¿Quién teme a Vladimir Putin?
El caprichoso y cíclico devenir de la Historia, podría hacer que dos presidentes de Rusia separados en el tiempo por 60 años quedaran hermanados por la recesión económica y el posible regreso a escenarios ya olvidados de Guerra Fría, teniendo como ojo palindrómico a la Península de Crimea (cedida en 1.954 por Jruschov y anexionada por Putin en el 2014). Putin y Jruschov quedarían pues hermanados y pasarían a la Historia como dos iconoclastas que habrían acabado con las herencias del purgador Stalin (histórico discurso de Jruschov en 1956 en el XX Congreso del PCUS denunciando los crímenes y errores de la época de Stalin, el culto a la personalidad y el dogmatismo ideológico) y del cirrótico Yeltsin (demoledora defección de Yeltsin por parte de Putin, acusándole de desmembrar la extinta URSS) y como creadores de nuevos idearios que incluirían la posibilidad de revoluciones por vías pacíficas (desestalinización) y del pragmatismo y el acercamiento a Occidente (oficialismo), aunadas con el objetivo inequívoco de equipararse a EEUU como superpotencia mundial, hija de los ideales expansionistas de Pedro el Grande.
Ascenso de Putin
En su primer mandato como Presidente, Putin logró la defenestración de la primitiva clase dominante proveniente de la época de Yeltsin (oligarcas), corrupta camarilla mafiosa equivalente a un miniestado dentro del Estado Ruso (el 36% de las grandes fortunas concentrarían en sus manos el equivalente al 25% del PIB, (de la que serían paradigmas Berezovksy y Jodorkovski, acusados de evasión y fraude contra el Estado y obligados a exiliarse en el extranjero), procediendo a su sustitución por sujetos de probada lealtad a su persona, sin veleidades políticas y con el único afán de lucro rápido. Posteriormente, silenciando las voces y medios de comunicación disidentes mediante el miedo escénico, la asfixia económica, la incoación de arbitrarios expedientes por delitos fiscales y las vías expeditivas, Putin habría conseguido la desaparición de la oposición propia de los países democráticas y la instauración del oficialismo: doctrina política que conjuga las ideas expansionistas del nacionalismo ruso, las bendiciones de la todopoderosa Iglesia Ortodoxa, los impagables servicios del FSB (sucesor del KGB), la exuberante liquidez monetaria conseguida por las empresas energéticas (GAZPROM) y parte del ideario jruschoviano simbolizado en un poder personalista autocrático, al asumir las riendas de la Jefatura del Estado y la Presidencia del Partido.
Del economismo al Pragmatismo económico
En la esfera económica, Putin estableció como prioridad tras su primer nombramiento como Presidente en el año 2000, la Modernización de Infraestructuras de Transporte y Energéticas y el Desarrollo de Nuevas Tecnologías,(aeroespacial; robótica; bio-medicina; bio-combustibles y nano-tecnología) aprovechando la exuberante liquidez proporcionada por los ingresos del petróleo pero tras la fracasada ofensiva de los países BRICS para cambiar de patrón monetario mundial y sustituir el papel del dólar como moneda de referencia , asistiremos a una reforma monetaria consistente en dejar flotar libremente al rublo en los mercados internacionales y así evitar la continuada sangría de divisas del Banco de Rusia en sus esfuerzos por mantener la paridad del rublo , con unas reservas estimadas de 428.600 millones $, (la más baja desde 2010, medidas calcadas del economismo jruschoviano.
Asimismo, siguiendo la doctrina del pragmatismo económico, mantiene acuerdos preferenciales con la UE para asegurarles el suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios comerciales, debido a la dependencia energética europea (21% de las importaciones de petróleo y 40% de gas proceden de Rusia) y a que el 40% del comercio exterior ruso se realiza con la UE, frente a un exiguo 5% con EEUU, aplicando asimismo una política de diversificación de las ventas energéticas. Así, según la agencia Reuters, Rusia y China habrían sellado un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros), con la que se sentarían las bases económicas de la futura Unión Euro-Asiática como alternativa económica y militar al proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), pieza central de EEUU en su política de reafirmación del poder económico y militar en la región del Pacífico.
El Talón de Aquiles de Putin y Jruschov
Sin embargo, la economía seguirá siendo el Talón de Aquiles de Putin pues la estructura económica rusa controla solo 2,5% de las exportaciones mundiales y adolece de una excesiva dependencia de las exportaciones de gas y petróleo ( el 70 % de los ingresos provienen de estas vías), la devaluación del rublo respecto al dólar ( un 25 % desde que comenzara la crisis de Ucrania) , una inflación galopante que podría alcanzar los dos dígitos a finales del actual ejercicio económico (8,3% en octubre del 2014) y un severo recorte de los Superávits ( un exiguo 0,3% del PIB en el 2014), a lo que habría que añadir la obsoleta planificación estatal herencia de la época jruschoviana, pues el complejo militar, los proyectos espaciales y las subvenciones a la agricultura siguen acaparando la mayoría del presupuesto ruso condenando a la inanición financiera a la industria ligera y la producción de alimentos.
Así, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó 45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 y está previsto que en el 2014 la cifra alcance un monto total cercano a los 60.000 millones $ y respecto a la carrera espacial, Putin anunció que invertirá 52 millones $ con el objetivo de lanzar el primer vuelo tripulado desde la nueva plataforma de lanzamiento de Vostochny (cerca de la costa rusa del Pacífico) en el horizonte del 2.018, establecer una estación permanente en la Luna en el 2020 y llegar a Marte en el 2025 y según lo anunciado por el Jefe de Gobierno Medvédev en un artículo publicado en el diario económico Védomosti, asistiremos a la implementación de un nuevo modelo económico que implicará una drástica reducción del sector público y la consiguiente merma de las prestaciones sociales para el 2014 tras el recorte del 5% en los presupuestos del 2013.
¿Riesgo de default?
La agencia internacional de calificación de riesgos Standard & Poor’s señaló que “el actual modelo económico ruso se ha agotado, funciona al límite de sus capacidades y debe ser reformado con urgencia”. Así, para el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía rusa crecería un exiguo 0,2% en 2014, no siendo descartable la entrada en recesión en el 2015 debido al drástico descenso de la cotización del barril Brent (82,5 $), descenso que tendría como efectos colaterales una reducción del 1,6 % en el PIB anual ruso y un incremento del desempleo hasta el 7% (tasa de paro del 4,9 % en septiembre del 2014). Además, según el Banco Internacional de Pagos (BIS) de Basilea (2013), la exposición de los bancos de la UE a los bancos rusos superaría ya los 160.000 millones de dólares, lo que conllevará serias dificultades para conseguir financiación externa.
¿Nueva Revolución Naranja?
Todo ello conllevará la Agudización de la fractura social al quedar amplias capas de la población obligadas a vivir en umbrales de pobreza y depender de los subsidios sociales ( 30% de la población), debiendo destinar amplias partidas de las reservas para subsanar el rampante Déficit del Plan de Pensiones y acelerar la anunciada Reducción de la Burocracia, quedando así diluidos los efectos benéficos de sus objetivos de impulsar la Vivienda y Sanidad Públicas, Reducción de Impuestos y el Cambio de tendencia Demográfica (la población de Rusia es de 145 millones y adolece de un crecimiento negativo desde 1.991 que se ha traducido en una reducción de 5 millones de personas en la última década.
Por otra parte, a pesar de ser Rusia es uno de los graneros mundiales ( 8% de la producción mundial de trigo), en el 2010 sufrió una sequía sin precedentes que afectó a la parte occidental de Rusia y que provocó que el 20% de sus 10 millones de Has. de sus tierras cultivables quedaran arruinadas, con el que en el supuesto de producirse un desabastecimiento de grano y productos básicos, Putin deberá recurrir a una masiva importación de productos del exterior y dada la depreciación galopante del rublo respecto al dólar, podríamos asistir a escenarios de inflación de dos dígitos y a una Revolución Naranja que movilizará a la sociedad rusa para protestar contra la carestía de la vida, pudiendo reeditarse los disturbios y protestas sucedidas con Jruschov debido a la carestía de la vida (represión del levantamiento de obreros de Novocherkaask, 1962), escenario que aprovechará Putin para defenestrar a su Primer Ministro Medvédev tras ser acusado “de ineptitud manifiesta y negligencia peligrosa” y asumir un poder cuasi omnímodo al aunar en su persona los cargos de Primer Ministro, Presidente de Rusia y Presidente de su partido (Rusia Unida), sufriendo de paso la “sui generis” democracia rusa un severo recorte de libertades plasmado en el culto a la personalidad del último zar de Rusia, Vladimir Putin.
¿Golpe de mano contra Putin?
Sin embargo, las reformas para aligerar la Burocracia y sus fracasos en materia económica , podrían hacerlo impopular en el partido y en la Administración, debilitar el otrora poder omnímodo de Putin y permitir que se fraguara una conspiración para apartarlo del poder que estaría alentada por los oligarcas judíos defenestrados por Putin y obligados a exiliarse en el extranjero Berezovksy y Jodorkovski y en la que será acusado de los mismos cargos con los que decapitó a la camarilla oligarca: abuso de poder, corrupción y delitos fiscales, ( reviviendo el golpe de mano contra Jruschov en 1964 y su sutitución por Leoniv Brézhnev tras ser acusado de culto a la personalidad y errores políticos).
Caso de ser finiquitado políticamente, asistiríamos a la reaparición de la Troika para evitar la acumulación de un poder autocrático y al regreso definitivo de la Doctrina Brézhnev (también llamada doctrina de la soberanía limitada), doctrina que instauró que Rusia tiene derecho a intervenir ( incluso militarmente) en asuntos internos de los países de su área de influencia y que conjugando hábilmente la ayuda a minorías étnicas rusas oprimidas, el chantaje energético, la amenaza nuclear disuasoria, la intervención militar quirúrgica, la desestabilización de gobiernos vecinos “non gratos” y el ahogamiento de la oposición política interna intentará situar bajo su órbita a la mayoría de los países desgajados de la extinta URSS y gestar la Nueva Gran Rusia en el horizonte del 2020, fruto del atavismo de Pedro el Grande.