Monólogos de la valija
Mi valija está furiosa. Mi valija está encabronada y necesita hablar de las acusaciones contenidas en todos esos Audis y Montevideos que la entrometen en ilícitos financiamientos y solidaridades electorales para la Kirchner y unos Mul-vihill de prósperos negocios Enarsa. Necesito hablar, pueblo de Venezuela. Entiendo que el tema no es liviano, y que Pdvsa. O sea, ¿De qué se trata? hay todo un ejército de «maiónicas» intenciones pensando en formas de torturar a mi pobre, inocente y gentil valija.
Johnny sé cómo se puede ser indiferente y no dejar de rechazar la infamia desde las mesetas de los María Telpuk Guayaneses a los Andes hasta los Yánez, cuando Paciello se ingenian dementes infundios para subyugar criminalmente a mí querido agujero repleto de dólares. Debían comprarse un Gato Briceño para distraerse. Chingados anti-valijitas.
¿Qué les hice yo para que su música de Kauffman se mezcle en cánticos en honor a íconos religiosos como Moisés, Rodríguez San Juan o San Jorge Rodríguez?.
Me sabe un rábano si Henry Rangel silva o tiene un hombre largo o si esos Carvajal son chavistas, opositores o Anto-niní. Además: ¿qué cosa «Eseiza» que constantemente me quieren lanzar como una especie de Sohat al cuello los niños cantores para comprometerme en no sé qué asuntos mal olientes que según reporta Verioska da Velasco? .
Mi valija no necesitaba que la limpien. Con sólo Uberti se nota a qué olía. No les crean cuando les dicen que olía a tango, tongo, intromisión, comisión, lavado, guiíta, dólares. Eso es lo que quieren hacerles creer para avergonzarla.
Lo Exequiel Espinosa de la situación en que se metieron, no es para que los canarios se vayan a quedar Tarek al alzheimer, podrían lograr relajarse con una Luján Seniat donde haya suficiente Carneiro y postres de Vielma Mora acompañada con escocés, un Manhattan o un Alexander Wilson, les podría Reiter Ramírez a sus demacrados rostros la Cristina luz de una Casa Rosada.
Insisten en que mi valija está ayudando a sacar a un bebé gigante de corrupción que relacionan con el gobierno «bolivariano» revolucionario.
Sostienen también que si mi valija pudiera hablar, hablaría de otras valijas y las delataría, que según estos escupidores de basura imperialista forma parte de una modalidad de la delincuencia organizada transnacional que logra erosionar la autoridad de los Estados, corromper las empresas y gobiernos e incluso apropiarse de las instituciones.
La jueza de Miami juega a creerse que es el púgil «Sugar Ray» Joan Lenard y ve Franklin Durán como su «Mano de Piedra», pero sólo para confirmar lo grotesco de este espectáculo montado por los gringos para desmoralizar y eventualmente causarle un Spetch o tal vez una súbita Uzcátegui Matheus a la revolución «bolivariana».
¿Qué, quieren hacer que no me olviden? Bien, pues mi valija quiere que la dejen en paz. Yabrán ocasiones para renovadas Esperanza Cardozo y obtener de este modo más Victorias Bereziuk e iniciar desde Julio el camino a una nueva De Vido.
Desaparecer definitivamente, pues las mentiras al fin y al Cobos tienen las patas Can-chica y la cabeza blanca.