Tascón y el club de los traidores
“Diputado: Ni te llamo estimado ni tampoco te puedo llamar amigo, al prescindir de tales fórmulas convencionales, aún para una simple expresión epistolar, nace en tu caso por un estricto rigor ético, además, tal carga de hipocresía me sería insoportable. Imagínate, Tacón, a la familia de Ruiz Pineda dirigiéndose a Pedro Estrada en términos más o menos amables. ¿No es acaso inconcebible? Esa misma repugnancia contra Estrada de esta y de otras familias perseguidas y asesinadas durante el gobierno militar de Pérez Jiménez la tienen contra ti ahora millones de tus compatriotas, a los que por tu torcida obsecuencia y fanatismo criminal señalados en tu LISTA como indeseables al servicio del imperialismo, finalizó negándoles sus más elementales derechos como ciudadanos, como hombres libres y como venezolanos.
No me hace feliz tu caída, si así fuera, todos los que creemos con genuina convicción en los valores de la democracia y de la libertad, como en los de la compasión y de la justicia, terminaríamos por parecernos a ti y a los que apenas ayer fueron tus cómplices, hoy, estos últimos,¿ mira tu que cosas?, convertidos en tus más enconados verdugos; pero no me hace feliz ni siquiera por aquello que suele decir mucha gente ahora que lo que te está pasando te lo merecías. Ningún país merece tanta degradación ni tan largo vandalismo del espíritu.
Es absolutamente seguro que no te van a hacer justicia, te negarán el derecho a la defensa, al trabajo, a tu dignidad, te humillarán hasta los martirios acusándote de crímenes que no cometiste en el que pagarás por tu atrevimiento e insumisión; pero algo será constante y perceptible para ti y tus sentenciadores ,que no es otra cosa que los perfiles terribles de tu propia caligrafía nacida del radicalismo lascivo de tu enfermiza unidimensional comprensión del universo en el que condenaste al cadalso la inocencia de un ecosistema civil, libertario y ciudadano.
No gastes tu tiempo pidiéndole al “politburó” del Psuv lo que millones te exigieron en su momento que no debías hacer. Será inútil el que trates de probar tu infinita lealtad, ni que les enseñes con fruición a ellos los afilados dientes con los que mordiste con rabia una y mil veces al enemigo.
Desgañitarte para que no te discriminen y te oscurezcan en la redes del silencio y del olvido, será igualmente inocuo; puesta en marcha la dinámica de los sistemas totales esta ya no se detiene , si lo sabrás tú, que llagaste a ostentar la jerarquía de máximo maquinista y sumo sacerdote.
No eres al primero que purgan, y en Venezuela difícilmente serás el último. Viene al caso mencionar los vergonzosos procesos que tuvieron lugar en Moscú entre 1936 y 1938 que se desplegaron en 4 etapas dividiéndose según el sector de los “conjurados”. Los juicios se inician contra los dirigentes de la vieja guardia bolchevique: Zinóviev, Kaménev, Smirnov y otros trece. Todos admiten las acusaciones y se reconocen culpables de traición al Partido, al Estado, y de colaborar con la Gestapo. La confesión de tal mentira nos los salvó.
Para Tascón, sólo debería buscarse la fórmula de salvarse de si mismo.
¿Podrá lograrlo?”
