SSXXI a partir del 23/11
La oposición basa sus análisis políticos, proyecciones electorales y planes
de acción en un marco teórico signado por los valores capitalistas. Su
visión del mundo y la vida es totalmente opuesta a la revolucionaria. La
oposición nunca podrá entender, por ejemplo, la propuesta de un solo
gobierno. Para la oposición el poder le pertenece a las cúpulas sean
económicas, políticas o intelectuales; pero jamás lo asumen como una
elemento de la creación humana que permita la emancipación del pueblo. Eso
se debe a la formación del marco teórico. Los oponentes al Proceso
Bolivariano creen en la vigencia del neo-liberalismo como modo de producir
los bienes y servicios que demanda el ser para subsistir hoy. Creen en el
capitalismo estático, conservador de líneas de conducta excluyentes,
pragmático y dominador de la mente del ser para que actúe como objeto o
máquina consumidora. Defienden la democracia que pregona el Imperio y, en
consecuencia, lo respaldan. Están convencidos que el modelo de vida impuesto
a los pueblos de manera dogmática por los gobiernos de EE.UU., y sus aliados
sumisos de Europa Occidental es el que debe imitarse en Venezuela. Importan
ideas, costumbres y productos para cumplir las leyes del capitalismo y así
maximizar las ganancia, razón única del capital. Po lo tanto, su marco
teórico no es compatible con el modelo socialista que se está implantando en
Venezuela. Los conceptos político-ideológicos hacen que co-existan dos
mundos contrarios en una misma sociedad.
Ejemplo de las diferencias conceptuales ubicadas a nivel de la génesis del
pensamiento es el referido al Estado. Habla la oposición de ³la
descomposición del estado actual². Pues es así. Aunque no se trata de la
descomposición sino de la sustitución de la base de funcionamiento del
estado reformista por la nueva institucionalidad donde las leyes que va
creando la Revolución le va dando un nuevo piso a lo que será el Estado
Comunitario, Socialista y Revolucionario. Marcos teóricos diferentes
conducen a la concepción ideológica distinta de la política, la cultura, el
uso de los medios de comunicación, del lenguaje, de la cotidianidad y por
supuesto de lo que manifiesta Chávez, cabeza del movimiento
político-social-cultural-militar en el Continente. Por eso es que nada de lo
que haga el gobierno, ni las organizaciones sociales de base e individuos
emancipados ideológicamente, nada de lo que se concrete en acciones fuera de
su marco teórico será válido para ellos.
Todos tienen razón, tanto la oposición como los revolucionarios al
considerar el 23/11 como el punto crítico que definirá el desenlace de la
coyuntura que ha generado el escenario del 2008. A partir de esa encrucijada
entraremos en la nueva etapa de la Revolución. Les aterra a la oposición
saber que la República será socialista y que a pesar de sus interpretaciones
fuera de contexto, el 23/11 la Revolución se profundiza. El Socialismo del
Siglo XXI, tesis inédita, fresca, sin comparación con ninguna otra
existente, en fase de creación y consolidación, tomará nueva fortaleza. Nada
que ver con comunismo, ni socialismo real ni utópico. El SSXXI es Venezuela
emancipada, poder popular, Bien Común, Cristo, Bolívar, Ché, diferentes
modos de propiedad, distinto modos de producción compatibles y en armonía.
Es la vocería Popular en todas las expresiones del Estado. SSXXI es
solidaridad internacional y tolerancia de esa oposición a pesar de su
oquedad.