Película Ixcanul irrumpe denunciante en la Berlinale 2015
Por primera en la historia del festival de cine de Berlín participa en la sección de Concurso una producción centroamericana. Se trata de la película guatemalteca Ixcanul (volcán en lengua maya) ópera prima del joven director Jayro Bustamente, ovacionada hoy después de su exhibición en el Berlinale Palast.
Ixcanul narra la vida de María (María Mercedes Coroy), joven maya cakchiquel de 17 años que vive con sus padres en una finca cafetalera, en las faldas del volcán de Pacaya activo de Guatemala. Un matrimonio arreglado la espera, proyecto que no quiere aceptar, pero del que no puede huir. María intentará cambiar su destino a pesar de su condición de mujer indígena, huyendo con Pedro al norte frio detrás del volcán, pero él la abandona y la deja atrás, embarazada. Tratando de ahuyentar a las culebras del campo de cultivo es picada por una de ellas y es llevada de emergencia al hospital. Ella sobrevivirá, pero perderá su hija. Su huella digital como firma dará el permiso a los médicos para pagar los gastos de entierro de su recién nacida. María se niega a aceptar la pérdida de su hija y no cree en su muerte, Una noche desentierra el pequeño ataúd y descubre que solo está llena de piedras. Su hija ha sido probablemente vendida. Pero ella no tendrá ningún derecho a luchar por ella ya que firmó el papel con su huella dactilar. Y no tendrá otra salida que aceptar el casamiento con Antonio, el capataz de la finca cafetelera. No hacerlo significa la pérdida del techo en el que vive con sus padres, el desempleo, el hambre.
En palabras del propio director Jayro Bustamente: “La equidad de género no existe en Guatemala, la equidad como concepto es algo que no conocemos. La película habla de esta realidad en nuestro país, tanto de género, de etnia, como de situación socioeconómica”.
Ixcanul es una sensible denuncia social sobre las condiciones de vida de los campesinos y campesinas mayas guatemaltecos, explotados por aquellos que tienen un acceso a los medios de producción y al español como lengua oficial. Su tragedia y su sufrimiento está tan solo atenuado por ese paisaje vulcánico esplendoroso, paisaje espectacular de una tierra negra, rica en minerales, que sustenta y da energía a sus habitantes desposeídos (especialmente mujeres) de todos sus derechos sociales y enfrentados a una discriminación múltiple.
Después de Ixcanul siguen otras dos producciones latinoamericanas en concurso: El botón de nácar del documentalista chileno Patricio Guzmán, programada para el 8 de febrero y El Club de su compatriota Pablo Larraín programada para el 9 de febrero. Ambos son dos exponentes del mejor cine chileno del momento, que vienen a la Berlinale tras el éxito de Gloria, de Sebastián Lelio, Oso de Plata 2013 a su actriz Paulina García.
Además, el cine latinoamericano (también el brasileño) está muy bien representado y no sólo en la sección de Concurso, sino también en otras secciones del festival, incluída la sección de cine aborigen (NATIVe – A Journey in to Indigenous Cinema) que se inició en 2013 con el foco en Oceanía.
El cine de América Latina va bien. Es un verdadero orgullo que éstas tres películas hallan sido seleccionadas para participar en esta sección junto a nombres como Werner Herzog (con la película Queen of the Desert), Win Wenders (con la película Todo va a estar bien), Terrence Malick (con la película Knight of Cups), Peter Greenaway (con la película Eisenstein en Guanajuato) o Kenneth Branagh (con la película de cierre Cenicienta).
Ojalá que Ixcanul pueda hacer erupción y retumbar en los corazones del jurado (sobre todo el de la irectora peruana Claudia Llosa) y acceder a uno de los Osos de Plata o el de Oro como mejor película (política) de la Berlinale 2015. El director iraní Jafar Panahí con Taxi, su película valiente y también de denuncia política tendrá que esperar una vez más su oportunidad y darle paso a Guatemala.
Página oficial del festival: www.berlinale.de y http://moments.berlinale.de