Revolución sin guisqui
Oyendo las opiniones de los representantes del gobierno sobre la crisis económica global, pareciera que Venezuela es una ínsula económica invulnerable, y en perfecta autarquía. Cuando es todo lo contrario, el país sufrirá los embates de esta situación igual o más que otras naciones que poseen industrias privadas fuertes y productivas. Venezuela hoy por hoy es un cementerio sin producción, viviendo de las importaciones y de las fabulas millonarias del boom petrolero que le permite a la “revolución” gastar sus réditos a manos llenas. Su crecimiento se funda en ese gasto público insostenible, mientras la industria privada se desvanece con las “medidas socialistas”. Sin verle el queso a la tostada con las cooperativas o formas sustitutivas de la economía tradicional, pura pérdida y bancos quebrados signan el “florecimiento” del proceso en una década. Las riquezas han fluido a los bolsillos revolucionarios como quien halla en el bosque poblados nidos, de allí, también llegan migajas a las clases populares para mitigarles el hambre. Ahora miraremos una nueva cara de esa “revolución” mantenida con los petrodólares, cuando su nomenclatura tenga que ajustarse los cinturones y no alcance para los gastos suntuarios, y cuando al pueblo no le llegue nada de la bonanza petrolera porque ya no la hay.
Veremos una nación distinta, envuelta en la vorágine de la mayor crisis económica mundial, sin tener sus propios medios para salir adelante. Vaya usted a saber hasta cuando durara ese colchón de reservas, o dónde estarán depositados los dineros de los venezolanos, colocados por Chávez en bancos anti yanquis indemnes a cualquier maleficio.
Advertiremos hasta donde alcanzará el sacrificio de este pueblo que, ha existido de abnegación en abnegación durante tiempos de calma.
Por primera vez, cambian las cosas para ese Chávez “dadivoso” que ha podido resolver los inconvenientes a punta de billetes y de repartos corporativos a lo largo de Latinoamérica.
¿Habrá material para sostenerse y sostener a los demás, o vendrá la debacle del “socialismo”?
O pudiera ser exactitud y, desconocemos que estamos libres de pergeñar cualquier caída ante el álgido momento de las economías del resto del mundo, será nuestro Presidente el nuevo procreador de un orden mundial, absorbiendo las pérdidas de ese universo que se abate a pedazos en un derrumbamiento casi indetenible? Comprando todo cuanto a su paso se atraviese para devolverle de las ruinas, su prosperidad a la humanidad.
Oh buen Señor!, despiértalos de ese sueño, y trata que salgamos bien librados de este acontecer, que ya es suficiente con la catástrofe que nos calamos del “socialismo” del siglo “veintiuno” durante diez años.
Si tomamos en cuenta la opinión del magnate mexicano Carlos Slim, debemos ser los más cautelosos de Latinoamérica, precisamente por nuestra lasitud; de nada servirán las mentiras que serán insostenibles. A veces cuando la gente se acostumbra a mentir, no encuentra después como parar y llega el tiempo que hasta se las creen como si se tratará de un asunto serio. Pues es muy serio el futuro inmediato y acullá, nada se vislumbra sobre soluciones ni de cuánto durará. Habrá que interrogar a Lyndon La Rouche para que termine de esbozar sus teorías en torno a los créditos que, sustituirán al sistema financiero. Habrá que preguntarles a todos hasta que lleguemos a una concertación total, donde seguramente estará la solución.
Mientras tanto, no conocemos cuales serán las previsiones de Chávez y de su equipo de gobierno para tales contingencias. Si nos tiene dispuesto un plan “apropiado” como el pago de las pensiones a jubilados, empleados públicos y contratistas al servicio del Estado con chapas de refresco, y se impondrá el trueque en definitiva. Alcanzando la vía que nos lleve al final del túnel, sin traumatismo como una debacle social, cuando los jerarcas de la revolución no puedan consumir güisqui y sus siervos cervezas y otros inadvertidos.
