Comunismo a juro
Chávez piensa llegar al fondo en su confrontación con los venezolanos, con Latinoamérica, tratando de instaurar un régimen al viejo modelo socialista, cueste lo que le cueste, invierte desesperadamente hasta el último dólar en su obsesión. Sin importarle ya “el que dirán”, sin importarle la voluntad expresa del pueblo venezolano. Saltándose la Constitución y las normas de convivencia, lo suyo es “comunismo” a juro. Sus tiempos de dar un paso hacia atrás, parecen haber terminado, su rumbo es directo con el martillo y la hoz en la mano, quien no esté convencido de ello todavía, se estará cavando su fosa junto al comandante de la “revolución”. Los espacios para la “timidez”, indefinición y oportunismo se van acabando. Quienes quisieron hacer abstracción de este proceso de destrucción permanente, recluyéndose en el ejercicio liberal de sus profesiones o agarrando contratos aunque fueran fallos, están muy equivocados si pretenden mantener el sustento de sus hijos de esta manera. Venezuela llegó con Chávez a la cima de su decadencia, igual como llegará a la ruina y todos sufriremos las consecuencias, incluyendo a muchos miembros de la boliburguesía ladrona. Ocurrirá como en Cuba con ciudades destruidas y seres hambrientos rondando por las calles, mientras los jerarcas se mantendrán en la cumbre de la llamada nomenclatura, rodeados de sirvientes y esclavos.
El mundo del comandante es totalmente opuesto al resto de la población, quizás en sus fantasías le gustaría montar un espectáculo boxístico en el Nuevo Circo de Caracas, o en el Poliedro donde la pelea estelar la protagonizaran Bush vs. Putin por el campeonato mundial del “imperialismo” en su categoría única. Lo mismo sucede con sus “jueguitos” invitando a la flota rusa a visitarnos sonando fachoso y de poca seriedad. Cuando los rusos y los venezolanos no tienen sino afinidad formal, por mucha globalización un ruso en este país resulta una vaina rara, frente a un conocido musiú norteamericano.
Pero los daños irrogados con las “nuevas leyes”, serán irreversibles para la “revolución” y para la disidencia. Para los banqueros, para los mismos “empresarios” expoliadores que viven en Miami y nos visitan dos veces a la semana, para los dueños de casinos y otras covachas. Todos ellos beneficiados por un régimen que compra voluntades cuando le conviene y luego les da una patada por el trasero cuando ya no los necesita. Ese será el devenir de todos estos “payasos y maromeros” de la “revolución”.
O nos preparamos para rescatar los espacios no solamente físicos que demarcan una alcaldía o gobernación, o perecerá la democracia definitivamente, en el “referendo” convocado por Chávez para el próximo 23 de noviembre que, tanto preocupa a los politiqueros de este país y los aparta de las tareas reales de una disidencia seria. En una nación en crisis que no halla soluciones ni derroteros para sus habitantes, eso somos, sometidos durante diez años a la mayor depredación en su historia. Con las pretensiones hegemónicas de un “camarada” que lo “magnetizó” el poder. Ese comunismo que nunca existió es lo que quiere vender como la solución mágica a los infelices moradores de la patria, engañados con sus desplantes y su populismo vasallo. Vendiendo miserias y regalando dineros a propios extraños con tal de perpetuarse en el imperio de las mentiras.
Nos “follan” por todos lados como dicen los españoles en sus tiras eróticas y lo seguirán haciendo mientras haya dólares para repartir y las perspectivas de ruina serán cada vez mayores. Perdimos la gran oportunidad del siglo XXI, con los retardos para arrancar el siglo de “oro” de Venezuela, comenzamos con retraso, hipotecando el país y el futuro de los venezolanos, arruinando la Patria y cediendo hasta el honor, haciéndonos cada vez más dependientes de Putin, de Fidel Castro y de cuanto “bicho de uñas” aparezca por ahí portando la vieja hoz y el martillo. Así, nos quieren imponer un “comunismo” a juro, con desfachatez y prepotencia hasta la muerte. Aunque no seamos: “Patria, socialismo o muerte”