Inhabilitados bolivarianos
Los que se han sometido constitucionalmente a la sinjusticia bolivariana, acaban de ser condenados a no existir políticamente porque un cambio de partida presupuestaria, un viático mal calculado, una prestación social indebida, un salario reclamado y en peligro, justa pero no legalmente pagado, imponen sanciones que van más allá de las Razones de Estado para situarse en la Conveniencia Política.
Como lo que abunda no daña, los inhabilitados bolivarianos no podrán de ahora en adelante, por orden presidencial y emitida en Alocución Presidencial No 433221 de fecha 3 de Agosto celebrada en Puerto Nutrias, debidamente acatada por todos los poderes adscritos al que Poderoso que ejecuta:
1. Circular por las calles del proceso sin su correspondiente San Benito bolivariano, rojo y no amarillo.
2. Surtir de gasolina sus vehículos imperialistas con gasolina del Siglo XXI.
3. Caminar por el centro de Caracas, y en especial por los protegidos alrededores del Capitolio nacional e independiente de cualquier consigna distinta a la del ¡UH Ah!
4. Poseer tarjetas de débito o de crédito en cualquiera de los Bancos del Estado, es decir, del pueblo.
5. Comer pollo importado de Brasil o solomo de Argentina.
6. Beber leche de Bielorrusia.
7. Usar el ABA bolivariana, que es sólo para comunicarse con el ALBA idem.
8. Bañarse vestido, en traje de baño o desnudo en el Güaire limpio y recuperado.
9. Divisar la ciudad desde un Globo coreano, y mucho menos desde el teleférico que atiende la montaña en discordia con el REY que manda a callar.
10. Reírse de cualquier ingeniosidad de la más ALTA INVESTIDURA.
11. Llamar Truhán, Tunante o Alcahuete al más excelso funcionario público que haya conocido la Historia Republicana Venezolana.
12. Enviarle Flores Negras a la Comandante Diputada.
13. Intentar comunicarse en inglés con los organismos internacionales.
14. Echárselas de buenmozos galanes y misses de la IV.
15. Aparecer en el Canal del Diablo
Y cualquier otra pena o sanción que UD. amigo lector quiera imponerles a estos conciudadanos que por decisión de la ALTA CORTE encargada de aplicar la Magna Carta no existen sino sólo en barajitas de la oposición y ya no más en tarjetones de un Poder Electoral clarividente, autónomo y perspicaz que los inhabilita tempranamente antes de cualquier sentencia firme y definitiva.
De UDS afectuosamente un tal Hans Kelsen el de la Pirámide, no del juego, sino la jurídica.