¿Cuánto más durará ésto?
Cuando escribo éstas líneas, aun estoy impactado por el abominable crimen cometido contra el dirigente estudiantil de la Universidad del Zulia Julio Soto y por los detalles de la comparecencia del boliburgues Carlos Kauffman ante la Corte de Miami que atiende el terrible caso del maletín. Quizás muchos no vean ninguna relación entre éstos dos hechos, aunque desgraciadamente la tienen y bastante. En Venezuela, el gobierno nacional para crear una cortina de humo que pueda cubrir todas las desvergüenzas que están saliendo a flote en las diversas audiencias del juicio antes mencionado, inventó la burda historia del magnicidio por milésima vez. Todos los implicados en los sucios negocios de la boliburguesía y que son candidatos chavistas a diversos cargos en las elecciones de noviembre han actuado histéricamente, en especial los amantes de disfrazarse de mujer, pretendiendo iniciar una cacería de brujas que busca implicar absurdamente a quienes creen responsables del grave problema en que se hallan metidos.
Estoy seguro que ni Miguel Enrique Otero ni Alberto Federico Ravell les recomendaron a esos grandes cacaos del chavismo que fueran tan codiciosos de los dineros públicos, ni que cometieran tantos delitos y mucho menos que lo hicieran tan torpemente. Mientras los desesperados delincuentes en funciones de gobierno, que han sido cogidos con las manos en la masa y que creen que la única forma de salvarse de las manos de la justicia es acabar con la libertad de prensa e impedir el derecho a opinar e informar, en todas sus apariciones públicas no hacen mas que rebuznar y rebuznar, amenazando con que van a desatar la tercera guerra mundial si a alguien se le ocurre despeinarle los chicharrones a Chávez, no les importa que los muertos sean venezolanos mas modestos.
El pueblo venezolano se va enfureciendo cada vez que un hijo de éste pueblo es víctima de la delincuencia, cada vez que falla la electricidad, lo que ya es casi permanente, cada vez que nota que sus ingresos económicos no le alcanzan para enfrentar el alto costo de la vida, mientras quedan al descubierto como se enriquecen groseramente los que se llenan la boca hablando de socialismo y simultáneamente amasan fortunas con la voracidad de capitalistas salvajes.
El furor del pueblo aumenta cuando oye al Presidente Chávez hablar de que hay que ahorrar y actuar con austeridad, mientras el se aloja en los hoteles mas costosos y lujosos de los países que visita sin ton ni son para comprar armas y baratijas y para hablar paja y mas paja en vez de ocuparse de resolver los gravísimos problemas que acoquinan al pueblo venezolano. En vez de comprar aviones de guerra ¿Por qué no compra miles de patrullas y motos para la policía? ¿Por qué no aumenta los sueldos de hambre de los policías, de los médicos y de los maestros y mejora la seguridad social de los trabajadores venezolanos?
Y recemos para que la turbulencia que agobia al sistema financiero de los países desarrollados pueda solventarse rápidamente, ya que nuestro país sufriría una enormidad si el mundo entra en recesión y nuestro único producto de exportación: el petróleo baja su precio mientras los alimentos que estamos obligados a importar se mantendrían a precios elevadísimos, lo que nos pondría a las puertas de una hambruna ya que sabemos que el gobierno chapista ha destrozado y casi arruinado a la agricultura y la ganadería venezolanas y mantiene acorralada a la agroindustria y ahora para disimular su fracaso amenaza con encarcelar a los pobres detallistas de la carne, a los mas pendejos por supuesto.
La desesperación de los corruptos chavistas chocará con la desesperación del pueblo. Sólo nos queda preguntarnos. ¿Cuánto más durará esto?
