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Encuentro Estados Unidos-Cuba se basó en tema migratorio

Cuba y Estados Unidos iniciaron este miércoles sus primeras conversaciones oficiales en La Habana tras el anuncio de su deshielo diplomático con una reunión centrada en temas migratorios y que transcurrió, pese a algunas discrepancias, bajo un clima «constructivo» y de «respeto», según ambas partes.

«La naturaleza productiva y de colaboración de las conversaciones de hoy prueba que, pese a que persisten claras diferencias, se pueden encontrar oportunidades para avanzar en intereses mutuos», señaló en rueda de prensa el subsecretario adjunto para Latinoamérica, Alex Lee, que encabezó la delegación estadounidense.

Su contraparte cubana, la directora para EE.UU. del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) de la isla, Josefina Vidal, también destacó el «diálogo fluido» y el «espíritu constructivo» de los contactos de hoy, aunque salieron a relucir viejas diferencias entre las partes en materia migratoria.

«Cuba aspira a una relación normal con Estados Unidos, en sentido amplio», reiteró Vidal, que volverá a liderar mañana la delegación cubana que debatirá con los negociadores estadounidenses la hoja de ruta de la normalización de lazos diplomáticos.

Del lado estadounidense será la secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, quien encabezará ese encuentro, en el que abordarán la reapertura de sus respectivas embajadas en Washington y La Habana, cerradas en 1961 cuando rompieron sus relaciones diplomáticas.

Jacobson, que llegó hoy a La Habana en un vuelo comercial haciendo escala en Miami, es la funcionaria estadounidense de mayor rango que visita la Cuba castrista.

La primera reunión celebrada este miércoles se enmarca dentro de las rondas de diálogo migratorio que ambos países mantienen desde hace años y que hasta ahora era su principal foro bilateral de intercambios, donde brotaron hoy de nuevo las ya conocidas diferencias sobre la política migratoria de Estados Unidos hacia la isla.

Cuba reiteró su demanda para derogar la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, que privilegia a los cubanos que llegan a Estados Unidos al otorgarles la residencia un año después; así como su política de «pies secos/pies mojados», que permite quedarse legalmente en el país a los que llegan a tierra mientras que los cubanos interceptados en el mar son devueltos a la isla.

La representante cubana explicó que esa ley confiere a los cubanos un «trato preferencial, exclusivo y único» a la hora de regular su situación en Estados Unidos y es el «principal incentivo para la emigración ilegal, el tráfico de personas y el fraude de documentos».

Sin embargo, el funcionario estadounidense subrayó el «total compromiso» de su país con el respeto a la Ley de Ajuste Cubano y señaló que mantendrán la política de «pies secos/pies mojados», algo que, según Vidal, «contradice el espíritu y la letra de los acuerdos migratorios», firmados por ambos países en 1994 tras el episodio conocido como la «crisis de los balseros».

Las dos partes destacaron su compromiso con el objetivo original de estos acuerdos, es decir, frenar las salidas clandestinas y lograr una emigración «legal, segura y ordenada».

Cuba reconoció que Estados Unidos «está cumpliendo con los acuerdos migratorios en lo referente a la otorgación de no menos de 20.000 visas al año a emigrantes cubanos» y que ha habido un incremento de las visas a cubanos para visitas temporales.

A pesar de las diferencias, ambos países acordaron ampliar la cooperación contra la emigración ilegal y seguir manteniendo periódicamente reuniones técnicas como las que ya se han producido entre los servicios guardacostas de EE.UU. y las tropas guarda-fronteras de Cuba.

Además, pactaron realizar pronto, pero en fecha aún por determinar, uno de estos encuentros técnicos sobre el fraude de documentos.

Los discursos y el contenido de la reunión de hoy siguieron la línea de lo expresado por ambos países en anteriores rondas migratorias; aunque en esta ocasión el encuentro viene cargado de un simbolismo especial porque es el primer intercambio entre funcionarios de ambos países desde el anuncio del restablecimiento de vínculos diplomáticos del pasado 17 de diciembre.

Un mes después, e incluso antes de iniciar el diálogo, los dos países ya han suscrito los compromisos que adoptaron ese día, ya que Cuba ha liberado a los 53 presos políticos que solicitó Washington y ya han entrado en vigor las medidas prometidas por el presidente Barack Obama que alivian considerablemente el embargo sobre la isla.

El fin del embargo económico sobre la isla, que permanece vigente, sigue siendo la principal demanda de Cuba, si bien el propio Obama la considera una política «fracasada» y «caduca», según dijo el martes en su discurso sobre el Estado de la Unión.

No obstante, al asentarse sobre dos leyes, el fin del embargo debe decidirse en el Congreso estadounidense, un debate que se anuncia complicado en una Cámara dominada ahora por el Partido Republicano.

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