La Venezuela por la cual luchamos
Queremos una Venezuela en la cual se viva en bienestar y en libertad. Una sociedad que practique realmente la democracia entendida como la creación de un espacio de paz y prosperidad compartida, tanto en la esfera individual como en la colectiva. Debemos procurar una sociedad abierta orientada en función del interés general, que tengan a la población en su conjunto como sujeto activo y como beneficiario; no sólo, como actualmente es el caso, en la defensa de los intereses corporativos de la elite gobernante. Un poder ejecutivo que respete los derechos humanos y ciudadanos en un esquema de respeto a la división de poderes para una sociedad mas justa.
Luchamos por un Estado en el cual al Derecho se le asigne la misión de controlar el ejercicio del Poder dentro de las relaciones sociales para garantizar plenamente la realización de los comportamientos que establece y que su vez debe estar respaldado por la enérgica presión del poder social. El Estado se identifica con toda unidad social políticamente organizada y ordenada por normas consensuadas como pacto político de convivencia de una sociedad, como un modelo de organización política que se gesta a través de un proceso de concentración de lo disperso.
Promovemos la existencia de un Estado limitado que adapte a lo estrictamente necesario las funciones del ejecutivo para un gobierno honrado, eficiente, eficaz y efectivo en el concepto de una economía de mercado solidaria con las necesidades de toda la población. Pretendemos armonizar las relaciones de la división de funciones de los departamentos gubernamentales elevando el nivel de la capacidad administrativa con la separación de los derechos de decisión, implementación y supervisión.
Un Estado que garantice igualdad de oportunidades mediante establecer que la igualdad de oportunidades requiere la igualación del gasto educativo por alumno. De no llevarse a cabo tal igualación, la no discriminación en la competencia por un empleo no garantiza por sí sola la igualdad deseada que exija que todos y cada uno se hagan responsables en la consecución de tal igualdad en todos los niveles de la vida tales como nivel escolar, la salud, el nivel de empleo o salario o el bienestar. Ante de competir deben igualarse las oportunidades, incluso mediante una intervención social si es necesario; pero una vez en competencia, los individuos han de asumir plenamente su responsabilidad dentro de un esquema de lucha permanente contra la pobreza.
Es sumamente importante para nosotros un Estado de Derecho en el cual los agentes económicos y los ciudadanos en general tengan la necesaria confianza en el respeto al derecho de propiedad, que no este solo referida a la propiedad inmobiliaria sino también a los bienes incorporales o intangibles tales como la propiedad intelectual y otros.
Ponemos énfasis especial tanto a la defensa de la paz como a la denuncia de todas las expresiones del fanatismo. Todo ello implica cultivar un buen trato con nuestros semejantes y desarrollar una cultura basada en el dialogo, el consenso, la tolerancia, la igualdad y el respeto para lograr un bienestar que redunde en beneficio individual y colectivo hacia el objetivo de la prosperidad.
Se nos hace imprescindible la conquista de un sistema electoral confiable y transparente, ligado a la reivindicación de los derechos políticos de la ciudadanía y en particular del derecho a elegir libremente a las autoridades y representantes. Ello debe ser producto de un consenso nacional que permita un registro electoral ajustado a nuestras realidades poblacionales y con identificación clara de los que tienen derecho al voto mediante un cedula electoral con foto, huella dactilar y demás datos de residencia, así como la prescindencia de la parafernalia electrónica que no debe ir mas allá de lo necesario para garantizar la constitucional alternabilidad. Igualmente los procesos electorales deben ser custodiados por funcionarios del poder electoral.