País sin ley
Después de la victoria del «NO» en las elecciones del pasado 2D, cobra cada vez más fuerza la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente. Yo no comulgo con la idea. No porque sea mala, sino porque si cambiar las constituciones fuera garantía del éxito de un país, Haití y Venezuela deberían ser los primeros países de América.
Como dice Manuel Caballero, son muchos quienes piensan que hay que lograr la «constitución perfecta», esa que resolverá por arte de magia los problemas del país. Ya hemos visto lo alejado que está este pensamiento de la realidad. «La Constitución es un librito que sirve para todo», dijo en 1856 José Tadeo Monagas, cuando quería eternizarse en el poder. Y tenía razón: porque se puede tener con la mejor constitución el peor gobierno del mundo y viceversa: el mejor gobierno del mundo con la peor constitución. El problema no es de constituciones sino de hombres…