Opinión Nacional

Serie de suspenso

El presidente no aborda los principales problemas del país, por el contrario, cada día los agrava. Nos hemos convertido en espectadores de una serie de suspenso en la que los guionistas no se ponen de acuerdo para encontrar el final. Esta vez, en su viaje a Rusia, ha incluido más armas en su carrito de supermercado. Las agencias de noticias han dicho que ya ha desembolsado “sin regatear” un millardo de dólares en los anaqueles de los perros de la guerra en Moscú, como cuota inicial para otra tanda de armamentos que incluyen el sistema antiaéreos Tor-M1 (el mismo de Irán), submarinos ofensivos lanza misiles de las clases Varshavianka y Amur, buques de superficie de distinta clase, aviones Il-114, tanques T-90C y helicópteros Mi-28N. A esto hay que sumar a los 4 o 5 millardos ya cancelados a ese país por los AK-47, la flota de Shukoi y los helicópteros de combate, entre otros. La agencia rusa Interfax informó originalmente que serían 30 millardos de dólares las compras totales, luego el mismo Chávez en rueda de prensa en Moscú, desvió la atención sobre esa cifra respondiendo a los periodistas internacionales: “no voy a hablar de sumas, de las sumas me encargo yo”.

La irresponsabilidad del manejo de las finanzas públicas del país por un solo individuo de comprobada ignorancia en la materia e inestabilidad emocional, nos está llevando a un posible “crack” financiero del Estado y a un “cul-de-sac” geopolítico. La deuda externa está llegando a los 40 millardos de dólares y la interna supera los 30 millardos, mientras las reservas internacionales de Venezuela están apenas en 32 millardos de dólares. En FONDEM, que en los últimos tres años tuvo ingresos por 36 millardos de dólares gracias al traspaso millonario de las reservas de “un bolsillo a otro” (Chávez dixit) y aportes de PDVSA, hoy en día quedan solo 5 millardos (nadie sabe que se hicieron o a dónde fueron a parar los restantes 31 millardos de dólares). Como este gobierno acabó con la producción agroindustrial, este año las importaciones se proyectan en 50 millardos de dólares, con una inflación que rondará el 40%. Nos encontramos entonces que en nuestra libretica (como la de Manolito el de Mafalda), entre el “debe” y el “haber”, no nos dan las cuentas.

Como una guinda a esta torta de compromisos desatinados, Chávez ha ofrecido nuestro territorio y nuestra soberanía para la instalación de bases militares rusas. El presidente ha dicho que Venezuela está tan bien posicionada como la isla de Cuba para que los rusos cumplan su amenaza de tomar represalias contra el escudo antimisiles que los EEUU planean construir en Europa central. De acuerdo a una nota de la agencia DPA Chávez afirmó a su contraparte Medvedev: “Si las fuerzas de combate rusas quieren erigir bases en Venezuela, son bienvenidas”. Como Cuba y Venezuela ahora son una sola nación, los días previos a la visita de Chávez, el gobierno ruso había declarado la intención de destacar un escuadrón de bombarderos en esa isla en respuesta al plan norteamericano. Se trata de los bombarderos estratégicos de largo alcance modelos Tu-160 y Tu-95MC, portadores de bombas nucleares. «Los especialistas rusos ya efectuaron una misión de reconocimiento», indicaron fuentes de la agencia rusa Izvestia. Esta información hizo sonar las alarmas y revivió de inmediato el fantasma de la crisis de los misiles, que en los años sesenta, estuvo a punto de provocar una guerra nuclear. La respuesta de USA no se hizo esperar, el general Norton Schwartz, nominado para ser el nuevo jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea declaró: «Si lo “hicieran”, nosotros deberíamos ponernos firmes y señalar que para EEUU se trataría de que “han” pasado la línea roja».

Todo esto para alimentar el ego de nuestro excéntrico personaje, quien no contento con habernos involucrado en el conflicto nuclear en progreso entre Irán y sus satélites terroristas del Medio oriente contra israel, USA y la UE, con esta nueva decisión se convierte en actor de reparto y a los venezolanos en “dobles” que recibirán los golpes, de una película de acción, terror y suspenso que, como en el anterior período de guerra fría, seguramente no producirá un enfrentamiento directo entre superpotencias, pero que sin duda, intensificará las presiones diplomáticas y económicas, sospechas y complots, en fin graves daños colaterales que terminarán “ponchando” y sacando del juego a Venezuela en el contexto de las ligas mayores de la geopolítica internacional.

La primera serie de suspenso de la historia se tituló “Las Mil y Una Noches”. Su personaje principal, la princesa Schahrasad o Scheherazada, contaba un cuento cada noche, cuidándose de no terminarlo para evitar ser degollada por el Sultán, dejándo la continuación o el final para la noche siguiente, ganando así un día más de vida. De la misma manera, Chávez tiene diez años fabricando conflictos internos, regionales y ahora mundiales, creando una madeja de problemas sin resolver ni concluir. Sus guionistas inventan nuevas situaciones y personajes pñara enredar más la trama y así ganar tiempo, “rating” y mantenerse en el “top of mind” de las diversas audiencias locales e internacionales, mientras el páis se desploma en ruinas. Esta vez, está llegando demasiado lejos al exponernos a un conflicto de grandes proporciones. Podría sucederle, como en el relato del príncipe persa Kamaru, que le arrebató al sabio que lo inventó, un caballo de ébano capaz de volar por los aires. Sintiéndose poderoso con tal artefacto, reta a los 50.000 jinetes del reino vecino, realiza pases rasantes sobre sus cabezas y piruetas de todo tipo mientras comienza a ascender sin parar, dándose de cuenta que en su rapto de arrogancia no le preguntó al sabio por las clavijas que controlaban el indómito autómata volador. El final del relato, lo dejó Scheherazada en suspenso hasta la noche siguiente.

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