La derecha, los pelucones…
Tengo rato sentada frente a mi computadora, pensando sobre qué escribir. Desde hace al menos un par de horas me pregunto cuándo será –si es que algún día sucede- que el gobierno comenzará a tomarse las cosas en serio… ¿Cuándo empezarán a ocuparse de los verdaderos problemas del país? ¡Ya llevamos dieciséis años en esta guarandinga! Tres gobiernos y un año de los gobiernos de la República Civil. No es tontería.
Recordé a mi amiga Milagros Socorro, cuando dijo que estaba exhausta de escribir artículos de opinión… Y desalentada. Yo que he sido una sempiterna optimista, me siento apabullada.
Hoy es jueves 19 de febrero y son las 11:39 de la noche. Hace unas horas, casi un centenar de funcionarios del Sebin se llevaron detenido al Alcalde Antonio Ledezma, luego de un allanamiento a sus oficinas sin orden legal y encima, afirman testigos que los funcionarios estaban encapuchados. El diputado Richard Blanco contó que lo habían golpeado. Casi un centenar de funcionarios para poner preso a un alcalde que ha dado la cara todo el tiempo, pero para perseguir, atrapar y encarcelar malandros son los seres más ineptos que ha parido esta tierra. Pero nada de eso extraña: es el modus operandi de la revolución.
Luego se encadenó Maduro… Como siempre, para evitar que los pocos medios que todavía informan, informaran. La derecha, los pelucones, el imperio, la oligarquía. La oligarquía, el imperio, los pelucones, la derecha… Burlas y descalificaciones, promesas y más promesas. Acusaciones a diestra y siniestra. Siniestras acusaciones. Ofreció pruebas “más adelante”. Volvió con la cantaleta de que él es un obrero y se dedicó a ahondar en las diferencias, en vez de buscar las coincidencias. Culpó a sus adversarios políticos de lo que no tienen la culpa, como lo es la familia en la que nacieron y la educación que recibieron. La derecha, los pelucones, el imperio, la oligarquía. La oligarquía, el imperio, los pelucones, la derecha.
Repitió ad nauseam que no le temblará el pulso para parar las cosas raras, sinónimo que usa siempre que quiere darle nombre a las supuestas conjuras cívico militares que están por descubrir y no terminan de hacerlo. Su discurso de hoy parecía una copia de uno de Diosdado Cabello en febrero del año pasado.
En un intento desesperado de distraer la atención de los problemas reales del país –una devaluación entre pecho y espalda de 334% es para tomársela en serio y la inseguridad que sigue rampante, como la escasez- Maduro pasó casi tres horas quejándose. La derecha, los pelucones, el imperio, la oligarquía. La oligarquía, el imperio, los pelucones, la derecha.
Entre sus quejas salió a relucir que los Estados Unidos “se cogieron” buena parte del territorio mexicano, cuando la realidad de la historia es que Texas, años después de su independencia, pidió anexarse a la nación norteamericana. Y aunque hubiera sido verdad lo que dijo Maduro, eso pasó hace 167 años.
En vez de estarse preocupando de lo que pasó hace tanto tiempo en otras latitudes, que se ocupe de los que nos ocupa y preocupa hoy a la mayoría de los venezolanos, incluyendo a los que estaban aplaudiendo sus desafueros en cadena nacional. Porque esos que con tanto brío gritaban que defenderían la revolución “como fuera”, que “dejarían de venderle petróleo a Estados Unidos como hicieron durante el paro petrolero” y que de pasarle algo a Maduro pararían el transporte para que quedaran sin movilizarse dos millones y pico de personas, también hacen colas, también se han visto afectados por la escasez, la inflación, la devaluación y la inseguridad. Pero ahí estaban, gritando como unos desaforados, contra la derecha, los pelucones, el imperio, la oligarquía. La oligarquía, el imperio, los pelucones, la derecha.
En fin, que cada día se enreda más la cosa y cada día se oscurece más el panorama, pero el gobierno lo único que tiene que decir es que la derecha, los pelucones, el imperio, la oligarquía. La oligarquía, el imperio, los pelucones, la derecha… ¿Hasta cuándo este teatro?
@cjaimesb