Preguntas difíciles
No se si las preguntas sean difíciles o difíciles sen las respuestas que demandan. Pero a raíz de mi reiterada tesis sobre el diálogo, como única alternativa civilizada, cultural, para ser exacto, a fin de superar la crisis o para evitar la violencia en grados complicados, complejos, donde la guerra podría ser su expresión más trágica, siento la necesidad de intentar una respuesta, para lo cual me he visto en la necesidad de agrupar las mas importantes interrogantes que se me formulan.
La primera, en orden de importancia, de jerarquía, es esta:
¿Cómo dialogar con el Presidente quien, salvo antes de llegar al poder o en situaciones de tenebrosos miedos, su palabra es exageradamente violenta, agresiva en extremos, descalificadota, prepotente, fundamentalista? Los ejemplos sobran. Borracho, cobarde, genocida, son perlas para tratar a Bush. Te metiste conmigo, camarita…!.Lacayo del imperio…traidores, desertores, escuálidos, imperialistas… y paremos los saludos diplomáticos, sin detenerse en su conducta corporal, en su coprolalia, … sus piropos porno, y, lo mas grave, la ausencia absoluta de ideas que, de alguna manera, tuviesen la coherencia mínima para poder abordarlas. Como eso de su socialismo, indoamericano, originario, bolivariano, robinsoniano, zamorano, cristiano, humanista. Sus maniqueas divisiones, buenos/malos revolucionarios/contrarevolucionaraios,…pueblo/oligarquía etc., socialismo/neoliberalismo, etc., ¿cómo intentar un diálogo? Y Si se intenta, sin recato manda a sus críticos a leer a Marx, a quitarse sus sotanas y lanzarse al ruedo ¿Cómo intentar intercambiar una palabra si a sus amigos de ayer los maldice por osar pedir explicaciones e impone el arrepentimiento y al autoflagelo para r perdonarlos?
¿Cómo conversar con sus secuaces, que los más avezados, expertos, doctos, repiten con tanta o mayor violencia las argucias del jeke?. ¿Cómo responder a la presidenta de la AN, que cambia la razón por sapos y serpientes, lengua y látigo en mano contra quien asome hacer tímidas observaciones?. ¿Cómo con el ministro de la educación capaz de cambiar los usos horarios violando las leyes de rotación y traslación de la tierra, como si nada, o tal vez más allá de los “poderes” de la natura y de Dios mismo?:. ¿Cómo conversar con quienes niegan el debido proceso y su discurso moral es inmoral, pues los delitos, corrupción, violación a las leyes pueden hacerse impunemente si ello beneficia al proceso?. ¿Cómo, cómo si la presidenta del TSJ, de la AN, de la Fiscalía, de la defensoría del pueblo son coautores o cohonestadores de la reforma presidencial?. ¿Cómo si el poder electoral es genuflexo y en sus inclinaciones no esconde la veneración al César?-
¡Cómo conversar sobre la verdad con embusteros?. Y me hacen una muy larga lista. Y empiezan por el mismísimo presidente. Gracias a ellos poseo casi toda la lista de promesas incumplidas y las entrevistas más seráficas. Luego José Vicente, el ministro de interiores… Ese esfuerzo tuyo, me repite un mordaz lector, es tan inútil como perfumar a un muerto; podrás por instantes agradar el ambiente, pero la hediondez se impondrá indetenible.
Confieso que casi me refugio en Darío, y casi repito con él “he buscado una forma que no encuentra mi estilo”. Pero así como él halló una para la redimensión de su poesía, creo que –a pesar de Chávez, seguidores, secuaces, -., existe aún posibilidad, y más, la necesidad del diálogo pero, éste es posible si sabemos escoger el camino. Se hace camino al andar, si y sólo sí, corregimos a Machaco, se sabe a dónde ir y, con tropiezos, caídas, como ir y como llegar. Si eso se sabe, es difícil pero es reconocible, saber con quien ir. Y aquí está el punto.
Chávez ha ganado –por estas largas horas- este juego, su juego, porque se ha seguido al pie de la letra su propio juego. El ha impuesto el juego. A su socialismo sui generis pero ideológicamente muy rentable, porque es invaluable, alimentado de ilusiones y de dólares para alargar la esperanza, quienes lo adversan no han podido levantar la palabra y cuando ésta ha salido, es maniquea, acrítica. A su socialismo oponen el capitalismo, dos expresiones vacías para el pueblo llano; pero mientras la primera rumia de las misiones, la segunda es deletérea. Ni siquiera las dicotomías se han abordado con sensatez: a su paraíso socialista se le enfrenta otro paraíso, el de la democracia que tiene en el Norte su quimera. Mientras el juego de Chávez, su habilidad comunicacional, además de erigirse el salvador, el redentor, el Moisés y el Mesías, con milagros concretos que se nutren del Maná que en lugar de caer de los cielos, viene del subsuelo convertido en mercancía, bien pagada por el imperio, quienes lo adversan se ahogan en abstracciones lejanas de la sensibilidad social. Muchas veces, también, ajenas la consciencia de sus propios actores.
Débiles también son las observaciones de algunas instituciones, como la Iglesia Católica. Pero mas grave aún de las universidades autónomas, academias, colegios profesionales, gremios, sindicatos. Si se hace un inventario del discurso de Porras, Lückert, Castillo Lara (q.e,p.d) para citar ejemplos relevantes y se confronta con el de los sacerdotes “cristiano chavistas”, de profundo interés resulta que, hurgado con responsabilidad, esos discursos y conductas son la expresión, por una parte, del nivel casi ahistórico, fuera de época, de la Iglesia en Venezuela, muy ausente de la propia doctrina, en especial la elaborada por la propia Iglesia en sus Conferencias Episcopales de América Latina, cuyo cenit es la Conferencia de Puebla, y, por la otra, del complejo universo de las relaciones de poder. Tal vez una breve oración simplifique este aspecto. O la Iglesia se asume a partid de Puebla, o se consume en el discurso político económico del “capitalismo salvaje”.
La situación de las universidades autónomas es aún mas grave. Su universo interno en grados de vileza, perversión, donde se han “enclaustrado” hegemonías ausentes de toda moral y de toda ética; su abismal distancia de los desarrollos científico técnicos y ayunas del debate teórico universal, cohonesta con su qué hacer permanente los vicios e irregularidades que exhibe sin escrúpulos el universo externo- Ilegalidad, ilegitimidad, reelecciones vitalicias, y, por inferencia, la perdida de la autoridad ante la sociedad, autoridad que surge de la ética, de la orientación científico crítica al país, de su creación artística y científica, en fin, su pertinencia social. Esta ausencia y la sobre presencia de los vicios sintetizados la hacen morir sin dolientes. No habría hecho falta alguna intervenirla, como se hizo cuando el dr. Caldera y su reforma, (1973) para convertirla en potrero donde pace y rumia a cielo abierto el modelo puntofijsta, para afinarlo bien, burocracia, clientelismo, desidia, en donde un teorema vale menos que un voto y un poema carece de valor hasta llegar a hoy que, sin necesidad alguna, la AN a propuesta de un ucevista ha gritado: ha muerto el claustro. La estridencia de los aplausos recorre el mundo, como un fantasma de la muerte y los jerarcas internos se sientan ya a la mesa para arreglar los negocios a fin de garantizarse elevadas posiciones en las elecciones rectorales del próximo año.
Desde luego para estas universidades el dilema es entre autonomía e intervención. Y su discurso se nutre sin esfuerzos, como los polluelos, de todo cuanto viene de las ideologías, sin el menor grado ni ánimo de criticidad: autonomía y democracia…y allí culminan su orgasmo dialéctico. Un documento de la UCV luego apoyado por algunas otras universidades y un trabajo crítico del presidente de la Asociación de Profesores de la UCV, este como mejor fundamentación, aquel con la retórica inocua, por no decir inicua. Los gremios han sido envueltos, cuando no envenenados por las mismas triquiñuelas, si acaso, en la obscuridad de su pensamiento, agregan la dependencia cubana, la incapacidad de barrio adentro, etc., y los partidos políticos sin nada qué decir. Parte porque sus ideologías se agotaron, pero parte también por su pereza para buscar nuevas respuestas, de modo que su conducta es en el mejor de los casos, idéntica al chavismo, maniquea. Vacía. Democracia/Dictadura…y si algo más, corrupción, inseguridad…dos palabras mas quizás?. Y tal vez: lo del imperialismo de los petrodólares y las arbitrariedades, autoritarismo, mas sinónimos, que engordan la avaricia de poder ilímite de Chávez.
¿Donde está el error?. Pudiera estar aquí: hacer lo que Chávez quiere que se haga. Creer que el diálogo es con él y sus secuaces. Es probable que el camino sea, primero, que el diálogo ha de hacerse con la gente, con los ciudadanos, con el pueblo, todo el pueblo. A todos nos ha llegado el discurso de Chávez y nadie ha escuchado un discurso critico, superador de sus limitaciones y reconocedor de sus aciertos. Con ese pueblo, pero también internamente. Cada quien debe hablar consigo y superar sus propias limitaciones, sólo así se puede dialogar con el otro. Parte del éxito de los estudiantes que critican al régimen está en la claridad de su lenguaje, en el la afirmación de algunos fundamentos claves, sobre principios esenciales a la vida humana, a la vida en sociedad, a su elevado grado de tolerancia. Ello ha hecho abrir las posibilidades de diálogos, entre ellos, con los otros estudiantes y con la ciudadanía. Temas y acuerdos con el pueblo chavista, que está allí porque mantiene grados de ilusión, de esperanza, de fe en su líder. Con ellos hay que dialogar para llegar a inferencias asentadas en la razón y en la ética.
La universidad tiene que dar el salto, ir a su reencuentro. Y así entones podrá conversar, dialogar, dar el ejemplo, orientar!. Sus únicas armas son el arte, la ciencia, la verdad, la ética. Tal vez sea redundante pero cómo hace falta. A la Iglesia, que se abran sus puertas, su encuentro está más en Puebla y no el los conciliábulos del poder y en los castillos de la indiferencia. Entonces este diálogo empieza con un gran “monólogo”, quiero decir, en una conversación interior, consigo mismas cada una desde estas instituciones. Pero esta mismidad son su comunidad y sus feligreses. Y así armados, salir a buscar al otro, que no es el enemigo, sino alguien que espera una palabra nueva que haga de la justicia, la bondad, la belleza, le equidad, su esencia y que su objetivación sea como responder a los grandes problemas que nos aquejan a todos: indefensión, inseguridad, desempleo, secuestros, agua, salud, escuela, pero también la palabra vacía, sembradora de miedos.
No se si he aproximado una respuesta, pero ruego bien enmendar, corregir, mejorar bien buscar una nueva, siempre será mejor si humana es, si buena es, si sabia es, por tanto tolerante y ojalá bella. Militar cree en la guerra el hombre en la paz