¿Lorencito y Escotet gritarán: Viva El Comunismo?
Esta semana mataron, a 300 metros de mi cerca, a un hacendado vecino mío, de 75 años. Lo asesinaron a palos y cuchilladas. El mismo día mi socio de siembras, al que han robado dos veces en tres meses, quitándole a punta de pistola la nómina semanal, dateados quizá por el cajero del banco, le conminan a aceptar una extorsión encaminada por una fiscal del ministerio público de Valencia.
Esa es la tapa del frasco, porque este mismo honorable productor agrícola, de medios de fortuna muy escasos y que solo cuenta con su tenacidad para el trabajo y con sus equipos agrícolas, como fruto de 20 años de esfuerzo, vive hoy atribulado porque una vaga motorizada que se estrelló contra el 350 que él conduce, hace 6 meses, sin sufrir lesión alguna, está ahora coludida con policías y una fiscal del ministerio publico: le quieren extorsionar 40 millones de Bs, utilizando pestilentes vicios procesales, bajo amenaza, si se negara apagar, de quitarle su vehiculo con el cual se gana el sustento de su familia.
Mas allá, a unos cuatro kilómetros, un criador conocido, fue amenazado con cerrarle su unidad productora, si de los 500 millones que dijo estar invirtiendo no le daba una comisión de 10 % a los cuatro delincuentes que le «visitaron» con su poder de permisologías sobre lo humano y lo divino. Deberá adelantarles lo que se ganaría neto dentro de tres años. Son 50 millones para cacos vestidos de funcionarios chavistas investidos de poder omnímodo.
También contabilizo por lo menos 5 atracos personales y robos a residencias de hermanos y sobrinos en los últimos 90 días y en los últimos tres días un asesinato a sangre fría de un vecino del edificio del frente a mi residencia en Valencia…un joven de apenas 18 años. Sencillamente estoy en el común de las estadísticas del horror, hasta ahora indirectamente y esperando mí turno.
Fui al supermercado y de una semana a otra, la misma compra de comida de mis trabajadores, pasó de 720.000 a 960.000 bolívares.
Fui al banco a depositar un adelanto de suministro de cosecha, que me otorgó la empresa privada de semillas de granos y creo era el único que estaba allí para llevar dinero…una cola de 200 pobres mujeres, iban a cobrar su beca de «madres del barrio»…
¿Cómo superar esta situación de país que se pudre por adentro y por fuera?
Sigo entonces con mi recetario de tesis, para comprender mejor este país doliente, buscando aportar ideas para elaborar una estrategia que nos permita salir de este atolladero.
Me sigue pareciendo muy erroneo, que se empeñen en llamar comunista al gobierno que nos genera esta vida de zozobra y que a falta de forjar seguridad y progreso para todos los habitantes, se ha dedicado, en medio de la sobre- abundancia fiscal, a malbaratar cifras impresionantes en subsidios al consumo directo de alimentos, asistencia primaria en salud y por sobre todo a andar repartiendo real a un masivo estamento social, mediante dadivas a unos 5 millones de venezolanos, llevados a la mendicidad oficial, sin olvidar las rebatiñas, que enriquecen a los cincuenta-cien mil miembros rojos de la nueva elite, en términos estrictamente capitalistas, aunque hipercorruptos.
Nos deberíamos poner de acuerdo sobre la verdadera naturaleza socio- jurídica y política de este régimen y gobierno, como expresión estrictamente circunstancial y pasajera del Estado nacional venezolano, aunque queden de éste ya casi nada de sus sectores de existencia útil.
Vislumbro el beneficio, al proponernos designar correctamente lo que enfrentamos, que de tener todos los mismos códigos y caracterizaciones conque puedan fundarse una estrategia, seremos mas atinados en acortar los días de esta hegemonía chavista de pesadilla.
Del régimen «bolivariano» poco importa saber si tiene o no vocación comunista, al cabo de 10 años de existencia. Porque lo que no debe ignorarse, es que para convertirnos en una nación de propiedad colectivista y de régimen policial totalitario, se requiere de una revolución armada, que tras una guerra civil triunfante para el sector comunista, funde el nuevo tipo de estado y esto lejos de existir y lejos de haberse dado aquí, ya se anuló hasta como posibilidad futura real, por haber llamado revolución, hasta el límite de provocar nauseas, a la estafa política de este mamarracho de instituciones y a esta practica delincuencial masiva en el ejercicio del poder, a nombre de una mayoría popular, que por cierto dio la espalda hace años a esa truculencia ideológica mas bien delictuosa llamada revolución bolivariana.
Se confunde este régimen gansteril de estatistas y demagogos, prevaricadores de oficio con vocación despótica y nepótica, con una inviable naturaleza comunista del gobierno y del Estado, cuando se proclaman leyes o medidas de abusos expropiatorios y/o confiscatorios, con los que buscan justificar controles absurdos y prácticas monopolistas obscenas, de empresas ineficientes del Estado. Porque desde su discurso y práctica cotidiana, de manipulaciones infames del poder, quieren deliberadamente erigirse, mediante chantajes y por coacción directa y brutal de ese poder de Estado, en una fuerza permanente de dominio político-militar-policial, aunque adornados con mecanismos envilecidos de democracia representativa.
El lema del gobierno parece ser: «Anótate en la lista de los que quieren ser o quieren seguir siendo ricos, callándote la boca y decidiéndote a apoyar activamente o por lo menos a convivir de por vida con el chavismo gobernante». Eso fue lo que le dijo en su cara y en cadena nacional Chávez, al mayor industrial del país Lorenzo Mendoza del Grupo Polar, al mayor banquero privado, ya progubernamental, Juan Carlos Escotet de Banesco, y a otros prominentes empresarios.
En política amigos las definiciones tienen que ser precisas. La permanencia en este país del funcionamiento económico capitalista y de la democracia representativa aunque bastarda y de la que aspiran disfrutar otros centenares de altos funcionarios de la oposición, no nos permite definirlo como comunista, ni siquiera dictatorial.
El poder chavista es esto que conocemos. Un verdadero engendro histórico que combina lo peor de nuestras tradiciones, carencias y vicios y que alardea de las peores alianzas diplomáticas, ademas de su obstinada búsqueda, apelando al patrioterismo, de conflictos y aislamientos, mediante el armamentismo y el intervencionismo subversivo en naciones hermanas.
La filosofía gobernante para la propaganda es la del irredentismo social a satisfacer, mediante el estado prodigador de justicia – «socialismo del siglo XXI» — pero su modelo real de régimen y de gobierno, semeja mas bien a practicas fascistas, es decir hegemonismo de lúmpenes sobre la burocracia de estado (incluye funcionarios civiles a policías y militares) que mediante practicas absolutamente corruptas, ventajistas, o sencillamente demagógicas, buscan perpetuarse en el poder para saquear el ingreso nacional y enbolsillárselo.
La manía de Chávez de colocar en el centro de su gestión a PDVSA no es casual. Es la que genera los reales, fuente de casi todo el poder.
La beligerancia del gobierno se centra no en la creación de riqueza y en ser garante de la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Su dinámica más bien proviene de los ministerios y oficinas que tengan poder intimidatorio: Inti, Indecu, Seniat, FA, tribunal supremo, fiscalía, contraloría. Es un poder de chantajistas y como tal generan un arsenal jurídico que les sea útil a su depredación a través de sus prácticas despóticas concomitantes. Las 26 leyes son para eso, como lo son miles de decretos basados en la constitución chavista de 1999, ahora tan alabada por la propia oposición.
¿Y sobre cual mecanismo pretende soldar socialmente todo este poder coactivo del socialismo ajuro que debemos digerir, según Chávez, aunque haya fracasado en darle toda la solidez jurídico-política que se propuso con la REFORMA derrotada? : Pues en los Consejos Comunales, la llamada contraloría social. La dictadura tumultuaria en una palabra, que deberá auxiliar a los burorocratas corruptos, porque si estos se movieran usando cotidianamente la fuerza armada agotaría muy rápidamente este último fusible de la demagogia autoritaria. Esa dictadura tumultuaria generará desgobierno desenfrenado. Ese desenfreno arruinará la poca estabilidad que le queda al gobierno. La inflación y la abrupta crisis de abastecimiento que puede sobrevenir harán el resto…
No es solo oponiéndonos ruidosamente a su piñata y autoritarismo, ejercido para hacer creer que ello se impone como voluntad popular; es exponiendo en todo tiempo y lugar nuestra negativa a convalidarlo cada día, como gobierno legítimo, lo que desnudaría la urgencia de expulsarlo, por gansteril y ruinoso, por llevarnos al caos del desgobierno, porque es el caos y el desgobierno lo que tumba a Chávez y no la sempiterna pelea por llamarlo comunista o sabandija.
Por eso la oposición es suicida cuando se emparranda en las elecciones como peldaños hacia el 2013. Eso es dar legitimidad adelantada a esta piltrafa de régimen por cuatro años más. La coalición amplísima por mantener este discurso bobo de la oposición hará que se multipliquen las medidas populistas de estatizaciones y controles.
Allí van todos, en fila india al matadero electoral, cuando si algo se imponía era no ir a elecciones con proscripciones y solo logrando ganar esa batalla podía entonces obtenerse confianza en que este régimen si es derrotable. Pero ahora, en el mejor de los casos, se exhibirán algunos puestos logrados como las piezas de convicción, de que deberemos esperar hasta el 2013.
Lo digo entonces, repetido y de forma simplísima: a Chávez hay que sacarlo no por la ideología que tenga, ni siquiera por lo estrafalario de su verbo incendiario, ni de sus practicas de subversivo a tiempo completo a nivel nacional e internacional.
Al tipo y a su corte hay que echarlos del poder porque preside una casta de malandros que nos lleva al caos como nación civilizada. Y eso no es comunismo: es desgobierno de atrabiliarios, es corrupción hamponil, es destrucción del Estado que termina por desencadenar la explosión política de los ciudadanos, para quitarse de encima la amenaza directa de perecer con sus familias como efecto del desgobierno.
Que eso tarde 3 meses o tres años, no seré yo quien lo pronostique, de lo que si estoy seguro es que la estrategia de los llamados dirigentes de la oposición les hace corresponsales, con Chávez, de este desastre, por pregonar que hay que aguantarle hasta por lo menos 2013.
Nuestro tema no debe ser atacar la ideología política truculenta de Chávez, nuestro eje de denuncia política debe ser evidenciar las consecuencias de ese discurso incendiario y complaciente con la marcha al caos, particularmente en cuatro temas: 1) la inflación desbordada combinada con la escasez epiléptica de miles de bienes, 2) El hampa coludida con policías, fiscales y jueces que nos come vivos, 3) la corrupción gansteril de los burócratas chavistas que depredan diariamente miles de millones de los recursos destinados a los servicios públicos y 4) El colapso de la salud, generado por el atropello sistemático a los trabajadores de ese sector, en particular al gremio medico.
Hay otros mil temas pero debemos simplificar al máximo.
Los medios de comunicación deben centrarse en la exposición de estos temas, no en darles guía político electoral idiota a la población. No importa que Chávez dijera tal o cual disparate, lo importante es que debe irse cuanto antes del poder, porque produjo un nuevo índice delincuencial, otra mega corruptela, otro desborde de abusos, otro ventajismo pornográfico a favor de sus candidatos áulicos, otra indignación colectiva por escasez de productos, por brotes especulativos producidos por esa escasez o por colapsos de servicios, en particular el eléctrico nacionalizado.
Me ha dado por creer que si eliminaran los programas de opinión saldríamos ganando, porque dejarían de opinar tantos gaznápiros aconsejando paciencia hasta el 2013, desde la llamada oposición.
Recapitulemos entonces: A quienes les llueve el maná chavista dirán que viva entonces el comunismo. En igual postura se colocarán quienes algo esperan de ese torrente de plata dulce, que llega a los bolsillos de los adeptos. Estos, rojos rojitos, por cierto simpatizan, como si se tratara de leales competidores, con quienes se arriman al régimen, para disputarles sus Alcaldías y Gobernaciones, mediante el sistema electoral que ahora proclaman pulcro.
Son parte del decorado se dirán. » A Mi Comandante como que le gusta tenerlos ahí, para insultarlos de todas maneras y para mantener políticamente vivo al pasado, que debemos seguir derrotando»
Podrían decirse además: «a mi como que me gusta este comunismo tan raro, que les da chance a los opositores de competir electoralmente para coadministrar el Estado, mientras se mantienen regulados los precios con los que esos agiotistas del comercio me encarecen mi subsistencia» …»debería haber mayor presión de mano dura contra la especulación» dirá el ignorante seducido por el disparate de atribuir este fenómeno a una maldad intrínseca del capitalista y no como resultado lógico de una economía regulada, asfixiada, con desinversión por miedo, desde hace años, y saturada de inflación dolarizada.
El «coco» comunista chavista ya no asustará a nadie, si pasan los años y solo son afectados visiblemente algunos miles de empresarios…bueno ademas de acabar con el país.
Considero entonces que la estrategia comunicacional de la llamada oposición, sobre todo la de los gremios empresariales, es infantil… con perdón de los niños.
Si ocurriera la desgracia histórica que este país siga bajo el dominio del chavismo por espacio de otra década, no les extrañe oír gritar a Lorenzo Mendoza y a J.C. Escotet
!!! viva el comunismo ¡¡¡