Policía revisa vivienda de agresor del embajador de EEUU en Seúl
La policía de Corea del Sur inició hoy un registro de la vivienda y la oficina de Kim Ki-jong, el activista radical que el jueves acuchilló al embajador de EEUU en Seúl, Mark Lippert, provocándole heridas en la cara y en la mano.
Decenas de agentes entraron con una orden judicial en la casa de Kim -donde también se encuentra su oficina- en el céntrico distrito de Seodaemun en la capital surcoreana para confiscar documentos y dispositivos de almacenamiento de datos, informó la policía.
Las autoridades policiales creen que en la vivienda del presunto agresor podrían hallarse objetos que arrojen luz sobre el ataque de ayer y permitan determinar cómo fue planeado y si existió algún cómplice, según indicó la agencia local Yonhap.
La justicia surcoreana también ha dado luz verde para obtener los registros telefónicos de Kim, a la espera de que la policía solicite hoy una orden de arresto que incluirá previsiblemente el cargo de intento de asesinato.
El agresor, de 55 años, atacó a Lippert durante un desayuno en el Centro de Arte Sejong, frente a la embajada estadounidense en la capital surcoreana, y le provocó heridas en la mano y un profundo corte de 11 centímetros en la cara que ha requerido más de 80 puntos de sutura.
Tras el ataque, este activista radical y líder de un grupo civil de tendencia ultranacionalista lanzó proclamas contra las maniobras militares conjuntas que Corea del Sur y EEUU llevan a cabo estos días en territorio surcoreano, y que han generado fuertes protestas de Corea del Norte.
El detenido aseguró a la policía durante su detención que actuó sin cómplice alguno, que el cuchillo era suyo y que había planeado la agresión diez días atrás.
Se trata del primer ataque a un enviado de EEUU en Corea del Sur y el segundo a un embajador en Seúl después de que en 2010 el mismo Kim Ki-jong lanzara un bloque de cemento al representante diplomático de Japón, sin que el objeto lo alcanzara.
El autor de los dos ataques, que ya pasó dos años en la cárcel por el intento de agresión al embajador japonés, es un viejo conocido de la policía que en las últimas décadas ha protagonizado diversos actos violentos en protestas y manifestaciones.
También viajó legalmente en hasta seis ocasiones a Corea del Norte en 2006 y se cree que simpatizaba con el régimen de los Kim, aunque prácticamente se descarta una vinculación entre el ataque y el Gobierno norcoreano.