas campesinas pobres, para emanciparse todos del dominio imperialista mundial.
Como se ve era una discusión entre revolucionarios, donde la acusación de etapista que hacia Trotski de Lenin, apenas era un recurso polémico, porque ambos estaban en contra de los mencheviques y reformistas socialdemócratas europeos, que ya con Eduard Bernstein y luego “el renegado” karl Kauski (así lo llamó Lenin al líder social Demócrata Alemán) proponían que el socialismo era un movimiento continuo de reformas progresivas, que hacían inútil, o innecesaria y hasta contraproducente el paso de hacer una revolución. “El fin es nada el movimiento lo es todo” quedó como la característica central de la política socialdemócrata.
Lenin por su parte acusaba a Trotski y su “permanentismo” de soslayar y hasta desconocer el peso social del campesinado, como necesario aliado de la revolución obrera. (Posdata 2)
Así de sencilla fue la discusión que dio razón a Trotski en su Teoría de la Revolución Permanente y podemos resumir dejando en ridículo al “teórico” Chávez, argumentando que:
a. La teoría originalmente es para defender la tesis que debe ser el proletariado, políticamente independiente quien dirija, con su partido bolchevique, la revolución obrera y socialista, SIN DETENERSE EN UNA FASE DEMOCRATICO BURGUESA.
B. Esta revolución cumplirá sus tareas democráticas, de forma ininterrumpida, asumiéndolas de manera simultánea con las propiamente socialistas, de expropiación de la burguesía. Ese es el carácter permanente. No hay etapas. Es un proceso contínuo de rápida construcción del estado obrero revolucionario, que solo puede garantizar su estabilidad y desarrollo en la lucha por la revolución internacional.
(Posdata 3)
c. No debe confundirse esto con que tenga que expropiarse a todo el mundo e imponer una economía colectivista a ultranza, esta puede ser gradual, pero lo que no se discutía entre los marxistas rusos, es que el poder político pertenece al proletariado, organizado en partido comunista y a la cabeza de los soviets (consejos) que organizan, autodeterminándose, a las masas revolucionarias armadas y movilizadas en defensa de su poder sovietista.
d. Una vez que el proletariado toma por asalto el poder político, no se detiene y por encima de las fronteras, cuidando la correlación de fuerzas por supuesto, para no poner en peligro las conquistas, busca la fórmula para alzar a todo el movimiento obrero mundial, contra el imperialismo. El movimiento solo puede detenerse con la victoria final de la revolución socialista en todo el planeta, imponiendo la Republica Universal de los Consejos Obreros.
Solo quien quiera deliberadamente mezclar y confundir todo y degradar discusiones serias, para meterlas en el batíburrillo ideológico del chavismo, puede creer que estas ideas de los bolcheviques y Trotski tienen algo que ver con el discurso de Chávez.
Me puede decir alguien con seriedad: ¿que tiene que ver el chavismo, que anda desesperado por taparear que sus altos funcionarios ganan 30 millones de bolívares mensuales, para que sus hambreados adeptos de base popular no lo sepan, con la dictadura del proletariado revolucionario?.
¿Será que algún momento que no percibimos que Chávez se transformó en Lenin y el gordo Barreto o Pedro Carreño asumieron el papel de Trotski?.
Nada nuevo bajo el sol amigos. Chávez, solo vio el título del primer ensayo que representa una teoría elaborada en cuarenta años con aportes sucesivos del propio Trotski, en miles de páginas, de desarrollos teóricos de crecientes complejidades, que recogen y sistematizan la teoría revolucionaria de la lucha dada por Trotski que analiza y propone el programa contra la burocracia (la revolución política para su derrocamiento) dada la involución acelerada de la URSS, ya bajo el dominio de una burocracia privilegiada y reaccionaria, que ordena su asesinato, por un agente de Stalin en 1940.
Particular mención en los desarrollos de esta concepción teórica, de la revolución mundial, bajo el lente marxista, merecen las tesis de Trotski, sobre el fenómeno fascista en Alemania y toda Europa y su denuncia sistemática de cómo la política de Stalin y la dirección de la Internacional Comunista, enfeudada a Moscú, facilitan, casi auspiciando el triunfo fascista y la inevitabilidad de la Segunda Guerra, que él estima imparable por la política de colaboración de clases con el “imperialismo democrático” en los llamados “frentes Populares” ,que reventaron la revolución y asesinaron la república española y la independencia política del movimiento obrero en decenas de naciones.
Chávez creyó que esa era una frase mas, como las que zumba de Zamora, y así la gritó, ante el asombro de demasiados bicharracos de formación estalinista, que son ahora fichas claves de la nueva burguesía roja gobernante y que se les espelucó el cuerpo de verse dirigidos por alguien que invoca el diablo de los burócratas del mundo entero.
Si Chávez está tan convencido de esas tesis de Trotski, ¿porque no le propone a Raúl Castro que le reúna unos 1000 cuadros del PC cubano para él hablarle de esa novedad? Quizás no sepa que el anti-trotskismo se lo dan en el biberón a los burócratas cubanos.
De la Teoría de la Revolución Permanente, para proponer la revolución proletaria internacional, el sabio de Sabaneta solo pescó lo sonoro de la vaina, para hablar bolserías de una revolución de discurso y creer que solo se trata de anunciar un pleito sin respiro y para todas partes, pero ni se enteró que la condición indispensable, para hablar del tema, es pasearse por la cuestión de cual clase, que tipo de partido, y de dirigente, debe representar esa revolución permanente.
Yo no se de demasiadas, cosas pero les puedo jurar que Chávez es lo mas ajeno que podamos imaginar al trotskismo obrero e internacionalista.
Si este charlatán Chávez, supiera el vómito negro que Trotski vertió sobre personajes similares a él, a lo largo de décadas, ni siquiera mencionaría su nombre en público, y lo repudiara con toda clase de calumnias como sin ninguna duda lo hacen todos los funcionarios de su gobierno, que se formaron a la sombra del viejo Partido Comunista de Venezuela, de la extinta Unión soviética y del castrismo cubano, que dejó morir en las cárceles al igual que los rusos, a todos los que tuvieron que ver con las tesis trotskistas.
¿Por qué lo cita entonces? ¿Solo por ignorante? No amigos yo creo que esa cita, hay cierta intuición, es un mensaje para los suyos y decirles que están bailando en un tusero con un par de alpargatas nuevas, que les vigila, que la revolución, si él la profundiza, se los lleva por delante también a ellos.
No creo que llegó a pensar en una carambola de piquete, respecto a la nueva dirección de Raúl Castro en Cuba. Es una lastima que no enfocaran la cara del embajador castrista, que seguramente fue mínimo de sorpresa.
¿Fue una manera de decirle a los cubanos que él se les meterá en sus pleitos internos como proponente o apoyo de una línea de volver a las andadas en la promoción de la revolución internacional?
Les diré que por su ignorancia no creo esto, que constituiría un golpe al hígado a Raúl Castro, que si sabe de esta discusión, porque la hicieron 100 veces, para oponerse a cualquier nueva veleidad internacionalista, en los viejos términos de la “solidaridad combatiente” y cambiar esa viejas proclamas subversivas, por operar cataratas pagadas a precio de oro por Chávez y su chequera PDVSA que todo lo puede.
Mas bien, si de verdad Chávez conoce lo elemental del ideario del viejo revolucionario ruso, que hizo de su lucha contra los burócratas que parasitaban la revolución, una pasión descomunal, podíamos hasta llamarla purista, de su combate implacable contra todo acomodamiento al orden burgués, su mensaje recogido por Chávez, además de un toque suicida, era entonces dirigido contra los privilegios y contra conformarse con quedarse en esta fase entrampada en que están.
¿Por carambola quiere decirles a los embajadores de los países poderosos y a lo de vecinos incómodos, que quisieran presionarle por cuenta de USA, que el dispone de una voluntad especial, para desatar un proceso revolucionario de alcance internacional?
¿Quiso acaso decirles que no le irriten, porque él esta haciendo un esfuerzo por contener este proceso al interior de Venezuela, pero que la revolución bien puede agarrar los caminos, desde aquí para muchos sitios, empezando por los vecinos, si no le toleran sus arrogancias?
Esta claro entonces, me dirán muchos, que él SI SABÍA, lo que decía.
Sinceramente NO SE.
¿El sabe que quiere ir al comunismo y escogió al teórico más radical de la historia marxista del siglo XX, como guía teórico para anunciar su propósito?
Lamentablemente este artículo debe haberse hecho tedioso para no intentar hoy demostrar, a la luz de la propia teoría marxista y de Trotski en particular, que este experimento chavista está condenado al mas absoluto fracaso y que su líder es un soberano impostor y charlatán, por la sencilla razón que todo su itinerario de propuestas y “realizaciones”, constituyó, constituye y seguirá expresando, una simple estafa política a nombre de la revolución.
Y me queda solo lamentar, aunque ya no suscriba una línea de la política de futuro que propuso Trotski, del que puedo probar sin embargo su extremada vocación humanista, que al pobre tipo además de las montañas de calumnias vertidas contra él, por los amigos rusos y cubanos de García Ponce, ahora le cayó frutero le cayó también la mavita de ser citado por Chávez, igual que como sus detractores y sus discípulos revisionistas, para asesinarlo, una vez mas.
Me tocó, no siendo de ninguna de sendas posiciones, sino un convencido de que esta porquería de “proceso” venezolano, nada tiene que ver con revolución alguna, dejar constancia por lo menos del respeto a la verdad histórica, contra los falsificadores de oficio, que abundan demasiado en las filas rojas-rojitas, empezando por su jefe preclaro, indiscutible, único, padre del pueblo, dios Mercurio, encarnación de las bienechurias, arrechisimo etc etc etc.
(Posdata 1)
El escaso desarrollo del capitalismo en Rusia, tardío y por tanto muy moderno, (el eje geográfico del imperio zarista) determinaba la paradoja de que un muevo y sólidamente concentrado proletariado urbano, sobre todo en San Petersburgo y Moscú, se encontraba sumergido en el inmenso mar poblacional campesino, que aun vivía bajo un atraso social y cultural espantoso, dada su condición de siervos, apenas emancipados jurídicamente por decreto, mas no socialmente, pocas décadas antes, perviviendo de echo esa condición padecida todavía en sus cabezas.
Como se sabe la revolución bolchevique arropó el enorme espacio geográfico del imperio de los zares, que después ocuparía la URSS, a partir de la consolidación del poder obrero, luego de la revolución de octubre de 1917 y de su triunfo en la guerra civil de 1918-1921.(De oeste a este, desde Polonia y espacios de pueblos eslavos hasta el puerto de Vladivostov en el pacifico y la Isla Shajalin y Port Artur en Manchuria, y desde el polo norte hasta el mar negro, el caspio, las tierras de tártaros, afganos, mongoles y mas allá chinos al sur del río Amur en su longitud.)
(Posdata 2)
Esa discusión se cerró de hecho en abril de 1917, cuando Lenin es acusado de Trotskista a su regreso del exilio por el triunfo de la revolución de febrero de 1917 por proponer las llamadas TESIS DE ABRIL que llaman a la dictadura del proletariado, acusando a los mencheviches de traidores por hacer coalición con el gobierno burgués provisional, que liquida la corona de la autocracia zarista, pero se erige en obstáculo de la revolución obrera y del fin de la participación rusa en la guerra imperialista.
Las consignas de PAZ, PAN Y TIERRA solo puede garantizarlas la dictadura proletaria. Y sobre esta base Trotski une sus fuerzas al partido bolchevique y Lenin lo propone para liderar el Soviet de Petrogrado (como ya lo había presidido en la primera revolución sovietista de 1905).
En su testamente dice Lenin, refiriéndose a estas polémicas,”en política fue Trotski quien siempre tuvo razón contra mi y desde que entendió la cuestión del partido no hay mejor bolchevique que él” Porque es cierto que Trotski mas bien influenciado por tesis de corte “expontaneistas” de que prácticamente el proletariado con sus organizaciones autodeterminadas de clase (los soviets) se bastaba para dirigir el proceso y su alergia particular al tipo de partido casi militar de Lenin, le mantuvieron alejados, amen de la rivalidades teóricas, de quien sin discusión fue, Lenin, el jefe de la Revolución.
Pero solo ignorantes o cínicos estalinistas, como fue el caso después, podían negar la confianza absoluta de Lenin en quien fue, Trotski, el segundo a bordo, organizador de la insurrección de octubre y del Ejercito Rojo, que derrotó la impresionante maquinaria de guerra anticomunista (los ejércitos blancos)
(Posdata 3)
No debe extrañar que a la muerte de Lenin, en Enero de 1924, la dirección que deshechizaba el gobierno soviético, encabezada por Stalin y Bujarin le planten un pleito teórico, contra la revolución permanente de Trotski volviendo a reivindicar, con Lenin bien muerto por supuesto, la llamada Revolución por Etapas, así como y por primera vez, se propone la tesis, reaccionaria desde el punto de vista marxista, de que puede construirse el Socialismo En Un Solo País, a espaldas de la situación internacional.
No por azar acababa de ser derrotada, por tercera vez, la revolución alemana de consejos obreros (1918, 1919, y 1923) y el aislamiento de la revolución rusa, que resultaba de ese magno fracaso histórico, orquestado por la socialdemocracia, anti-bolchevique, de repercusión europea y mundial, terminó por hacerle comprender a Lenin y a Trotski, que la industrializada Alemania no vendría ya el auxilio de la revolución obrera, como soñaron para sacar de la tronera la atrasada y destrozada URSS, con su herencia de miserias gigantescas y la reciente destrucción, luego de 4 años de guerra mundial y 3 de guerra civil de efectos demoledores sobre su diezmada población, llena de privaciones y esperanzas reventadas, por lo cual terminó aceptando, la población, el retroceso burocrático, que por lo menos cambiaba paz inmediata, contra los riegos de gigantescas destrucciones como pronosticaba Trotski si operaba ese triunfo burocrático. Y así fue.
La Consigna de Stalin Bujarin, además de adoptar la tesis del Socialismo-En-Un-Solo-País, en esa coyuntura fue “campesinos enriqueceos, el socialismo marchará a paso de tortuga”. La tesis menchevique y anti-leninista sería las propuestas de los Frentes Populares (alianza de comunistas con partidos burgueses) a nivel mundial, desde 1935 hasta hoy, y fue en lo adelante, la tesis central de la naciente y luego consolidada burocracia soviética, hasta su desaparición en 1989 y que siguió siendo sostenida por Fidel Castro, mientras anduvo de revolucionario, antes de meterse a chulo de Chávez con nuestros reales.
Pero ese es otro cuento. Diría, Parodiando aquella serie de TV de los años 60, “hay once millones de historias en la ciudad desnuda, esta ha sido solo una de ellas”.
Cuentos de revoluciones y revolucionarios yo se algunos, otro día desnudamos otros.