Opinión Nacional

Transformer

¿Quién de ustedes, apreciados lectores, que tenga hijos, nietos sobrinos o cualquier relación con un niño de estos tiempos, no ha tenido que comprarles uno de esos juguetes llamados Transformers. No importa la edad de los niños que manejan el juguete, todos sin excepción son unos artistas en moverles
brazos, piernas y otras partes del cuerpo a esos robots humanoides, para convertirlos en un misil tierra-aire o en un tanque de guerra. Nunca le he encontrado la gracia a esos bichos, entre otras cosas porque además de horrorosos son carísimos. Claro está que no han sido inventados para hacerles gracia a personas añosas sino a niños esclavizados por la sociedad de consumo. Los largometrajes y las series de comiquitas de la televisión se han encargado de crearles esa fanaticada infantil.

Lo que nadie, ni la mente más creativa en el mundo de la literatura, el cine y la televisión habrían podido imaginar es que existieran los transformers humanos. Algo así una especie híper desarrollada del camaleón capaz de ser hoy Ares, el dios griego del odio y de la guerra y mañana la resurrección de
Buen Samaritano o de Mahatma Gandhi. Hoy Atila y al día siguiente Solón de Atenas. Uno que se acuesta como Calígula y se despierta como Séneca. Pues bien, ese prodigio de la transmutación, ese rey de la voltereta, es nada menos que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela y se le
conoce por el nombre de Hugo Chávez Frías.

Sus discursos son recogidos y publicados religiosamente en las páginas del MINCIPOP es decir, el Ministerio del Poder Popular para la Información y las Comunicaciones. De manera que sus amenazas, dicterios y anatemas; sus descalificaciones e insultos repartidos entre gobernantes de diferentes
países, sus expresiones de simpatía y de solidaridad hacia personas o grupos considerados escorias sociales y amenazas para el género humano; no son un invento de la oposición “golpista, oligarca y vendida al imperio”. Como no son inventos sus piruetas y vueltas de carnero recogidas en las mismas
páginas oficiales y oficialistas.

El 28 de mayo último se promulgó mediante decreto presidencial, la Ley de Inteligencia y Contra Inteligencia, que ha sido rebautizada por la oposición como Ley Sapo, Ley GESTAPO, etcétera. El gobierno preparó una artillería defensiva con sus más serviles defensores y hasta cuñas por el canal
oficial del chavismo -Venezolana de Televisión- y otros de la misma calaña. Pero los adulantes y las cuñas se quedaron colgados de la brocha cuando sorpresivamente el firmante de la Ley se transformó en su más acido crítico y procedió a dejarla sin efecto.

El mismo que gritó en la Asamblea Nacional ante millones de televidentes y todo el cuerpo diplomático presente, que las FARC debían ser reconocidas como un movimiento beligerante; el mismo que lloró la muerte del asesino terrorista Raúl Reyes y que no se alegró por la desaparición física de
Marulanda-Tirofijo, el mismito que dijo que en Colombia había dos gobiernos, el de Uribe y el de la narcoguerrilla, el jefe de un ministro que llama compañeros a los forajidos de las FARC y se reúne con ellos en plan de amigo del alma; ahora les aconseja a estos insurgentes que mejor se dejen de andar
secuestrando y asesinando, que entreguen a los rehenes y depongan las armas porque están derrotados.

Día tras día ha llamado burguesía explotadora a los pocos empresarios que han resistido y continúan produciendo en el país, ha permitido que funcionarios de su régimen hostiguen a la Polar, la mayor empresa venezolana productora de alimentos; ha tolerado una anarquía que no respeta ni las
disposiciones del Tribunal Supremo de Justicia como en el caso de la toma ilegal de las instalaciones de Coca-Cola por sus ex obreros; ha instigado la invasión de fincas en plena producción; amenaza a las clínicas privadas con estatizarlas. Pero de pronto se quita la gorra y la camisa rojas, no viste
el uniforme militar de campaña sino un elegante traje, una fina camisa y una costosa corbata y hace que sus ministros y colaboradores vistan con igual corrección: se trata de hablarles a los empresarios y banqueros para prometerles un lugar de honor en el olimpo socialista. Ah, y les dice que no teman al socialismo porque China (el reino del capitalismo más salvaje hasta ahora conocido) es comunista. Esto en otras palabras significa: déjense de paparruchas democráticas; China es una dictadura que permite a los empresarios enriquecerse, y eso es lo que a ustedes realmente les importa.

¿Se volvió loco Chávez? Prefiero no entrar en la materia ni discurrir sobre si ya lo era o no, porque hay alguna prohibición relacionada con la salud mental del susodicho y es preferible curarse en salud. Lo que una infiere es que el presidente lee encuestas, sabe que la masa no está para bollos atrabiliarios y lanza anzuelos para ver que pesca. Cuando los peces -léase los opositores- pican, el proyecto avanza; pero si se alborotan y se niegan a dejarse atrapar, el pescador de incautos retrocede. Con unas elecciones a la vuelta de la esquina es mejor no alborotar el avispero.

Las metamorfosis del Transformer de Miraflores no son espontáneas, son respuestas a las acciones de una oposición que nosotros, los mismos opositores, nos empeñamos en descalificar. Aún sin líderes que la conduzcan y sin partidos fuertes que la organicen, la oposición ha ganado espacios y credibilidad al interpretar el sentir y compartir la insatisfacción de la masa popular que una vez fue chavista. La consigna debe ser no bajar la guardia, Chávez fue derrotado y es derrotable y hacia allá debemos marchar

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba