Chávez y el “Reino de Dios”
Rafael Rojas, en su excelente ensayo: “Tumbas sin sosiego”, sobre la cultura en la revolución cubana, recuerda que Francois Furet afirmaba que una de las características fundamentales de las revoluciones rusa y cubana, era la soberbia “ambición de regenerar al hombre mediante un nuevo contrato social”, buscaban un “comienzo adánico”, una ruptura total con el pasado. En Rusia y en Cuba lo político aspira a absorber y reemplazar lo religioso, asegurando el advenimiento de un “hombre nuevo” en una “secularidad sagrada”. Se crean símbolos y mitos, que integran una “teología sustitutiva” y un “mesianismo secular”. Es en esta religiosidad política que ha residido buena parte de la fuerza simbólica de las revoluciones rusa y cubana. Rafael Rojas, en el caso cubano, analiza lo que él llama el mito del Regreso del Mesías, que sería el retorno del legado mesiánico de José Martí, a través de la revolución. No importa si no se compadece con la verdad, al respecto bastaría recordar que Martí se refirió al comunismo en 1884 como una “futura esclavitud”, en la que predominaría el “funcionarismo autocrático” y en la que el “hombre de ser siervo de sí mismo, pasaría a ser siervo del Estado” Pero la fuerza de los mitos, nos recuerda Rojas, “proviene de su simplismo, y no de su positividad, de su movilización emotiva y no de su alcance epistémico”. Rojas afirma que en Cuba esos mitos comienzan a dar señales de desgaste. En cambio, en Venezuela se están creando, el mito de Bolívar, por ejemplo, como Padre Fundador del socialismo del Siglo XXI. En la Venezuela de Chávez es evidente la mitopoiesis, como decía Manuel García Pelayo, la creación y utilización técnica de los mitos nacionales en función de la vocación totalitaria del Caudillo, particularmente aquellos que son fuente de simbologías y prácticas autoritarias, por eso se está reescribiendo la historia. Los caudillos que, en buena o en mala fe, afirman la posibilidad del paraíso en tierra conducen los pueblos al desastre. Al respecto, es muy interesante reflexionar sobre la siguiente frase de la “Exposición de Motivos para la reforma de la Constitución”, presentada por el Presidente Chávez: “La revolución bolivariana asume la consigna de reafirmar la existencia, la extensión y la esperanza de la solidaridad, como estrategia política para contribuir a la construcción del Reino de Dios en la Tierra”. Como dice Leszek Kolakowski: “el sueño de la salvación final es desesperación disfrazada de esperanza, voluntad de poder disfrazada de anhelo de justicia.”