Opinión Nacional

Los Vagos y Maleantes de la Iglesia

Anoche en el programa de VTV, La Hojilla, Chávez «se lució». Llamó
vagabundos, delincuentes, vagos y maleantes, al Cardenal Urosa y a los
Obispos católicos. Estaba más lenguaraz que nunca, de boca floja
cloacal, para provocar otro pleito con la Iglesia que tape ridícula
metida de pata con Colombia, cuyo honorable Presidente lo dejó con el
rabo al aire, por andar de intrépido en la delicada trama de la
violencia sin limites, a la que sus amigos de las FARC han condenado a
los sufridos vecinos.

Anoche nos enteramos, mas allá de las frases convencionales y de las
roncadas del valiente del Museo Militar, que quería mandar presos a
Yare a toda la jerarquía de la Iglesia, para júbilo de un público «de
la casa» donde no podían faltar unos energúmenos de esos que aúllan
con aparatosas risas que les conectan el ano a la boca, cuando el
pornógrafo político Mario Silva lanza gargajos a todo adversario
político de este régimen delincuente.

Relatando intríngulis del poder, anoche no pudo aguantar para enlodar
en lo personal al Cardenal Urosa. Como se sabe por el Concordato
Eclesiástico, que regula las relaciones del Estado Vaticano con el
Estado venezolano y como quiera que la tradición política de la nación
siempre dio un papel de jerarquía social reconocida a la Iglesia
Católica, el Papa debe considerar la aprobación o veto del presidente
de la república de Venezuela, para el nombramiento del Arzobispo de
Caracas.

Se burló del emisario vaticano, hizo vulgar mofa de Urosa como
implorando su anuencia para poder ser Cardenal, puesto que aún siendo
de absoluta soberanía del papado, la designación casi automática recae
sobre quien resulte titular de la arquidiócesis caraqueña, sobre cuyo
nombre existe un derecho a veto virtual del presidente.

De paso nos enteramos que trató de que nombraran a Moronta y por fin
quedó explícito, para los entendidos, que quien era el candidato
sentimental a Cardenal, por merecido liderazgo de la grey católica,
Monseñor Baltasar Porras, fue obstinadamente vetado por él por
«golpista». Nunca le perdonó que fuera sobre la sotana de Porras donde
el 11 de abril de 2002, antes de lavar sus calzoncillos en La Orchila,
se baño en lágrimas y moco, pidiendo por su pellejo.

Me imagino de después de lo de anoche, de Chávez el hojillero, si bien
la Iglesia conservará su posición pastoral de predicar la
reconciliación y el perdón, sabaneitor puede jurar que se quemará en
las pailas del infierno, pero aquí en la tierra y mas pronto de lo que
imagina.

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