Relatos salvajes: prototipo humano imperfecto
Intimida el espejo de ésta película. No sólo por las resonancias sociológicas que retrata sino por las implicaciones psicológicas en las cuales ahonda. El ser latinoamericano es el protagonista de ésta fotografía cruel: rencoroso, vengativo, feroz, tramposo, corrupto, indisciplinado social, y muy especialmente, extraviado en el laberinto de la vida y la historia.
RELATOS SALVAJES (2014) de Damián Szifrón es la comedia y estupidez humana, es la ambigüedad de nuestros actos bordeando el bien y el mal. En el fondo representa un ajuste de cuentas sobre nuestras miserias e inconsecuencias. En éste caso, el telón de fondo es la sociedad argentina o cualquiera latinoamericana o tercermundista. Una atmosfera bajo la impronta de la desolación y el desamparo legal que acrecienta la orfandad emocional.
Los protagonistas de RELATOS SALVAJES son oscuros y anónimos adultos desquiciados, oportunistas, violentos y hechos con un barro de escasa calidad. Eso de que somos la Raza Cósmica (José Vasconcelos) queda pulverizado. En realidad esa conjunción de indio, europeo y negro africano, tan exaltada, habría que ponerla en revisión y reparación inmediata.
El primer relato, el del avión, es fenomenal: el complot y venganza de un resentido con la vida y sobre quienes le maltrataron. A casi nadie se le hubiera ocurrido semejante ardid para acabar, desde la tortura más diabólica, con todos los que te han hecho daño de una u otra manera.
La venganza de la camarera ante el ultraje que sufrió su familia vuelve a plantear la necesidad de una justicia cuando no hay justicia, algo recurrente en sociedades primitivas aunque persistan en la circunstancia de operar en pleno siglo XXI.
La pelea en la carretera desnuda el salvajismo de la violencia bajo el absurdo de su misma manifestación. Algo que forma parte de cotidianidades incivilizadas y anarquizadas que genéticamente no han sido domesticadas aún. El principio de la cortesía erosionado, ausente.
El episodio de «Bombita» me encantó porque es la justicia salvaje y reparadora ante la justicia legal pero corrupta que desatiende al ciudadano hasta humillarlo en lo más elemental de su dignidad.
La trama del arrollamiento es típica de pueblos con culturas irresponsables y sistemas de justicias aéreos prestos a corromperse siempre con el mejor postor. La legalidad es una ficción y sólo el dinero opera como mecanismo social de salvación aunque la circunstancia sea la más adversa.
La boda, como episodio final, nos parece el más endeble de todos, aunque no deja de ser igual de hiriente en eso de representar los compromisos deshonestos que caracteriza a un mundo y sociedad sin integridad.
RELATOS SALVAJES convierte la ironía en crítica social procurando desnudar nuestro déficit de humanidad y urbanidad, mostrando las torpezas consuetudinarias que nos condenan y oprimen. Es una película sorprendente, y desgarbada, que no deja indiferente a nadie quién la vea.