Alcaldía Metropolitana
Para las elecciones de noviembre la Alcaldía Metropolitana de Caracas plantea retos que es necesario valorar muy cuidadosamente. La gestión que está por concluir muestra con notable transparencia cómo el chavismo quiere convertirla en un cascarón vacío como en efecto lo ha casi logrado a la fecha, pero que sirva también como elemento de incordio, como inductor de conflictos entre las alcaldías municipales de su jurisdicción y obstáculo para una gestión eficaz. La razón reside en que, como se ha demostrado hasta el cansancio, el de este gobierno es un proyecto autoritario y centralista: basta recordar la “Nueva Geometría del Poder”, naufragada en el tsunami del 2D pero que se intenta reflotar por medio de ardides a veces burdos y siempre descarados. Pero es que si alguna autonomía resulta molesta al proyecto oficial, es preci-samente la de la capital de la República por su influjo sobre el resto de las al-caldías y gobernaciones del país; así que, sin desafiar abiertamente el texto constitucional para minimizar el costo político y ante las dificultades para ganar las alcaldías municipales, la estrategia más eficaz parecería ser la del sabotaje, desde el Gobierno Nacional mezquinándoles los recursos que legítimamente les corresponden y, de ser posible, desde la Alcaldía Metropolitana obstaculi-zando la coordinación intermunicipal indispensable para el funcionamiento de una ciudad como Caracas: como ha hecho sin pudor Juan Barreto y como haría Aristóbulo Istúriz si las trampas y zancadillas le permiten acceder al car-go. El empecinamiento oficial en las inhabilitaciones se debe precisamente a ello y a la fortaleza de la candidatura de Leopoldo López a la Alcaldía Metropo-litana, frente a la cual es evidente que no hay candidato chavista que resista.
Es imperioso luchar hasta lo último por levantar esas inhabilitaciones fraudulentas y anticonstitucionales, pero si al final no fuera posible la alternativa no puede ser la rendición ni el lamento: el reto es especialmente arduo, pero si logra presentar una alternativa exitosa la oposición habrá ofrecido la más clara demostración de que está preparada para reencaminar al país por la senda del progreso después de la noche chavista. Y Caracas lo agradecerá especialmen-te.
