El 23N por y para Venezuela
Hace diez años en los días de noviembre de 1998, justo antes de las elecciones en las que resultara electo el hoy presidente Hugo Chávez Frías, comenzamos semanalmente a escribir nuestra columna controversia, tratando de aportar algunas opiniones y elementos que sirvieran para debatir alrededor de la política venezolana, de los vicisitudes y azares y naturalmente de la cotidianidad. Hoy diez años después creemos que el país, nuestras ciudades y ciudadanos se encuentran en peores condiciones bajo todo punto de vista.
Nos corresponde el venidero domingo 23 de noviembre de 2008 ejercer nuestra ciudadanía y expresar nuestras creencias y convicciones sobre la gama de aspirantes y candidatos que tenemos en los Estados y municipios optando a las gobernaciones, alcaldías y diputaciones locales. Dicha elección es tan o más importante de la elección del pasado 2D, cuando logramos detener la emboscada del presidente Chávez de cambiar drásticamente a la Constitución Bolivariana de Venezuela, tratando de imponer una nueva sociedad, Estado y economía.
Hoy los venezolanos estamos citados por la historia. Y quienes hace diez años consideraron que la política era algo sucio y ruin, quienes legítimamente no participaron y se abstuvieron hoy no pueden repetir dicha actitud. Hoy les corresponde ejercer el sagrado derecho de participar, votar y fundamentalmente decidir el destino de sus pueblos, de sus ciudades y de las regiones. Esta elección es realmente importantísima, ella nos permitirá recuperar espacios perdidos, reequilibrar el mapa político electoral del país, nivelar el nocivo y exceso poder que tiene el oficialismo que por cierto no lo ha sabido aprovechar.
De tal manera que la gente debe ser franca consigo misma y con sus valores y expectativas. Siendo así se debe votar en función de lo observado en estos diez años, asumiendo que contamos con un laboratorio en el que pululan algunas cosas buenas, y abundan lamentablemente muchísimas cosas, actitudes y practicas nefastas. Lo cierto del caso es que nuestros estados y ciudades en su gran mayoría han retrocedido, se vive peor, más inseguro, nuestros pequeños empresarios están quebrados y sin asistencia, tenemos aumento del desempleo y descenso de la productividad, más inflación interanual, en fin teniendo tantos recursos financieros hemos retrocedido en muchos ordenes.
Por tanto, el venidero domingo 23 de noviembre de 2008 los venezolanos debemos de votar con consciencia. No dudo que en Mérida como en muchos estados, regiones y municipios se votara por el cambio, por opciones que permitan recuperar la democracia, la institucionalidad, la descentralización. Soy de la óptica que los venezolanos debemos ser mas exigentes y no seguir dando apoyos y cheques en blanco a un supuesto proceso y revolución, que en una década muestra retrocesos y descalabros, en su lugar hay que darle paso a otras opciones, dinámicas y sinergias que refresquen el escenario monolítico, unicolor y personalista del proceso.
En Mérida vamos con todo los hierros a enfrentar por la vía democrática y electoral el estado de postración, incapacidad e ineficiencia en que se encuentra el gobierno regional, y evitar su continuidad en manos de Marcos Díaz Orellana. Mérida como estado y ciudad no son la sombra de los que fueron. La ciudad afeada, insegura y colapsada en muchos sentidos no puede premiar su maltrato reeligiendo al actual alcalde. Frente al maltrato regional y municipal no nos queda más que plantear una opción distinta para y por Mérida y el resto de los municipios, a través de quienes hoy se presentan como legítimos candidatos unitarios de la oposición democrática como son William Dávila Barrios a la Gobernación del Estado andino, y Léster Rodríguez Herrera a la Alcaldía de Mérida.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes