Los desvíos del proceso
Quizás, la habilidad mas importante del conductor del vil proceso venezolano, es la de mentir y transformar las premisas de las situaciones nacionales.
De acuerdo con lo que la población venezolana sufragó en diciembre de 1998, la persona electa tendría un período de cinco años para dirigir la nación y mejorar la vida de los ciudadanos.
Un juramento írrito fue el primer síntoma de la enfermedad. Inmediatamente y gracias a una acomodaticia sentencia de la CSJ, se allanó el despeñadero legal que ha conducido a la situación que vivimos. La complicidad jurídica ha sido manifiesta.
Inmediatamente se sustituyeron las autoridades del entonces CSE, de manera de comprometer y envilecer los procesos electorales. La contratación de unas máquinas expendedoras de apuestas, a un precio groseramente abultado, y la complicidad del proveedor-programador de los equipos fue una decisión que puso al réferi del lado del gobierno, y para reforzar la ventaja se pusieron en funcionamiento las máquinas capta huella como mecanismo de presión e intimidación hacia los electores.
Así se permitió que tanto la elección de los miembros de la Asamblea Constituyente como la posterior elección de los miembros de la nueva unicámara legislativa tuvieran una representación muy diferente a la del electorado.
A la hora de los referendos revocatorios y gracias al ahora comprometido TSJ, se le dio una interpretación desviada a lo que estipulaba la Constitución que se habían fabricado a la medida y transformaron un referendo en un plesbicito.
Capítulo aparte merece la absurda y grosera adquisición de material bélico. Venezuela ha sido, tradicionalmente, un país pacífico. El montaje que se ha fraguado alrededor de supuestas diferencias con países que siempre han sido nuestros amigos, ha servido como una excusa para montar negocios de marcada turbidez y fuentes de grosera corrupción.
El manejo de la industria petrolera nacional, fuente fundamental de nuestros crecientes ingresos, solo es atribuible a mentes enfermas que lo único que persiguen es la inescrutabilidad de sus actuaciones. PDVSA se ha utilizado con los fines más diversos y generalmente apartados de aquellos para lo que fue fundada. Así, hoy, PDVSA es un reino autónomo donde se cometen los más absurdos atropellos a la sanidad económica del país.
Ahora, para darle otra vuelta a la tuerca, se propone de manera totalmente apartada a lo que prescribe la Constitución del 99, una nueva Constitución que dará campo libre a una feroz dictadura copiada de las desgracias del pueblo cubano.
Para distraer al público, se diseñan enfrentamientos como el sucedido en Santiago de Chile, donde la bonhomía (hace falta inventar el término femenino) de la Presidenta Bachelet, o quizás su debilidad, permitió un espectáculo que abochorna a los venezolanos y su gentilicio.
Han transcurrido nueve largos y tenebrosos años desde la elección primera. Hemos despilfarrado ingentes recursos en la promoción de un sistema irracional de desgobierno. Se han establecido alianzas americanas e internacionales con gobiernos de países sumidos en los más terribles sistemas de gobierno.
Como dijo Cicerón: ¿Hasta cuando Catilina? ¿Donde y cuando aparecerá el líder que canalice el generalizado descontento y le ponga fin a esta absurdo pesadilla?
P.D.: Existen muchos otros desvíos. Vale.