Democracia o Monarquía Constitucional
No nos cabe la menor duda de que el Proyecto de Reforma del Presidente Chávez, son treinta y tres (33) artículos que constituyen un claro retroceso en términos de libertades, en términos de democracia e institucionalidad. Lo primero que salta a la vista de cualquier ciudadano es la inquietud y pregunta de que si tal proyecto de reforma obedece a una necesidad e exigencia colectiva, o más bien a una exigencia y capricho del actual presidente, nos inclinamos por la segunda, el propio presidente Chávez ha reiterado que no acepta modificaciones y que su aprobación es en bloque de lo contrario retiraría su proyecto de reforma.
Lo segundo, es comprender que de aprobarse esos 33 artículos contenidos en la propuesta del actual presidente, nuestras libertades, principios y derechos fundamentales inherentes a nuestra condición humana quedarían afectados notablemente. La reforma en cuestión marcaría un Estatismo a todo nivel, donde el Estado define la actividad económica, interviene prácticamente en todo, se acabaría la libertad económica y la iniciativa privada reconocida por el constitucionalismo universal, latinoamericano y venezolano, además, si bien es cierto no se elimina la propiedad privada no es menos que se afectaría y restringiría marcadamente la misma.
En tercer lugar, la propugnada nueva distribución espacial y funcional trastoca la iniciativa popular, los poderes locales y los mandatos populares. No olvidemos que la iniciativa de creación de nuevos ámbitos locales y comunales no tiene un origen popular sino vía decreto presidencial colindando con los poderes locales (gobernadores, alcaldes y demás) que si han sido electos popularmente.
Lo tercero que merece nuestra atención esta que lejos de promover mayor institucionalidad, mayores instituciones y controles, se promueve más personalización del poder y de la política con exclusividad en el presidente de la República, quien aparte de ostentar y promover una reelección indefinida, se convertiría de acuerdo a las atribuciones de la Constitución Bolivariana de Venezuela de 1999 y la Reforma de la Constitución en: 1.- Jefe Estado; 2.- Jefe de Gobierno; 3.- Jefe de La Administración Pública; 4.- Jefe de la Política Exterior e Internacional; 5.- Comandante en jefe de Las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas; 6.- Presidente del Consejo de Estado; 7.- Presidente del Consejo Federal de Gobierno; 8.- Presidente de la Comisión de Defensa Nacional; 9.- Tiene la Iniciativa Legislativa, Constituyente y Constitucional; Etc.
Nadie desconoce los loables ideales de la Doctrina Socialista en su búsqueda por procurar no sólo una igualdad jurídica y política sino también social. Pero la Historia y las experiencias de la ex URSS, la Alemania Oriental y otras más, reprueban lamentablemente dichas experiencias en las que el Estatismo, el Burocratismo, las restricciones a la propiedad privada y demás libertades, el desarrollo de economías planificadas, dirigidas y no competitivas, el establecimiento de regímenes de fuerza y otros, conformarían los rasgos de esos socialismos que fracasaron estruendosamente, con saldos humanos, materiales, financieros, miseria, enfermedades y demás.
Porque el gobierno no nos expone a todos los venezolanos cómo con todo el poder y los recursos que este gobierno tiene desde hace casi una década, las razones que impiden controlar el hampa a lo largo y ancho de nuestra geografía nacional, la pobreza y la miseria se mantienen y basta ver los niños pululando en las calles y avenidas del país, tenemos varios años cerrando con la inflación más alta de toda América Latina, las cifras de desempleo aumentan y seguirán aumentando porque se persigue y limita la iniciativa privada, la educación aparte de bajo nivel y alto costo ahora esta ideologizada y politizada, los poderes públicos son un todo uniforme rojo rojito y mientras tanto y como si fuera poco el presidente Chávez quiere más y más poder, cabría preguntarnos ¿para qué?.
De tal manera que los venezolanos legítimamente nos resistimos a ese proyecto de reforma, que repito nos haría retroceder en el tiempo a etapas ya superadas no sólo en buena parte del mundo moderno, sino por la propia tradición y cultura liberal y democrática en Venezuela manifiesta a los largo del siglo XX. Por todas estas razones este gobierno merece un rotundo y razonado NO al Proyecto de Reforma.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes E-mail: