Emociones en 3D? Wim Wenders en la Berlinale 2015
El director alemán y gran exponente del cine de autor Wim Wenders tuvo su gran presentación este martes 12 de febrero con su película Every thing Will be Fine, luego de que los directores alemanes Werner Herzog con The Queen of the Desert, Sebastian Schipper con Victoria y Andreas Dresen con Als wir träumten presentaran sus respectivas películas.
Every thing Will be Fine se trata de una película filmada en 3D, al igual que lo fué su bien acogida Pina (2011), sobre la bailarina alemana Pina Bausch. Durante la conferencia de prensa, Wim Wenders comentó que descubrió que la técnica de filmar en 3D no solamente debe restringirse a la danza o a la arquitectura, sino también para engrandecer, aumentar las emociones y sentimientos de sus personajes. Una vez después de darse cuenta de ello, decidió buscar un guión donde pudiéra aplicar este descubrimiento. El autor norvego Bjørn Olaf Johannessen le envío el guión exacto para realizar su idea. Y así comienza la filmación de la historia del escritor Tomas, quien en un accidente con su camioneta atropella a un menor que muere. Durante 12 años, el escritor (en el rol, el actor James Franco) sumergido en una profunda crisis de culpabilidad, la madre (en el rol, la actriz Charlotte Gainsbourg) y el hermano Chistopher intentan darle un sentido a su propia vida y elaborar psiquicamente, cada quien a su manera, la pérdida irreparable de Nicolás. Cuando Christopher cumple 17 años decide establecer contacto con Tomás. Tomás ya vive establecido con una familia y ha logrado un gran éxito como escritor de novelas.
En esta película, dice Wim Wenders, se trata del proceso de la curación, asumiendo la responsabilidad de la muerte de ese niño y cómo puede sobrellevar ese trauma. Que el tiempo cure las heridas, es una mentira, dice. Hay que actúar, hacer algo para la curación.
Sin embargo, aún cuando los sentimientos, por lo menos en teoría, puedan verse más tridimensionales en una película en 3D, fué un suplicio de 118 minutos tratar de entrever las distintas formas de elaboración del duelo de estos tres personajes taciturnos y escasamente expresivos tanto en el lenguaje como en la mímica facial. Al final de la película, fué el abrazo final de Tomás con Chistopher lo que causó por primera vez, en este proceso de duelo, arrancar una sonrisa a un James Franco sumergido en una apatía emocional. Fué el gran momento de superación del dolor.
Every thing Will be Fine no es ni será la mejor obra de Wim Wenders, quien ya cumplió 70 años. Al igual que la decepción que causó la película The Queen of the Desert de Herzog, estilizada y convencional, Wenders defrauda también con ésta película, que aburre y desalienta, engrandeciéndo el desencanto de no encontrar al cine de autor que cautivó con El amigo americano (1977), Cielo sobre Berlín (1987), Paris, Texas (1984), Hasta el fín del mundo (1991) o incluso con la misma Pina (2011).
La suerte de las otras dos películas alemanas en concurso por el Oso de Oro y los de Plata no es excepcionalmente mejor que la de sus distinguidos compatriotas Herzog y Wenders.
La película Victoria de Sebastian Schipper ha sido alabada, sobretodo por la prensa alemana, por la audacia técnica de haber sido filmada en las calles de Berlín Mitte en un solo plano-secuencia. Sin embargo, la temática es superficial, los diálogos de jóvenes berlineses –reales y borrachísismos – con Victoria, la joven chica madrileña (la actriz española Laila Costa) que busca una alternativa de vida en Berlín, son tontos y superficiales. La noche se hace larga y un asalto al banco culmina tragicamente con el jolgorio iluso. Aquí las leyes de la Gestalt han fracasado: Victoria es sólo forma, sin contenido.
Finalmente, la película de Andreas Dresen Als wir träumten muestra una juventud pérdida en la ciudad de Lepizig inmediatamente después de la reunificación alemana en 1990. Los protagonistas, una banda de cuatro jóvenes, están sumergidos en el alcoholismo, sin estudios concluídos, desempleados, bandoleros de la noche, violentos, rebeldes y frustrados. La banda opuesta son otros jóvenes, pero aún peores, pués son los cabeza peladas, jovenes neonazistas, con un potencial aún más alto de violencia y odio social. No es muy optimista el futuro social, ni político de los jóvenes, de sobretodo, la ex-Alemania Democrática. Lo vemos en Dresde y en Lepizig.
Esta película nos lleva, con gran aflicción, a abrir los ojos sobre los movimientos de extrema derecha en Sajonia, Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA) que han venido ocupando las calles de algunas ciudades alemanas con un discurso altamente antieuropeo y racista. El origen es, sin duda, una juventud sin futuro que recurre a la violencia, al resentimiento y a una ideología fascista. La pregunta es cómo resolver este gran problema político y darle futuro a una generación probablemente ya pérdida.