Fidel Castro como asesor financiero
De todas las toneladas de chistes malos que nos hemos calado los venezolanos durante 10 años en esa cátedra del malhumor dominical que se llama “Aló presidente”, sin duda que hay uno que será recordado y desde luego que no es otro que el anuncio de Chávez el domingo pasado de que Venezuela, Irán, Rusia y China trabajan para construir un nuevo sistema financiero mundial bajo la asesoría de ese Alan Greenspan del socialismo que se llama, Fidel Castro.
Y es que, de entre tantas “genialidades” de que se ha vanagloriado el comandante en jefe cubano en sus 60 años de vida política, desde ser un experto en la cría de cochinos, hasta en la fabricación de autos inteligentes que podrían prescindir del consumo de combustibles fósiles, pasando por estrategias de cómo mandar un viajero espacial a Gamínedes y volverlo sano a casa, jamás lo hemos oído decir que conozca en qué consiste el mecanismo de inversión en la bolsa, de saber cómo operan los fondos de cobertura o de especular con bonos de la deuda pública de los países emergentes.
Y debo admitir que en esto ha tenido una brizna de sensatez, pues habría que extremar la dosis de realismo mágico económico para venir ahora con que es experto en finanzas, cuando Castro destruyó la economía cubana y su lucha ha sido precisamente por destruir las economías de este y otros continentes.
Aunque también podría ser que muy en su estilo de conspirador contumaz y obsecuente, Castro también se ha dedicado a especular a la calladita en los mercados financieros mundiales, que ha acumulado una inmensa fortuna personal, mientras recomendaba a otros destruir el capital y el dinero y encendía el pote de humo que le ha permitido acumular una fortuna de 8 cifras en dólares en acciones y bonos de empresas y del tesoro de los Estados Unidos.
Esto por lo menos es lo que viene sosteniendo la revista especializada en temas de finanzas, “Forbes”, la cual tiene 10 años incluyendo al comandante en jefe cubano de su famosa lista anual de los “500 hombres más ricos del mundo”.
Pero también podría ser que cuando Castro y Chávez hablan de finanzas, simplemente se están refiriendo a un sistema que sí es de su autoría y patrocinio como el truque, según puede demostrarse por el grado de precariedad y primitivismo a que el primero llevó a la economía cubana, y el segundo está llevando a la venezolana.
Y por el que, en su afán de acabar con el “vil metal”, Chávez creó mediante ley la primera moneda “instantánea” que se conoce en la historia, pues se hace una inversión importante diseñándola, imprimiéndola y distribuyéndola, pero solo para ser usada en operaciones puntuales que generalmente se realizan los fines de semana y en mini mercados locales, ultralocales.
Datos que me llevan a la sospecha de que ni China ni Rusia pueden estar en el sistema financiero castrochavista, pues se trata de dos países con modelos económicos de capitalismo salvaje, ambos insertos en las finanzas capitalistas globales, el primero con inversiones de casi un billón de dólares en bonos del tesoro norteamericano, y el segundo apostando a la recuperación de las bolsas europeas por cuando la bolsa de Moscú también hace parte de la red.
De modo que pensar que China y Rusia van a regresar a la economía de las cavernas y de la horda primitiva para complacer a Castro y a Chávez, no es un chiste, es una mueca de pésimo gusto.
Claro, como capitalistas salvajes al fin pueden estarles llevando la corriente, los chinos para que Chávez le suministre petróleo barato en la mayor cantidad y tiempo posibles y los rusos para tratar de vender los equipos militares obsoletos que se le quedaron “fríos” precisamente después de la Guerra Fría.
Todo lo cual no puede llevarnos sino a una conclusión complementaria: más que frente a un chiste, estamos frente a un síndrome que no es otro que la locura terminal que ha ido minando la débil salud mental del caudillo venezolano.