A movilizarse
El verbo desbocado del comandante, inventa enemigos, llama a la guerra, moviliza tropas, difama y acusa de traidores a la patria a todo aquel que ose contrariarlo. En esa oda a la palabrería hueca llena de promesas de imposible cumplimiento, el país ha navegado por nueve años hacia un socialismo trasnochado, que no pasa de ser una utopía para atrapar incautos: comunas, ciudades y empresas socialistas y un hombre nuevo sin afán de riqueza listo para practicar el trueque.
Venezuela está dirigida por la mediocridad, dedicada a enriquecerse sin pudor; a implantar programas educativos cargados de barbarismos ideológicos; a vender una frágil seguridad alimentaria fundamentada en importaciones que favorecen a productores extranjeros: a dilapidar cuantiosos ingresos, sin que se vean obras de infraestructura, ni escuelas u hospitales, ni viviendas dignas, eso sí, comprometida con la mentira que presenta un país inexistente alejado de la realidad.
Da vergüenza ver a legisladores calificar a terroristas como luchadores y guerrilleros heroicos y llorar la muerte de Raúl Reyes mientras no son capaces de mostrar sensibilidad alguna frente a los miles de venezolanos muertos por la violencia hamponil.
Indigna ver a magistrados actuar políticamente de espalda a la constitución y al mal llamado poder moral funcionar bajo la premisa de hacer lo que le viene en gana sin rendir cuentas. La contraloría inhabilita a opositores en vez de investigar la corrupción rampante, la fiscalía mantiene en cárceles a docenas de presos políticos sin presentar cargos y la defensoría permite el bochornoso espectáculo de prisiones donde se irrespetan los derechos humanos.
Comprendamos que la situación es gravísima y que frente a este gobierno forajido el pueblo está obligado a movilizarse para hacer entender el mensaje enviado el pasado 2D.