Annus horribilis
¿Puede alguien recordar un año peor para los venezolanos que este 2014 que termina? Si sumamos escasez, muerte, represión, delincuencia, violaciones a la Constitución, desasistencia social, costo real de la vida, violencia gubernamental, anarquía, mal humor, no pareciera existir un registro semejante en nuestra memoria republicana. Ciertamente, el país ha tenido otros años duros, unas veces por la represión de gobiernos dictatoriales, otras por violencia política, por crisis económica, escándalos financieros, mala administración, pero nunca habían pesado tantos males juntos sobre los hombros de los ciudadanos. Este 2014 fue el sumidero de abusos, mentiras, trampas, injusticia, ineptitud, impúdica rapiña de la hacienda publica, acumulados durante los últimos quince años.
El país es hoy un organismo enfermo, con un diezmado sistema inmunológico. Postrado, sin flexibilidad ni capacidad para reaccionar ante la perdida de valor del petróleo en el mercado internacional, con su economía abatida por la destrucción de su capacidad productiva, el voraz rentismo y la dilapidación de la mayor fortuna de su historia. Con una derivación más grave aun: su acervo intelectual y científico mermando cada día por la emigración de venezolanos capacitados, en justa búsqueda de mejores oportunidades.
El S.O.S. que los jóvenes de las revueltas de febrero lanzaron al mundo es un hoy un llamado para nosotros mismos. Solo los venezolanos podemos venir al rescate de nuestro propio país. Debemos responder las preguntas que más se agitan en nuestras mentes: ¿Cómo romper este sortilegio histórico para no acumular más daño? ¿Cómo abrir nuevas vertientes que nos enrumben hacia el progreso y la libertad? Este Annus horribilis llega a su fin y el nuevo calendario abre la esperanza de que el próximo año seamos capaces de encontrar un camino para hacer de 2015 el Annus mirabilis…