Con el corazón partío
La noticia me cayó como un baldazo de agua fría. El Minpopu de Educación Superior decidió que Alejandro Sanz no puede cantar en el Poliedro. ¿Por qué? “Porque no”, le respondió a Maripili en entrevista en Unión Radio. Y lo dijo así, con el absoluto desparpajo que caracteriza a los fascistas de oficio. Porque el hombrecito se siente ahora dueño y señor de lo que se pueda pensar, cantar, decir o hacer en el Poliedro de Caracas. El aplastamiento. En eso se basa el pensamiento de quien supuestamente guía la gestión ejecutiva de un organismo que tiene la responsabilidad de la Educación Superior en Venezuela, es decir, de la formación de las mentes y los corazones de los jóvenes universitarios.
La decisión es de trogloditas. Ni más ni menos. Atrabiliaria y sectaria. Ni más ni menos. De escasos intelectuales. Ni más ni menos. Una muestra más de que en esta nueva Venezuela quien no piense como el gobierno, quien no calle y se incline, quien no le haga la corte, pues simplemente recibe un “no te vistas, que no vas”.
Creo que la decisión del Minpopu Acuña es, además de una exhibición procaz de barbarie, una muestra de su ignorancia. Es obvio que el señor Ministro desconoce la calidad artística de Alejandro Sanz, cuya música se inscribe ya en los anales de lo magnifico. Desconoce el señor Ministro que Alejandro Sanz no es un cantante más. Es un cantautor no solo excelso en la interpretación, sino en los arreglos y la composición. Es, como se dice en tierras de Sevilla, un ángel con duende.
Me indigna vernos convertidos en un país sectario y excluyente. En este país encontraron las puertas abiertas y libertad para la expresión muchos artistas que eran rechazados en otras naciones que eran incapaces de comprender y menos practicar la apertura mental. No es ahora cuando vienen cantantes de la nueva trova cubana. ¡Tienen décadas viniendo! Y eso por sólo poner un ejemplo. ¡Cuan patético e infeliz es que un gobierno que se las da de “progre” y humanista haga lo que la tan criticada cuarta República jamás hizo. Porque tengo muy frescos en mi memoria conciertos de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Chico Buarque, Iván Lins, Soledad Bravo, Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat. Por aquí estuvieron Víctor Jara y Víctor Manuel. Gloria Martín y Ali Primera cantaban sin que nadie les pusiera reparos. Y también la muy rebelde Joan Baez. Yordano cantó innumerables veces su “Por estas calles” en espacios públicos bajo administración del gobierno. Ahora, en la Venezuela que supuestamente es de todos, en el Poliedro sólo cantan los que le hacen reverencias al régimen.
La decisión del señor Ministro Acuña me da grima y repelús. Es una perla del fundamentalismo fanático que priva en la mente de estos seudo revolucionarios. Muy mal precedente esta decisión, que, verán, será replicada en muchos otros espacios. Pero sepa usted, señor Ministro, que aún con el “corazón partío”, seguiremos escuchando y cantando a Alejandro Sanz, porque tenemos su música y sus versos tatuados en el alma. Y no será porque algún burócrata que como usted se siente con poder y tenga el corazón repleto de resentimientos como ese tatuaje se nos borrará de la piel democrática. El verdadero espíritu democrático, sepa usted, es un sello húmedo de tinta indeleble.
Y a ti, Alejandro Sanz, te digo, porque necesito que lo que tengas bien claro, que la actitud de “Macho con botas” del gobierno no es en lo absoluto representativa de lo que somos los venezolanos.
Yo no canto por cantar ni por tener buena voz, canto porque la guitarra tiene sentido y razón.
Tiene corazón de tierra y alas de palomita, es como el agua bendita santigua glorias y penas.
Aquí se encajó mi canto como dijera Violeta guitarra trabajadora con olor a primavera.
Que no es guitarra de ricos ni cosa que se parezca mi canto es de los andamios para alcanzar las estrellas, que el canto tiene sentido cuando palpita en las venas del que morirá cantando las verdades verdaderas, no las lisonjas fugaces ni las famas extranjeras sino el canto de una lonja hasta el fondo de la tierra. Ahí donde llega todo y donde todo comienza canto que ha sido valiente siempre será canción nueva. – Víctor Jara
Concejal El Hatillo – Un Nuevo Tiempo