Piden al Gobierno argentino que tome nota de «contundente» huelga
Dirigentes sindicales argentinos convocantes de la huelga de transporte que paralizó este martes al país, pidieron al Gobierno de Cristina Fernández que tome nota de la «contundencia» del paro y no descartaron nuevas convocatorias en las próximas semanas.
«El paro fue contundente», afirmó en rueda de prensa el secretario general de la poderosa Central General de Trabajadores (CGT), Hugo Moyano, antiguo aliado del kirchnerismo y hoy enfrentado a Fernández.
Moyano, que evitó dar cifras sobre el seguimiento de la protesta, llamó al Gobierno a «interpretar la voluntad y la necesidad que tiene la gente de expresarse como lo han hecho el día de hoy».
Moyano pidió también que la huelga «sea interpretada por quienes deben dar respuesta legítima a estos reclamos legítimos», en una rueda de prensa, avanzada la jornada de huelga.
El paro nacional fue convocado por una alianza de gremios del transporte a los que se sumó la facción opositora de la CGT para exigir la modificación del impuesto a las Ganancias, aplicado a los salarios superiores a los 15.000 pesos mensuales (1.700 dólares).
El gobierno se opone a este reclamo, argumentando que dicho impuesto solo afecta «al 10 % de los trabajadores» mejor pagados.
«Hay una responsabilidad de los dirigentes que no han sabido mejorar las condiciones de los trabajadores», afirmó Moyano, quien subrayó que la huelga de este martesA no ha sido en defensa de un porcentaje mínimo de trabajadores sino que «va por todos» y añadió que la población «no soporta más la mentira permanente».
«El Gobierno debería advertir que tiene que dar respuesta al conjunto de los trabajadores y no a algunos gremios que son amigos», dijo Moyano.
Luis Barrionuevo, de la facción azul y blanca de la CGT, advirtió la intención de los sindicatos de mantener el «plan de lucha» y planteó la posibilidad de una huelga de 36 horas con una movilización en la Plaza de Mayo de Buenos Aires «para que se entienda que hay que atender a los problemas de los trabajadores».
«No podemos seguir con este Gobierno que mira para otro lado», insistió Barrionuevo.
En tanto, para Pablo Micheli, de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), «el salario está prácticamente triturado» y el impuesto a las ganancias es «absolutamente ilegal».
La huelga paralizó el Aeroparque porteño, el aeropuerto de vuelos domésticos de la capital, el servicio de trenes, autobuses, subterráneos (metros), el transporte de carga y de recolección de residuos.
Puertos, bancos, gasolineras y hasta los tribunales también estuvieron sin actividad, mientras los hospitales atendieron solo emergencias en las principales ciudades del país.
Según la consultora Analytica, el paro provocará pérdidas a la economía argentina de al menos 3.000 millones de pesos (340 millones de dólares).
De acuerdo con el informe, difundido este martes por diarios económicos locales, Argentina produce bienes y servicios por un total de 17.000 millones de pesos (1.927 millones de dólares) diarios, de los cuales la intermediación financiera y el transporte suman 1.500 millones de pesos (170 millones de dólares) y la industria y el comercio otros 5.000 millones de pesos (567 millones de dólares).
Esta es la cuarta huelga convocada por los sindicatos durante el gobierno de Cristina Fernández, que afrontó el último paro general el pasado agosto, cuando centrales opositoras, con el apoyo de movimientos de izquierda y sectores rurales, organizaron una protesta de 36 horas en rechazo de las políticas del Ejecutivo.