Reconciliación desde abajo
Algunos voceros del chavismo han expresado su rechazo a la noción de que su derrota en el reciente referendo podría conducir a una “reconciliación de todos los venezolanos”. Estos defensores del “socialismo del siglo XXI” señalan la existencia de una contradicción estructural entre el capitalismo privado y mayorías populares explotadas o excluidas, que sólo se resolverían por la victoria final de una de las partes en conflicto.
Coincido con estos adversarios políticos en que la propuesta de una pronta e indolora reconciliación global es ilusoria e irrealizable. Pero discrepo de ellos en la definición de la contradicción planteada. En la actual etapa de nuestra historia, la principal enemiga del pueblo, con la cual es imposible convivir, no es una burguesía tradicional, sino la nueva oligarquía regidora del capitalismo de Estado autoritario que se pretende implantar en el país. Esta nueva clase dominante ha demostrado, en los sistemas comunistas, ser más brutal en la opresión de los trabajadores que las burguesías liberales obligadas a compartir el poder en el seno de sociedades pluralistas.
En Venezuela no puede haber reconciliación “desde arriba” entre la oposición democrática y la alta dirigencia del chavismo “duro”. Sin cese debemos denunciar la inseguridad, el desabastecimiento, el desastre de los programas sociales, las agresiones contra las libertades ciudadanas, la centralización del poder, el culto del líder, la corrupción, la ineficacia administrativa, la destrucción del aparato productivo y nuestra creciente dependencia de la demanda petrolera de Estados Unidos y la estrategia sub-imperial de Brasil.
El gran proyecto que sí debemos propulsar es el de una reconciliación y unidad “desde abajo”, con las bases populares del chavismo, cada día más descontentas y rebeldes ante la arrogancia y los errores de su líder., y aquellos dirigentes oficialistas que enarbolan banderas de crítica democrática. La verdadera y definitiva paz de la “familia venezolana” sólo se logrará en el marco de un avance convincente hacia un orden que combine la libertad con la justicia.