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Leopoldo López: No dejaré el país para salir en libertad

En una entrevista a un periódico Chileno El Mercurio, Leopoldo López aseguró que el mandatario nacional, Nicolás Maduro, le ofreció dejarlo en libertad si abandona el país.

-¿Cuál cree que fue la intención de Nicolás Maduro al ofrecer a Estados Unidos un canje entre usted y el puertorriqueño Óscar López Rivera?

«Desconozco sus intenciones, pero es muy claro que cada día se le hace más insostenible mantenerme injusta y arbitrariamente privado de libertad. Los venezolanos y el mundo conocen de nuestra inocencia, al igual que la de muchos compatriotas que están privados de libertad por razones políticas. Recientes estudios de opinión muestran que el 80% de los venezolanos cree en nuestra inocencia y los organismos más importantes a nivel mundial sobre derechos humanos se han pronunciado sobre nuestro caso, exigiendo mi libertad y la de todos los presos políticos en Venezuela.

Ahora bien, la propuesta de Maduro sí deja en clara evidencia nuestro carácter de preso político, sí deja en evidencia que él controla todo el proceso judicial en mi contra y deja en evidencia lo que me planteó hace un año y yo no acepté bajo ningún concepto: su deseo de que abandonara Venezuela. Eso no sucederá jamás».

-¿Cree que el Presidente hablaba en serio?

«En nuestro país, toda la institucionalidad se ha perdido y está secuestrada por una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática. Esa pérdida se manifiesta de muchas formas y una de ellas es que, lamentablemente, nuestro pueblo dejó de saber desde hace mucho tiempo cuándo, quienes están llamados a gobernar, hablan en serio o hablan en broma.

Con esta misma dinámica se manejan los problemas más sentidos y sufridos por nuestro pueblo, como la inseguridad, la escasez y el costo de la vida».

-¿Cómo ve el año 2015 del gobierno venezolano, en el que el chavismo tendrá que lidiar con el barril de petróleo cercano a los 60 dólares?

«Al momento de responderte, el precio del barril venezolano está en 47 dólares. En mi mensaje a los venezolanos con motivo de fin de año, hacía mención sobre la difícil situación económica, social y política que afrontaremos como pueblo este año 2015. El 2014 cerró nuevamente con cifras de inflación cercanas al 70% y con índices de escasez cercanos al 30%. Y así comienza este año.

Hoy es particularmente grave la situación de nuestro pueblo en los lugares de abastecimiento de alimentos, como abastos, mercados y supermercados. El venezolano, sin distinción de clase social alguna o de preferencia ideológica, es sometido a largas colas bajo el sol y la lluvia, para buscar los alimentos y los productos más básicos. Es indignante ver a las miles de madres con sus niños en brazos mendigando un paquete de pañales. A veces las colas son infructuosas porque ni se consigue lo buscado y si se consigue, es racionado a uno o dos paquetes por madre. Lo mismo toallas sanitarias, las medicinas, donde el índice de desabastecimiento alcanza el 70% según el mismo gremio de farmacéuticos, y los alimentos como pollo, huevos, aceite, café, productos de limpieza del hogar y cuidado personal.

Pese a esta situación, mi invitación a los venezolanos es a ver en la adversidad una gran oportunidad. Una oportunidad para el cambio y para lograrlo, el primer paso es encontrar una causa común, un propósito compartido por todos o, al menos, por la inmensa mayoría de los venezolanos.

Estoy convencido de que esa causa común que debe unirnos a todos los venezolanos es el ejercicio pleno y efectivo de todos los derechos que nos corresponden. Si los derechos y su garantía fuesen la prioridad del Estado y de la nación, hoy viviríamos en un país democrático, próspero, justo y lleno de oportunidades. Entre la Venezuela de hoy y la que aspiramos, hay un obstáculo que debemos remover: una élite corrupta y represora de no más de 100 personas que han tomado por asalto las instituciones, acabando con el Estado de Derecho y sustituyéndolo por un Estado delincuente. El cambio dependerá de nuestra capacidad de organizarnos, unirnos y movilizarnos políticamente».

-Su esposa y la oposición han denunciado una serie de irregularidades en el juicio contra usted. ¿Qué desenlace espera?

«La pretensión del gobierno de sacarme de circulación no es algo nuevo. El Presidente Chávez me inhabilitó hace seis años, en el 2008, cuando iba a ser elegido alcalde metropolitano de Caracas y ahora, este año 2014, año en que se vence mi inhabilitación, Maduro ordenó encarcelarme. Son más de 10 años de persecución continua que se ha manifestado con decenas de casos ante los entes del Estado, tres intentos de homicidio nunca resueltos, dos inhabilitaciones políticas que se mantuvieron vigentes, a pesar de haber logrado una sentencia favorable en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y ahora el encarcelamiento con un juicio absurdo, injusto, un juicio a mis discursos, a mis ideas.

La razón de esta persecución continuada la resumo en una palabra: Miedo. Miedo a nuestras ideas de cambio, miedo a una voz y a una propuesta distinta al modelo fracasado del mal llamado socialismo del siglo XXI.

¿Sobre el desenlace qué espero? Por supuesto mi libertad, pero lo he dicho muchas veces, yo no me he fijado plazos. Sé que voy a salir en libertad. Uno de los primeros libros que leí cuando llegué a Ramo Verde fue sobre la experiencia de un cardenal vietnamita llamado Van Thuan, quien fue apresado por el régimen comunista alegando que era parte ‘de un complot entre el Vaticano y los imperialistas para organizar la lucha contra el régimen comunista’. Fue llamado al palacio presidencial, adonde asiste, y arrestado el 15 de agosto de 1975. Fue perseguido y encarcelado por 10 años. El cardenal relata cómo la principal frustración del preso es pensar todos los días que saldrá en libertad lo antes posible y al no ocurrir, sufre a diario una decepción. Ante esta realidad, relata cómo consiguió fuerza y estabilidad en, por un lado, su relación con Dios y por el otro, en ocuparse de vivir al máximo el día a día, formándose y preparándose más.

Sé que voy a salir en libertad y que cuando salga estaré más fuerte de alma, mente y cuerpo. Saldré fortalecido espiritualmente y sin rencor. El odio, el resentimiento, es lo que ha llevado a que nuestro país esté estancado. Vamos a avanzar en nuestro sueño, que no es otro que alcanzar la mejor Venezuela, la Venezuela de la paz, del bienestar y del progreso».

-Usted y otros sectores de la oposición han denunciado que en Venezuela no hay independencia de poderes, que la justicia está subordinada al Ejecutivo. Entonces, ¿por qué se entregó el 18 de febrero pasado, cuando lo acusaban de instigar las protestas que partieron el 12 de febrero?

«Yo estoy preso por decisión de una dictadura. De Maduro y sus cómplices, quienes no menos de 20 veces desde el año 2013 me amenazaron por cadena nacional con meterme preso. Ante la orden de captura tenía tres opciones: irme del país, que nunca consideré; irme a la clandestinidad o presentarme voluntariamente ante una justicia injusta. Opté por la tercera opción.

Ante las injusticias, los atropellos y las violaciones a los derechos, se reacciona. A las injusticias se las combate. A las injusticias se les planta la cara con decisión, sin miramientos ni recelos ni cálculos.

Enfrentar la injusticia dando la cara ha sido siempre mi proceder. Así lo hice con mi inhabilitación que, a pesar de que se mantuvo durante los seis años, me impidió ser candidato en el 2008, el 2010 y el 2012, logré demostrar mi inocencia y la violación a mis derechos en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual falló a mi favor en septiembre del 2011. Para mí, esa fue una victoria no solo moral sino política, ya que demostró la arbitrariedad y sobre todo el miedo del régimen, que ha sido la verdadera razón de la persecución que se ha emprendido en mi contra durante más de una década.

Presentarme ante una justicia injusta me ha dado una nueva oportunidad de enfrentar la mentira, el abuso de poder y la necesidad de cambiar de raíz el sistema. Un líder debe ser capaz de inspirar a quienes como él persiguen un sueño. Porque, con las duras circunstancias que vive el pueblo venezolano, he comprendido que los cálculos políticos sobran y que debía asumir un riesgo en pro de la libertad de Venezuela.

Y hoy nadie duda, ni en Venezuela ni en el mundo, que en nuestro país hay una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática que ha saqueado al país y que viola los derechos humanos. Hemos logrado la atención del mundo y el apoyo de los organismos más importantes en materia de derechos humanos, como la ONU y Amnistía Internacional, hemos sensibilizado a cientos de líderes mundiales, no solo sobre nuestro caso, sino, más importante, sobre la situación que vive nuestro pueblo. Y cada día logramos más apoyo.

El día que me presenté dije que si mi encarcelamiento valía para el despertar de un pueblo, pues bien, valdría la pena. Hoy creo que millones de venezolanos y el mundo entero están absolutamente claros sobre lo que enfrentamos y ese es el paso fundamental para lograr un cambio».

-¿Qué puede hacer el Gobierno de Chile para ayudar a la situación en Venezuela?

«El Gobierno chileno, como todos los gobiernos, puede abogar, no por Leopoldo López, eso no es lo que estamos esperando, sino por el respeto a los valores democráticos y los derechos humanos en mi país y en el mundo. Existen los mecanismos diplomáticos bilaterales y multilaterales para hacerlo. Sabemos que el pueblo chileno, por su misma experiencia en el pasado con gobiernos dictatoriales, es muy sensible y comprometido con estos temas».

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