Opinión Nacional

El día después

PILDORA I: LA ESTRATEGIA DE HOY

Hace algunos años un buen amigo, jubilado de cierta edad, se paraba todos los días al mediodía en las puertas de Maraven a “observar” a las atractivas damas que salían a almorzar. Algunos compañeros lo estimulaban a que “atacara” a las muchachas. -¿Qué te pasa?, le decían, ¿Tienes miedo a que te digan que ¡no!?- -Por el contrario, respondía mi amigo, tengo miedo a que me digan que ¡si!-

La anécdota viene al caso porque ante la propuesta presidencial de una nueva Constitución alguna oposición se preocupa, con razón, por lo que vamos hacer el día después de que ésta sea aprobada. No hay que ser tan determinista. Debemos preguntarnos, también, que haremos el día después si la propuesta fuese derrotada. Esto es más importante de lo que pudiera parecer a primera vista. El referéndum revocatorio perdió muchos votos a favor porque la oposición no presentó un plan para el día después de un posible triunfo. En las elecciones presidenciales, la oposición tenía cara (Rosales) pero, salvo el proyecto “La Negra”, no se presentó un programa de gobierno que neutralizara las propuestas populistas de Chávez. En cuanto a la administración de la derrota, la oposición erró de nuevo. En el revocatorio cantó fraude cuando ha debido desconocer los resultados electorales amparados en la violación descarada, por parte del CNE, de las reglas de juego convenidas. Después de las elecciones presidenciales de diciembre 2006, no supo mantener unidos a los cuatro millones de votos que había obtenido para convertirlos en una fuerza política que no pudiera ser ignorada.

Ahora, enfrentamos el reto de prepararnos para la derrota o la victoria ante la proposición de Chávez de una nueva Constitución. Cualquiera que sea la decisión final (asistir o no al referéndum, negarle al Ejecutivo la posibilidad de someter a referéndum o a una Constituyente derechos ciudadanos no negociables o una rebelión civil ante lo inaceptable), la oposición deberá preguntarse cuál de esas estrategias la deja en mejor posición para continuar oponiéndose a la creación de un estado totalitario, de imponerse la voluntad del presidente o, de salir él derrotado en su empeño, cobrar la victoria en dividendos políticos permanentes.

Debemos convencernos de que: 1) El mundo no termina el día después de la victoria o la derrota del proyecto constitucional. 2) Lo que hagamos hoy influirá en nuestras posibilidades de administrar bien o mal los resultados, cualesquiera que estos sean. 3) Si el único escenario político a considerar es el de la derrota, la frustración temprana podría entregarle el país al oscurantismo, sin dar la pelea.

PILDORA II: EL NUEVO ENFOQUE EDUCATIVO

La comunidad educativa está, con razón, sumamente preocupada por el cambio curricular que acaba de anunciar el Ministro de Educación. En ese sentido se ha resaltado el sesgo ideologizante de su contenido.

Me permito recordar algo que he dicho en numerosas ocasiones. No será posible mantener el sistema educativo actual inserto en un país bajo un régimen socialista-comunista como el que propone el nuevo proyecto de constitución. Por lo tanto, lo que los afectados deben atacar no es al nuevo programa educativo sino a su causa: el sistema político que se pretende imponer. Esta consideración es aplicable a todos los sectores nacionales.

En resumen, luchar ya, contra el cambio constitucional a fin de evitar sus negativas consecuencias sobre nuestras áreas de interés. Eliminada la causa desaparecerá el efecto.

El día después pudiera ser muy tarde.

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