La asombrosa revolución del 2014
Está en marcha una revolucionaria redistribución mundial del ingreso. La drástica reducción de los precios del petróleo está cambiando el mundo.
Solo en los últimos seis meses, estos precios han caído 40%. Ello significa, por ejemplo, que los países miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo dejarán de percibir 316.000 millones de dólares. Estos y otros países productores que no son miembros de la OPEP también sufrirán una severa reducción de sus ingresos que les obligarán a hacer dolorosos e impopulares ajustes económicos.
En cambio, para los consumidores de petróleo en todo el mundo los precios más bajos significan un ahorro de más de un millón de millones de dólares. Para los estadounidenses, la caída del precio del crudo es equivalente a un recorte de impuestos de 110.000 millones de dólares. Para China, cada dólar que disminuye el precio significa un ahorro anual de 2.100 millones de dólares. La agricultura mundial también se va a beneficiar. Un dólar de producción agrícola consume 5 veces más energía que un dólar de producción manufacturera.
Las razones de la caída en los precios del crudo son conocidas. El mundo consume menos petróleo y la producción ha aumentado. El consumo de energía ha disminuido porque la economía mundial no crece o lo hace muy lentamente. Y la oferta ha aumentado dramáticamente gracias a las nuevas tecnologías de explotación de yacimientos que están siendo ampliamente usadas en Estados Unidos. De 2008 a hoy Estados Unidos ha aumentado su producción petrolera en 80%. El aumento de la producción de petróleo que ha ocurrido en Estados Unidos supera el total de lo que produce cada uno de los países de la OPEP, salvo Arabia Saudita.
Nadie sabe cuán permanentes son las condiciones que empujan los precios del petróleo a la baja. Lo que es seguro es que los precios oscilarán y que pueden volver a remontar por diversas razones (guerras, revoluciones, accidentes climáticos, económicos, políticos etc.). Un indicador de los precios es el mercado a futuro. Contratar hoy la entrega de un barril de petróleo en 2020 cuesta alrededor de 85 dólares. El precio actual es menos de 70 dólares por barril. Los operadores internacionales más pesimistas están ofreciendo contratos de entrega a diciembre de 2015 que valoran el barril a 40 dólares.
En todo caso, el consenso entre los expertos es que el año próximo los precios del petróleo estarán por debajo del promedio de los últimos tres años.
Si esto resulta ser cierto, las consecuencias serán enormes.
Entre los países productores el shock de los bajos precios afectará más duramente a Venezuela e Irán. Si el gobierno de Venezuela no lograba manejar la economía cuando el petróleo estaba a mas de 100 dólares por barril, es difícil suponer que hará un mejor trabajo con el barril a 62 dólares (el petróleo venezolano es más barato que el promedio mundial). Para cubrir su gasto público, Caracas necesita que el precio sea más de 120 dólares por barril. La crisis venezolana puede obligar al gobierno a limitar sus envíos de petróleo subsidiado a países vecinos, causándoles así una grave crisis económica a Cuba y Jamaica, entre otros.
En Irán la caída de los precios de sus exportaciones petroleras se suma a las sanciones internacionales que ya han afectado severamente su economía. De hecho, es probable que los menores precios tengan un impacto mayor que las sanciones debido a la importancia del petróleo en los ingresos del gobierno. Queda por ver si la crisis económica llevará a Irán a buscar un acuerdo nuclear con la comunidad internacional para así lograr que le reduzcan o eliminen las sanciones económicas. Pero también es posible que los cálculos políticos moldeen mas la conducta del Ayatolá Jamenei, el líder supremo Iraní, que la mala situación económica que sufrirá su pueblo. Algo parecido sucede en Rusia. Su economía también venía ya afectada por un clima adverso a las inversiones, una masiva fuga de capitales y las sanciones de Europa y Estados Unidos. Su moneda se ha devaluado, la bolsa de valores se desplomó, la inflación sube y la economía entró en recesión. 2015 será un año difícil para Vladimir Putin y más aun para el pueblo ruso.
Estas son solo algunas de las repercusiones de los más bajos precios del petróleo. Hay muchas más. Pero quizás la más importante es que a estos precios muchas fuentes de energía menos contaminantes (solar, eólica, etc) resultan más caras y no pueden competir con el petróleo. Los bajos precios tampoco incentivan el ahorro y la eficiencia energética. Y resulta irónico que cuando los precios estuvieron altos estimularon más la aparición de nuevas formas de producir petróleo que el uso de energías más limpias y renovables.
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