Fracaso militar del siglo XXI
Alguien creyó que insultábamos al país y a los venezolanos cuando decíamos que el 4F fue el día de su desgracia. Quisiéramos que entendieran y lo ratificamos, que ese 4F fue un día de paradojas, cuando florecieron los absurdos y las irracionalidades, que nos han conducido al desgraciado país que hoy tenemos.
La irrupción perversa de ese 4F, tal vez no hubiera sido desgraciada, si no se hubiera transformado la derrota de una insubordinación militar, en el triunfo, como quiere hacerlo creer Chávez, de la juventud militar que lo secundó y gobierna con él. Y cuando decimos que fue un grupo de pérfidos, imberbes e ignaros militares, lo hacemos con lamento, ya que no es fácil escupir para arriba y apartar la cara. El embadurnamiento y el olor de la mier en que se ha transformado esta “revolución bonita”, nos deja el desagradable sentir, de tener que reconocer el fracaso de esta generación de militares, hijos de la generación que logró ayudar a implantar la democracia que ellos han logrado destruir.
Ojalá y los “altos” mandos de nuestra gloriosa Fuerza Armada, en lugar de pregonar la insípida expresión de “patria socialismo y muerte” y seguir aplaudiendo a este personaje, que se vanagloria cuando tiene en frente una borregada que solo usa la cabeza para hacer la señal del si, entraran en razón para entender que son cómplices en esta destrucción sistemática de la “patria” sin socialismo ni muerte.
Nunca en nuestros años, que consideramos de servicio a esa patria que trajinó por la incipiente democracia pos dictadura, pudimos imaginarnos el devenir tortuoso que hoy tenemos. Pareciera que la sabiduría se hubiera ausentado del soldado venezolano, con la gravedad, que sabemos que engañosamente han creído en Chávez como el hacedor de bondades y el “padre de la nueva patria”.
Nada hacemos con recordar el pasado, pero si es oportuno que reconozcamos nuestros errores. Esos errores que condujeron a la institución militar a convertirse en un cascarón vacío de conocimientos y lleno de ideales “sosos”. Es lo que son estos jóvenes que siguen a Chávez y que junto a él asumen uno de los roles más difíciles de un ciudadano: la conducción de la sociedad.
Basta ver y oír a los oficiales militares que integran el gabinete y todos los poderes del Estado, para entender que la institución militar dejo de ser para zapateros y se transformó en la gran crítica que siempre utilizamos en la degradada institución. Hoy el país es como la peor unidad militar que existiera y los militares hacedores gerenciales, creen que basta con creerse gerentes y gobernantes, usar y vestir prendas de marca, para serlo. Vergüenza sentimos, los que de este otro lado tenemos que calarnos los discursos disparatados, pueriles y sin sentido de esos ministros, que se sienten sabios y conocedores porque como en las escuelas, se leen un libro para preparar el “pote de humo”. Eso si, que sea positivo para alegrar al jefe.
Grave también es, acercarse a personas como ese ingeniero, que preside PDVSA, que tal vez vea con alegría, la unión de los imperios para cobrarle al país (a todos los venezolanos) la torpeza “roja rojita” que quiso burlarse de las empresas que no creen en soberanías “revolucionarias”. Eso, señores oficiales, es también demostración del error que ustedes han cometido en la comparsa. Recuerden que hoy, igual que ayer y mañan, el tiempo siempre es finito y mas temprano que tarde, el pueblo les cobrará. No importa el tiempo de servicio.