Tal Cual
Nunca es buena señal que un medio de comunicación esté constreñido a cerrar sus puertas: se acorta la democracia cuando eso ocurre. En fin de cuentas, democracia es básicamente ese entorno en el que la libertad de pensamiento, la diversidad de opiniones, y el debate sin cortapisas, alimentan la relación entre los ciudadanos… y entre ellos y el poder. Así que es mala, muy mala noticia que, por causas que sus directivos han hecho del conocimiento público, Tal Cual deje de circular a partir del próximo 27F (fecha casi alegórica).
Desde sus páginas, es cierto, se combatió al gobierno, pero creo poder afirmar sin temor alguno a equivocarme que, en caso de que la oposición de hoy hubiese habitado Miraflores en estos años, igual o al menos parecida conducta habría mostrado Tal Cual con ese eventual gobierno. Porque, al fin y al cabo, un periódico es, por su propia naturaleza, o debe ser, un anti-poder, o, mejor, un contra-poder. Y porque quienes lo conocemos sabemos que ése es el talante de Teodoro Petkoff, su fundador.
Pero quiero destacar hoy otra característica notable de este periódico: su irrenunciable compromiso con la vía democrática, constitucional, pacífica, civil, y popular de cualquier proyecto de cambio que pretenda echarse a andar sobre esta tierra. Los editoriales de Petkoff, Rodríguez y Coscojuela, y también los inteligentísimos de Laureano más allá del humor (o al centro de él), confirman la que es no sólo una opción personal de vida de cada uno de ellos sino una colectiva del periódico: no es posible construir una mejor democracia sino a través de métodos democráticos pues, como decía Martin Luther King, el fin no justifica los medios sino que éstos prefiguran aquél. Desde las primeras páginas de Tal Cual, ellos repulsaron el golpe de Carmona como lo hicieron luego con cualquier nueva tentación golpista, denunciaron la estupidez de la abstención opositora en las elecciones parlamentarias de 2005, rechazaron la necedad de las guarimbas, en fin, combatieron los extremismos opositores a más de los gubernamentales.
De modo que Tal Cual hará falta para abrir el camino que Venezuela tanto requiere: uno de reconciliación y diálogo entre todos. Y, aunque ellos no lo crean, les hará falta a los chavistas, en el gobierno o no, pues quienes detentan el poder, o creen detentarlo, necesitan antes que nadie ser espoleados por la crítica.