¿Un viaje improvisado o desesperado?
Los problemas se resuelven tomando medidas, no improvisando, o peor aún, buscando soluciones milagrosas, basadas en una supuesta solidaridad internacional que nunca ha existido, salvo en las cabezas calenturientas de quienes aún creen que existe una internacional comunista.
El viaje de Maduro inició mal cuando en la escala técnica hecha en Moscú fue recibido por un funcionario de menor nivel. En China, el General Ministro de Finanzas , se apresuró a declarar que habían recibido préstamos por 20 mil millones, cuando en realidad lo que sucedió fue más bien una promesa de invertir en empresas, pero con la condición, sine qua non, de tener el control de las mismas. Es decir, solo lo harían si tienen el control absoluto de, por ejemplo, Sidor, Ferrominera, Venalum, Alcasa, Bauxilum y quién sabe qué otras empresas que puedan valer esos 20 mil millones de dólares.
Maduro debe entender que para resolver una crisis financiera de la magnitud que se registra hoy en nuestro país, no le queda más remedio que acudir al vilipendiado Fondo Monetario Internacional, la única institución que puede aportar dinero fresco, eso sí, condicionándolo a un plan económico para reducir el déficit fiscal y poner orden en las finanzas públicas y, por supuesto, en el régimen cambiario.
La expresión ´´ Ya no tiene en que palo ahorcarse´´ parece que calza perfectamente para el caso venezolano, pues aunque China no es ni puede reemplazar al FMI, tampoco puede continuar prestandole dinero a ´´fondo perdido´´ a un país que continúa mal administrando tales recursos y no puede presentar unos balances positivos al momento de evaluar sus resultados. Y es que todo apunta a que Venezuela hasta podría quedar por fuera en ese plan de inversiones multimillonarias previstas por China para Latinoamerica en los próximos años y quedar reducida a ser un ´´socio marginal´´. Y es que de hecho, la hipoteca petrolera sobre ese activo, prácticamente ha tocado techo y hasta sería mas rentable para China el comprar ingentes cantidades de petroleo a los precios actuales, almacenarlos y esperar una futura subida de los precios para revenderlos en el mercado internacional. Lo cierto es que la capacidad de Venezuela para incrementar su producción de petroleo pesado es muy limitada y su capacidad productiva se encuentra muy deteriorada.
Lo planteado en el EDITORIAL de hoy, equivale en la practica a una privatización que deja en manos de las grandes corporaciones chinas el control de las empresas mencionadas, pues eso es lo que significa ´´control absoluto´´. Amen, de que habría de tener un ´´trato preferencial´´ al momento de concretarse la venta de Citgo y hasta se podría pensar en una neo privatización de parte de nuestra principal industria. Y es que los chinos se mueven con una visión de largo plazo y sobre todo, saben con que tipo de gobierno está tratando y tienen un sentido de los negocios que está fuera del alcance de nuestra actual administración. Ya aquí de lo que se trata es el abandonar lo mas pronto posible ese experimento fracasado del socialismo y ha todo prisa rectificar el rumbo de la economía antes que la destrucción del aparato productivo sea irreversible.
Basta ver las condiciones en las que viven los venezolanos para comprender que su calidad de vida ha descendido abruptamente y que no hay ni forma ni manera de mejorarla ni en el corto ni en el mediano plazo. Y es que a simple vista la tentación de continuar emitiendo dinero inorgánico es la salida fácil que van a implementar este año por razones político – electorales , aunque el precio a pagar sea una inflación de tras dígitos y el poder adquisitivo de la población quedará muy por debajo de los precios ; de lo que se infiere, que ni va aplicar el plan económico correcto, ni va a abordar el problema del déficit fiscal ni mucho menos poner orden dentro del desorden de las finanzas o el ir a una solución confiable y duradera del régimen cambiario. Lo que si veremos será un conjunto de medidas coyunturales que a manera de ´´pañitos calientes´´ les permita salir a flote por un tiempo e impedir la paralización absoluta del aparato del Estado.
La conclusión es clara : O se abandona el proyecto socialista vigente o el país se irá al garete.