El chavismo se baja de la moto
¡Sí Chávez!, reconciliación, NO a la camorra, NO a las fuerzas irracionales, NO a la barbarie y a la muerte. Es ese el mensaje estelar del triunfo contra el sueño perpetuo de tus ansias de dominación y de despotismo. Reconciliación, sí, te repetimos una y mil veces; te lo dijeron tres millones de los tuyos gritándote desgañitados de silencio sobre la patica de tus oídos. Se apean a tiempo de la moto sobre la que tú los quieres convertir en asesinos, vestidos de rojo y armados para castigar, maltratar y eliminar, NO a sus enemigos sino a los tuyos. Sabemos claro que esa palabra RECONCILIAR te suena como un cabillazo en el bulbo raquídeo de tu visión de la política, concebida en la acentuación de sus aspectos extremos, de lucha, de confrontación por encima de su lado ordenador orientado a construir a la sociedad en los esquemas de la vitalidad de la vida, del porvenir y de la convivencia.
Te equivocas de nuevo, como nos vienes acostumbrando con gitana insistencia, al señalar que la aprobación de la reforma fracasó por que el pueblo no estaba suficientemente maduro, no era la mejor ocasión para proponerla y el mensaje falló en ser trasmitido para su global comprensión. Por el contrario, justamente la repudió porque la entendieron oportunamente, hasta la última coma de su contenido, demasiado bien. Pillaron al detalle la letra y espíritu de una infinita ambición de poder que confiscaba el empoderamiento popular para trasmutarte a ti en verdugo, tirano y rey.
Tu catástrofe constituyó para tus partidarios, un acto genuino de NO obediencia de respaldarte a una orden invasiva, manifiestamente ilegal a que votaran por ti como si fueran tus reclutas y tu sirvientes, subestimando su condición raigal de ciudadanos; honrosa graduación a la que llegaron el domingo los venezolanos, los que te han seguido o no, absteniéndose o sufragando, que los coloca en el sitial más honroso de civilismo latinoamericano. Con esto, se abre un camino cierto para hacer añicos el cuartel que construías para transformar nuestra condición de hombres libres en nuevas y sumisas fichas de tus fanáticos soldados.
Que ejemplo elevado para el bajo mundo de tu nomenclatura, la nueva burguesía y tu alto mando. Lección espesa de dignidad que da verdaderas dimensiones a lo que se ganó, por lo que puedes encontrar, si quisieras y por sanos motivos esta vez, un frasco enorme donde puedas poner tus huesos y se sequen allí, sin que a nadie le hagan daño.
El país ha hablado y ha dicho RECONCILIACIÓN y un NO rotundo a tus guerras, a tus guisos, a tu mundo violento, malandro y cerrado.
Haz caso y tómate una buena cura de sueño, ¡vamos!, como unas vacaciones. Comprobarás, que aún sin Chávez el mundo logra salir adelante, el sol sale y se pone como antes; el metro y los carros circulan; como antes,los niños van a la escuela y sus alegrías siguen contagiando con sus ruidos de colores el espacio; la gente come, se divierte; en la noche, las parejas jóvenes se besan de pie o a lo largo de las cercas de los parques, igual, exactamente como antes.