Aferrados a la oportunidad (1/4 y 100)
Los teóricos emergentes de un determinado sector de la izquierda, tienden a cuestionar el carácter socialista que ha invocado el Presidente Chávez, empleando sus mejores y legítimas herramientas académicas. Medios digitales o diarios impresos de circulación nacional de pronto están poblados por la jerga de la postmodernidad, en el intento de opinar sobre el rumbo alcanzado o que pudiera alcanzar el régimen. Sin embargo, al menor cuestionamiento proveniente de otros sectores ideológicos, rápidamente se repliegan en defensa de lo que entienden como una oportunidad inédita e imperdible para la realización de las intenciones y proyectos marxistas que – al fin y al cabo – los cobija a todos.
El reflejo en cuestión se asemeja a la de los activistas del oficialismo que no participan directamente del partido-rector creado por orden presidencial, por muchas irritaciones, incomprensiones, tropiezos o molestias que sufran. Quizá por aquella sentencia popular del “más vale una cuarta de gobierno que cien kilómetros de oposición”, procuran mantenerse en la órbita del poder, a veces a cualquier precio.
Lo anterior dibuja dos circunstancias necesarias de considerar, más allá de las vicisitudes de un titular de prensa. Por una parte, no todos estuvieron convencidos – desde la inevitable variedad de posiciones, a finales de los noventa – de la acreditación revolucionaria de Hugo Chávez, pero lo acompañaron no sólo por el dilema existencial que impuso el momento (entre un polo “patriótico” y otro “democrático”) y la muy pragmática ocasión de acceder a la dirección del Estado, sino por la convicción de una hábil coladura entre los resquicios del poder de partidos y personalidades. Por ejemplo, aunque el PCV no encontrara una identidad específica y real con el chavismo de entonces, lo apostó con la esperanza de mantenerse y de imponerse a la postre por obra de sus destrezas y – también – hermenéutica leninista, aunque ha sido evidentemente despreciado, excepto se trate de reclutar algunos de sus dirigentes para solventar un poco los problemas del gabinete panfletario de siempre.
Unos y otros se aferran a una oportunidad irrepetible, según el canon, así puedan desparecer víctimas del propio proceso que respaldan. La “Doctrina Lara”, llamando así a la imposición que ocurre en el estado Guárico con uno de los más altos exponentes del chavezato (“yo soy el candidato del Presidente”, señaló), es suficientemente ilustrativa, pero – acto reflejo – de peligrar la revolución, como la llaman, están dispuestos a dar en prenda sus pertenencias y acaso la vida para resguardarla de todas las amanazas reales e imaginarias que – ya por hábito – reciben la cómoda denominación de “imperialistas”.
Sostenemos, por otra parte, que todos están hipotecados por el remoto imaginario social de la revolución de los sesenta, creyéndo salir de una gesta como la de Sierra Maestra con destino al mar de la felicidad. Simultáneamente bulliciosos y temerosos, retroceden en defensa de tamaño anacronismo histórico al verse apenas rozados por la crítica ajena, pero – entre ¼ y 100 – se resignarán al extravío teórico y la liquidación política, a la expectativa de una adecuada supervivencia en los suburbios del Estado.
Desabastecimiento editorial
En marzo del presente año, la Gaceta Oficial fue la portadora de una decisión que no ha pasado por debajo de la mesa: no habrá el dólar prioritario para la importación de libros. Hasta hace muy poco, el gobierno se ha dignado en responder.
Significa nuestro aislamiento de un mundo de novedades editoriales, tan notorio ya en todas las librerías del país. Desabastecimiento que traerá inflación, los pocos títulos de calibre circularán acaso por obra del fotocopiado, más o menos en situación de clandestinidad.
Harto sospechoso, sumemos que el actual ministro de la Vivienda (antes de la Cultura, como si ya estuviera calificando para el despacho de la Defensa o la Cancillería), anunció para beneplácito presidencial la adquisición de un emporio capaz de soltar 20 millones de libros al año. ¡Una curiosa sustitución de importaciones!, que dejará en manos de los titulares del Estado la decisión nada despreciable sobre lo que leeremos o no los venezolanos.
Por si fuera poco, liquidaron las librerías Monte Avila y Kuai-Mare (por muy aborigen que fuese el término), a favor de las Librerías del Sur anegadas de propaganda, salvo muy casuales títulos que se cuelen de cierta prestancia. ¿Son necesarias las biografías y obras completas de Ernesto Guevara?, es válido, pero – igualmente – lo son las reediciones de Jon Lee Anderson, Paco Ignacio Taibo II, Abel Posse o Jorge Castañeda, si no hay ya otra novedad en el mercado.
¿Cundirán al país de los títulos que al régimen y solo al régimen interesan, quebrando las librerías independientes? Los indicios apuntan hacia allá, sin dudas.
Notas
¿Asfixia mecánica?: el rescate de Ingrid Betancourt y de otras personas secuestradas opacó la detención del general Angel Vivas, inmediatamente descalificado por su compañero de promoción y ministro de la Defensa. Simplemente, intentó ejercer un recurso jurisdiccional en razón de la reiterada violación de la Constitución por el Comandante en Jefe. No se alzó, agrupó tropas y se pronunció yendo al Museo Histórico, sino que pacíficamente optó por los recursos legítimamente existentes. Recordemos que otros civiles recurrieron al TSJ en demanda de la preservación institucional de la corporación castrense, pero César Pérez Vivas, Pedro Pablo Alcántara, entre otros adscritos al ya desaparecido Foro Parlamentario Democrático, fueron desestimados … ¿Fecal?: la programación del canal clásico de Radio Nacional de Venezuela (RNV) ha cambiado muchísimo y no nos referimos al repertorio académico, sino al constante bombardeo propagandístico del régimen que poco le importa la descalificación personal de los oponentes, sin derecho a réplica. Un espacio nocturno dedicado a los ritmos tropicales, sirve también para comentar la prensa del sector privado y, más allá de cuestionar un títular, refieren a la “cuerda de bandidos” (por decir lo menos) que lo produjeron. O, de apariencia ingenua el comentario, la reposición de un programa de Vladimir Acosta, portador a veces de interesantes disquisiciones históricas y sociológicas, sirve igualmente para referirse al presidente mexicano como “fecal”…