Da Vinci, el robot que opera en el HCC
Los míticos protagonistas de las películas de ciencia ficción, han tomado una nueva connotación. Además de protagonizar escenas de películas futuristas, forman parte del staff quirúrgico en procedimientos donde se requiere minuciosa precisión. “Cirugía robótica” no es el título de una película de George Lucas, es una realidad al servicio de nuestra salud, disponible desde hace ocho años en Venezuela en el Hospital de Clínicas Caracas, para convertirnos en unos de los más importantes centros robóticos de Suramérica.
El doctor Ariel Kaufman, jefe del servicio de urología del Hospital de Clínicas Caracas, explica que el robot Da Vinci, tiene ocho años en la Institución y el próximo año, llegará a Venezuela un Robot con mayor alcance y mayor precisión. “La cirugía robótica trae contundentes beneficios al paciente: mayor precisión, menores efectos secundarios, menos sangrado y por ende, menor tiempo de hospitalización”.
–¿Cuáles son las ventajas de la cirugía robótica sobre la cirugía convencional?
–La cirugía robótica constituye un avance médico excepcional que ofrece ventajas tanto al paciente como al médico. El cirujano trabaja confortablemente desde una consola de control que puede estar ubicada en el quirófano o en un lugar distante. Desde la consola de mando, el médico-cirujano puede visualizar tridimensionalmente el órgano que va a intervenir, magnificado hasta quince veces su tamaño real. Esto sin duda alguna, permite realizar cortes e incisiones más precisas. El robot es capaz de reproducir fielmente los movimientos del cirujano, eliminando cualquier tipo de temblor o error de pulso. Esto es una alternativa mínimamente invasiva, altamente precisa, con menos probabilidades de provocar sangrado o efectos colaterales y que por ende, requiere menor tiempo de hospitalización.
–¿Qué especialidades médicas, además de la urología, se benefician con la cirugía robótica?
–Si bien es cierto que la más frecuente aplicación es en el campo de la urología para el tratamiento del cáncer de próstata y en patologías renales, también la cirugía robótica se utiliza con éxito en cirugía general, para el tratamiento de enfermedades del aparato digestivo, en el campo de la ginecología, en la de la cirugía cardiovascular (puentes aorto-coronarios) y en la implantación de células madres o reemplazo de válvulas. La cirugía robótica puede y debe ser utilizada en todas aquellas intervenciones donde sea necesaria máxima precisión, para asegurar la calidad de vida del paciente.
–¿Podría algún día un prototipo de robot programado sustituir la presencia del médico cirujano?
–La teoría dice que sí sería factible, pero la práctica revela que ningún robot puede sustituir la relación médico-paciente, donde, además de habilidad quirúrgica, hay también cualidades de apoyo humano y empatía personal. Además, todos y cada uno de los movimientos del robot están comandados por el conocimiento y la preparación del médico cirujano. Por otra parte, no es posible programar a un robot para realizar una intervención quirúrgica como si se tratara de un ciclo de lavado de ropa, porque cada ser humano tiene milimétricas variaciones en el tamaño y ubicación de sus órganos, por lo que sería imposible aplicar el mismo programa a seres humanos únicos e individuales.
–¿Se podrían realizar intervenciones a distancia? Es decir, ¿sería factible que el cirujano dirigiera la consola en un país y que el paciente se encuentre en otro?
–Si, ya se han realizado cirugías robóticas donde la consola y el cirujano se encontraban en Nueva York, mientras que el paciente y el robot estaban en París. Sin embargo, el costo de transmisión de la señal en tiempo real desde la consola a los brazos del robot, superó loso 300 mil dólares.
–¿Cuáles son las ventajas de realizar una prostatectomía radical a través de un robot?
–Sin duda alguna, una de las grandes ventajas que ofrece la cirugía robótica en la prostatectomía radical es la visualización detallada, la capacidad de identificación y la precisión para separar y preservar los nervios que controlan la erección y los esfínteres, responsables de mantener el control urinario. La cirugía robótica permite que el cirujano tenga una visión magnificada y tridimensional del área a tratar, y el software de la máquina hace que los brazos ejecutores del robot eliminen cualquier temblor de la mano humana. DE esta forma no sólo estaremos “salvando” hombres con enfermedad prostática, sino que los estaremos reincorporando a una vida plena.
Asimismo, según el doctor Ariel Kaufman, desde hace varios años la Unidad Urológica ofrece cursos de entrenamiento de urología femenina y reconstructiva, urodinamia y neurourología a médicos urólogos y ginecólogos que deseen desarrollar esta especialidad. Este curso diplomado de especialización tiene el aval universitario de la Universidad Santa María y es reconocido por el Consejo Docente del Hospital de Clínicas Caracas y por la Sociedad Venezolana de Urología
Las tres ventajas de la cirugía robótica son: control del cáncer, mejor control de la incontinencia urinaria y un mejor control de la función sexual eréctil. A través de esta cirugía mínimamente invasiva, el paciente tendrá una recuperación más rápida, menos riesgo de sangramiento, menos dolor postoperatorio y menor tiempo de hospitalización.
La duración de esta intervención oscila entre 2 a 4 horas. Luego el paciente es trasladado a la sala de recuperación, a través de una sonda conectada a la uretra y un tubo de drenaje que sale del abdomen, a través de una de las pequeñas incisiones realizadas para introducir los brazos del robot. A partir de ese momento, será atendido por el personal médico y de enfermería que garantizará su salida en buenas condiciones de salud hacia su habitación de hospitalización. Allí permanecerá en dieta absoluta durante las primeras 6 a 8 horas, para luego ingerir alimentos e iniciar / ejercicios respiratorios con un dispositivo que se llama Tri-Flo® y comenzará a movilizar sus piernas y pies.
Operación vaginal
El Robot Da Vinci, conocido en Venezuela por sus exitosas intervenciones en el cáncer de próstata, también realiza operaciones a mujeres con prolapso vaginal, entre otras anomalías.
Kaufman explicó que la sacrocolpopexia robótica tiene una efectividad de 98%. “Además, elimina la posibilidad de que aparezcan otros tipos de prolapsos, hecho que no ocurre con la cirugía laparoscópica y con la tradicional. Otro punto a favor es que es menos invasiva, ya que con la tradicional se hace una incisión desde el ombligo hasta el pubis, pero con el robot no. Por lo tanto la recuperación es más rápida”.
La gran ventaja de la operación robótica es que se coloca una maya (en forma de Y en la pared vaginal posterior al hueso sacro), que es capaz de corregir los otros tipos de prolapso. “Es una intervención de alta precisión”.
Los trastorno de piso pelviano son muy comunes en las mujeres y es el tratamiento del prolapso de la cúpula vaginal, mediante sacrocolpopexia laparoscópica asistida por robot, el que da la solución definitiva y evita que la paciente sufra nuevamente la afección y deba ser sometida a otras operaciones por la aparición de otro prolapso.