FMI criticó proliferación y heterogeneidad de grupos regionales como Alba y Mercosur
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió este viernes que Latinoamérica debe «revitalizar» su «confusa» integración regional y apostar por las reformas estructurales para continuar los progresos sociales logrados en la última década, en un contexto de desaceleración global y bajos precios de las materias primas.
En su intervención de la conferencia de alto nivel del FMI, que se celebra viernes y sábado en Santiago, Lagarde urgió a invertir de «manera significativa en las redes de infraestructura» para reducir los costes logísticos.
Criticó, asimismo, la proliferación» y heterogeneidad de grupos regionales, como el Alaba o el Mercosur, cuyos «beneficios agregados» calificó de «confusos», y defendió una «revitalización» de la integración comercial.
Especialmente, se mostró preocupada por las fallas en el suministro de servicios públicos de los gobiernos a la creciente clase media que emergió en la región fruto de los años de bonanza, y que pueden poner en peligro la reducción en la desigualdad económica alcanzada.
«Las crecientes expectativas de esta nueva clase media están chocando contra las limitaciones en la oferta de servicios públicos», recalcó.
Asimismo, la exministra de Finanzas de Francia aprovechó la ocasión para marcar distancias con la mala imagen de la institución en Latinoamérica en el pasado, donde aún es recordada por las recetas económicas en los 90 y comienzos de siglo que ahondaron las crisis que se vivieron entonces.
Por ello, Lagarde, se presentó en la capital chilena como «la nueva cara» de la institución, más enfocada «en escuchar».
Aunque «lo que ocurre a nivel macroeconómico es importante», remarcó, también lo es «lo que sucede sobre el terreno».
La directora del Fondo llegó a Chile procedente de Perú, donde sostuvo encuentros con jóvenes empresarios y el presidente peruano Ollanta Humala.
Precisamente, en octubre de 2015 Lima acogerá la reunión anual de la institución, que vuelve a la región después de casi medio siglo y en un gesto del nuevo énfasis del FMI en Latinoamérica.
Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, respaldó las palabras de Lagarde al afirmar en su intervención que el «enfriamiento de la actividad económica en América Latina es una realidad, pero no un argumento para detener las reformas estructurales» que necesita la región.
«América Latina tiene unos niveles de desigualdad todavía muy elevados y Chile no es una excepción, tenemos tareas que asumir», señaló Bachelet.
El encuentro acoge en un buen número de seminarios económicos en los que participan varios ministros de Economía y Hacienda y gobernadores de bancos centrales de Latinoamérica, además de altos cargos del FMI.
El organismo redujo notablemente en su asamblea de octubre las previsiones económica para la región hasta un 1,3 % este año, la más baja desde 2009, y el 2,2 % en 2015.
También el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, expuso su preocupación sobre los efectos de este frenazo económico si no se aplican las reformas necesarias, principalmente en educación, innovación y productividad.
«No es verdad que las clases medias vayan a regresar a la pobreza, pero existe el riesgo de que ocurra, por lo que es importante la forma en la que se implementen las políticas públicas, porque si se hacen mal tendremos problemas», aseguró.
Moreno estuvo acompañado en el panel por Lagarde y José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y el ministro de Finanzas de Chile, Alberto Arenas.