La cristianofobia va en aumento
La persecución a los cristianos en el mundo es un drama que se agiganta con el paso de las horas, y en las últimas semanas empezó a alarmar más a raíz de la masacre de 21 coptos en Libia y el secuestro de 220 asirios en aldeas del nordeste de Siria. Así lo señala un artículo del diario La Nación de Argentina.
La cristianofobia va en aumento. Los jihadistas de Estado Islámico -igual que otras milicias fundamentalistas- vinculan la religión de Jesús con el «enemigo occidental», aunque se trate de comunidades afincadas en Medio Oriente desde antes del nacimiento del islam. Expulsarlos de sus tierras, secuestrarlos o matarlos es parte de la gran guerra que se propusieron combatir.
Lo dejaron claro en el título del escalofriante video de la decapitación de los trabajadores egipcios en Libia: «Un mensaje firmado con sangre a la Nación de la Cruz».
Irak se vacía de cristianos. Los que siguen allí están en pleno éxodo. Al otro lado de la frontera, en Siria, reina la desesperación entre las minorías religiosas cercadas por el califato. Los coptos libios buscan cómo huir hacia Egipto.
Boko Haram todavía tiene en su poder a las más de 200 alumnas adolescentes -casi todas cristianas- que tomó de rehenes hace un año. Activistas internacionales denuncian que las persecuciones se agravan en Sudán, Somalia, República Centroafricana y regiones de Yemen o Paquistán.
«Los jihadistas consideran que todos los cristianos son apóstatas e impuros porque hace 1400 años que resisten la orden de convertirse al islam. Se proponen acabar con ellos. Lo que estamos viendo es un genocidio que busca erradicar el cristianismo de Medio Oriente», denuncia Pascale Warda, ex ministra iraquí y militante de derechos humanos, de origen caldeo.
La acción de los extremistas en Irak redujo la presencia de cristianos en el país de 1,2 millones antes de la invasión norteamericana de 2003 a menos de 300.000 el año pasado. El éxodo se aceleró desde que EI se afincó en el norte del país.
Por Martín Rodríguez Yebra | LA NACION