Opinión Nacional

Movimiento 2D sapientia como hegemonía

El día maracucho había empezado con mayor angustia que de costumbre. Son esos días cuando el deber impone la vigilia para satisfacer la exactitud con la cual se complace a la amiga o se cumple a cabalidad el compromiso contraído, se honra la palabra empeñada. Cargaba la angustia con algunos días de anticipación y con los recordatorios necesarios para que el olvido o el descuido no impidieran el cumplimiento de la invitación que en nombre de un ser muy especial, merecedor de nuestro más alto reconocimiento, nos había sido formulada. Con el más cuidadoso respeto y las explicaciones que reclamaba la invitación que se nos hizo, pedí a algunos amigos que allí nos viéramos, que importante era su presencia. Por mi insistencia y por su propia convicción, estuvieron allí los maestros Tito Balza Santaella, y Gustavo Pineda, al primero le ha correspondido en esta región y con el país, la batalla por salvar el lenguaje, por proteger la lengua, lo cual, según él, empieza por lograr amarla por su belleza y luego conocerla, según son las reglas de su gramática. Duro trabajo éste que el sabio ha cumplido y dejado sus huellas para siempre en sus discípulos. El segundo, el maestro Gustavo Pineda. Todo su tiempo, y más que el tiempo todo, su vida toda, la ha dedicado a distender las garras de la muerte, desvanecer su fuerza devolviendo la vida a tantos, tantos que, por tales hazañas se ha convertido en un ser quien, además de bueno, de muy bueno, es como un mago que devuelve a los cuerpos casi ausentes la presencia existencial de la vida, y a las familias todas ha logrado devolver la riza y la alegría. Allí estaba con su humildad a cuestas.

El sitio a donde fuimos convocados no podía ser mejor, espacio natural para los mercaderes, allí en su casa, cubierta, a sala llena, la Cámara de Comercio de Maracaibo. En la tarima, apenas medianamente levantada sobre el nivel del suelo, se distribuyeron varias sillas, se convirtió en estrado. Detrás una inmensa pancarta como telón de fondo, donde se identificaba al movimiento 2D, DEMOCRACIA Y LIBERTAD>/B>, los protagonistas del evento ocuparían el sitial para ser vitos por encima del resto, según supe luego. Transcurrió un largo trecho. No se por qué se retardaron, ni se si aguardaban a alguien más, pero, de pronto una voz anónima, sin acento ni tono regional, señaló el inicio del acto. Como en los teatros se anunciaba sólo viendo la voz de quien tras las cortinas o en la sala técnica marcaba el inicio del programa, de ese modo no se distrae la grandeza de los actores. En tono sacerdotal, el primer acto, un señor, a todas luces respetable, de flux bien trazado, que a pesar de sus esfuerzos no lograba ocultar el abdomen de felicidad que acompañaba a su exhibidor dueño, abrió, con un discurso breve, el espectáculo. Resultó ser un señor llamado Froilan Barrios, cuya historia personal, dijo, ligada al Zulia estaba, por haber sido dirigente de cuestiones obreras en estos lares. No faltó la fresca risa pícara propia del zuliano, cuando dijo haber nacido llanero. Tradujo con detalles las maldades de Chávez contra el movimiento obrero organizado. Fantástico. Fantástico el comportamiento de la gente que ya todo sabía y, empero, presentaban cara de interés acucioso en cuanto el buen hombre, muy sabio, repetía. Concluyó su introito presentándonos a Miguel Enrique Otero, de la mejor manera, uno inter pares, lucida armonía entre la clase trabajadora intelectual y los intelectuales trabajadores de oficio.
Gracias a la diáfana labor de los medios, alcancé a identificar a las únicas dos damas que daban belleza al presidium. Ciertamente bellas por sus saberes y talante, de lo anterior dan prueba los programas de la tele en donde las he escuchado, visto y atentamente oído. A una, sobre la cosa internacional, la otra, para mi alegría es experta asuntos militares, derechos humanos. La recordaba por haberle dado una batida al general Rojas Müller, el sabio de todos los saberes, el venerable anciano del PSUV. Otros señores, también vistos por mí en la TV, constituyen referencias en la historia, la política, la economía, y otras materias. Sabios como correspondía a quienes presidían no solo este circunstancial acto acá descrito, sino por cuanto ellos hacen. Son todos y cada uno una referencia nacional, un símbolo tal vez mejor decir, por sus conocimientos, probado espíritu democrático y desacralizadores de Hugo Rafael. Hasta un venezolano Sonntag, en Alemania nacido, pero hecho ser de aquí, estaba allí. Intelectuales reputados, en dos palabras, de prestigio nacional e internacional, para que sean cinco las que a todos comprenden. Verlos juntos, allí presidiendo, y sin saber por qué vino a mi transubstanciado un texto de Vallejo, si Chávez cae, es un decir si cae…frente a mí en el selecto grupo bien pudieran estar los ministros de relaciones exteriores, educación, secretaría de la presidencia, finanzas, defensa, información… si Chávez cae.

Con las deferencias de rigor y para que su magistral reflexión, disertación no hubiera fallas, el Orador de Orden, el principal, señor Miguel Enrique Otero, leyó como un profesor de literatura bien sabido, en buen tono, buen ritmo y acentuación adecuada, dispuesta su mirada sobre el público, quiero decir la gente que allí estábamos, por si necesario fuese alguna explicación. Era como una combinación de un director de reputada filarmónica con un laureado predicador sacro. Cautivaban su voz y sus ideas y aplaudíamos allí en el exacto punto donde más trascendental resultaba la melodía de la pontificia bula, sobre tan delicada materia. La democracia, la libertad y los riesgos reales de perderla según los actos inconstitucionales, perversos que el presidente Chávez adelanta para imponernos el comunismo en Venezuela y eliminar la propiedad privada. No podía faltar en este medio, el reconocimiento al Zulia. Su importancia económica, histórica, su tanto dar y tanto padecer, desde los Barroso, las fuentes originarias de la dicha petrolera, su peso electoral y mas y mas bellas cosas que casi nunca oímos los zulianos acá nacidos o adoptados como buenos hijos. Sólo faltó una gaita al Lago de esas tantas y admirar con tan buenas razones las caderas sueltas de sus mujeres como palmeras al viento según el pincel lúdico de Rabel Rincón González, un reconocimiento al Relámpago que orienta al zuliano, un saludo a Colombia por los regalos permanentes del gran río de abundosas aguas, también como el relámpago, llamado Catatumbo. El propio nacimiento del nombre, Venezuela, la Batalla Naval, el broche de oro de nuestra independencia. A primera vista, sólo a vista primera, se pudo haber pensado que eran cumplidos de cortesía estos lugares comunes de quienes aceptamos que “Maracaibo es la primera ciudad de Venezuela” que “el Zulia está primero” pero, No. Son estas expresiones que no por repetidas cansan, lejos por el contrario engrandecen. Generoso fue el señor Otero en invocar con sus halagos la grandeza de estas tierras.

Al final, las recomendaciones de los que los zulianos debemos asumir y tenemos que hacer, las cuales reproduzco casi literalmente: Luchar para que se respete la constitución. Luchar por cuentas claras, y el respeto al orden jurídico nacional. De nuevo la voz anónima, señaló: ha concluido el acto. El acto que lleva por nombre, Manifiesto del Zulia. Al salir de una sola vez y para siempre supe lo qué es la democracia, la libertad, y el centralismo. Es lo mismo que hace y dice el Señor Chávez, pero sin insultos, a quien con todas las buenas razones allí expuestas, se debe combatir. Democracia es el poder de unos poquitos, no importa si ese poder es el poder político, económico, religiosos, etc., o es el poder de la palabra, que es la verdad de quien la usa con la razón o la fuerza de fundamento o de sustento. En el presidium ni un solo zuliano, lo cual, dado el modo de ser de este pueblo, poco importa, acá ser zuliano es amar a la Chinita, echarse palos con San Benito, cantar, trabajar, trabajar, crear, y hacer las cosas como podemos y como nos da la gana bien nutrida de experiencias ajenas de universal valor y belleza. Hasta un pequeño Nerón tuvimos que incendió la Villa, y tuvimos un modo de ser propio en la Independencia y salvo una vez, en el resto de veces, se ha derrotado al Presidente Chávez. Pero es así la democracia del movimiento de los 2D, como la participativa de HRCHF. He aquí, nos dijo Otero, las ideas perfectas, los argumentos necesarios y únicos y sobre ellos, ustedes, hacen lo que de allí se infiere. ¿Qué distinto hay en ese proceder del otro proceder?
La libertad, no podía faltar esa señora buena. Apenas si nos dejaron la libertad de aceptar con sumisa obediencia el Manifiesto del Zulia, sin ni siquiera firmarlo. Eso como que pudiera pudrir la impolutez de los 20 sabios, jerarcas, apóstoles de la Libertad y de la Democracia. Supe, por siempre, lo que es el centralismo. Una enfermedad que padecen los parroquianos que se adueñaron de Caracas. Allí desde su ombligo y mirando al país desde esa sima, nos imponen lo que tenemos qué hacer, sin ni siquiera el derecho a la firma, especie de forma para saber qué es uno. Me acordé de uno de esos pares. SUMATE, entre ambos, no se por qué, se me ocurre pensar. que ellos creen firmemente que son la verdad, la razón, el camino, que lo demás es monte y culebra. Si Chávez cae, Dios mío, que no sean ellos mis amos mis señores a pesar de la dulzura de su habla y su piel de cordero.

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