El ajedrez es a la vez deporte, ciencia, arte y diversión
La fuerza de un ajedrecista la definen el talento, el carácter, la salud y la preparación.
El talento define la capacidad para: 1.-) adquirir más rápida y fácilmente que otros el conocimiento ajedrecístico y llevarlo a la práctica; 2.-) captar o intuir los matices más sutiles de cualquier posición en el tablero de ajedrez.
El carácter lo determina la capacidad de lucha del ajedrecista incluso en situaciones difíciles o adversas. Una partida de ajedrez vine a ser una confrontación de caracteres, en donde los protagonistas son seres humanos fundamentalmente, con sus virtudes y flaquezas, y no los peones, los reyes o damas.
La salud, tanto física como mental, es elemento decisivo para soportar la tensión de la lucha ajedrecística. El entrenamiento físico ayuda a soportar largos períodos de intensa labor mental.
La preparación significa el entrenamiento gradual, sistemático y perseverante, a fin de adquirir cada vez mayor destreza y profundidad en dos aspectos básicos: 1.-) técnica de juego, es decir, dominio de los principios y leyes que rigen cada una de las fases de una partida de ajedrez: apertura, medio juego y final; 2.-) preparación psicológica: el éxito deportivo en ajedrez lo garantiza en gran medida si logramos conocernos a sí mismos, nuestros puntos fuertes y débiles, y además, conocer lo mejor posible a los adversarios reales o potenciales.