Polonia una nación que siempre lucho por su independencia
Si hay un país en el mundo que ha luchado, reiteradamente, a través de los siglos para mantener su identidad nacional y recuperar su libertad ha sido, sin dudas, Polonia.
Si tomamos como punto de partida el Reino de Polonia ( 1385-1569) en la etapa de la llamada mancomunidad Polaco-Lituana, tal vez el primer antecedente de una unión europea voluntaria, se trataba entonces de uno de los más poderosos de la Europa de esa época. En el siglo XVII vino un período de declive por rivalidades entre los nobles polacos lo que culminó con la partición de Polonia en 1795 y ese otrora importante reinado fue literalmente borrado del mapa.
Durante la I Guerra Mundial, a partir de 1915, Alemania y el Imperio Austro-Húngaro ocuparon todos los territorios que históricamente habían sido polacos. Al concluir la guerra en 1918 el entonces gobernador alemán von Besseler le cedió el poder al general Polaco Josef Pildsuki el 11 de noviembre de ese año , siendo esta la fecha del resurgimiento del Estado polaco independiente después de 120 años. El Tratado de Versalles que puso punto final a la guerra reconoció la independencia de Polonia agregándole hacia occidente el llamado corredor polaco.
Una guerra contra el Ejército Rojo puso de nuevo en peligro la recién recuperada independencia, sin embargo, las tropas rusas fueron derrotadas cerca de Varsovia por las tropas polacas comandadas por el Mariscal Pildsuski. Se procedió luego a firmar un tratado con la URSS para definir las fronteras entre los dos Estados.
Esta es una síntesis muy apretada de lo que fue la historia de Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo para desgracia de esa nación en 1939, la Alemania Nazi y la URSS, firmaron un tratado de no agresión, conocido como el Tratado Ribentropp-Molotov. La consecuencia de es pacto fue que Alemania se sintió en libertad de invadir a Polonia en Septiembre de 1939 lo que no sólo no fue protestado por la URSS sino que ésta, a su vez, ocupó la otra mitad de Polonia 16 días después de la invasión alemana. Así Polonia, una vez más dejó de existir como un Estado independiente.
Esta pequeña reseña histórica la hago porque tuve la suerte y la oportunidad de visitar recientemente Polonia gracias a una gentil invitación que me cursó la Embajada polaca en Venezuela. Estuve una semana entre Varsovia y Cracovia y ello me dio la oportunidad no sólo de conocer ambas maravillosas ciudades sino también la de conversar con funcionarios públicos, parlamentarios, estudiantes, artistas, y muchas otras personas sobre lo que tuvieron que hacer los polacos para recuperar su libertad, su independencia y sobre todo para superar el yugo del totalitarismo que la aprisionó desde 1939 hasta 1989.
Durante el corto lapso iniciado en1939 en el cual Polonia fue invadida por dos expresiones de un mismo totalitarismo ocurrieron hechos que aún están grabados en la memoria colectiva del pueblo polaco uno de ellos la masacre de Katyn en la que oficiales del ejército, policías, intelectuales y otros civiles polacos fueron asesinados por la policía secreta soviética NKVD dirigida por EL TEMIBLE Lavrentiy Beria. No se sabe el monto exacto de cuantos polacos murieron y fueron enterrados en fosas comunes, pero la cifra que me señalaron fue de que superaron las veinte mil. El famoso director de cine Andrzej Wajda hizo una película sobre esa masacre en 2007.
Ese fue sólo el inicio de la barbarie totalitaria que pretendía borrar, a cómo diese lugar, todo signo de identidad nacional de la dirigencia polaca. No me voy a detener en lo que todos conocen hoy como fue la eliminación sistemática, por los nazis, de los judíos polacos que constituían, antes de la guerra el 10% de los habitantes de Polonia. Perecieron cerca del 90%, muchos de ellos en los campos de concentración situados en diversas localidades en Polonia siendo los más importantes: Treblinka, Auschwitz-Birkenau, Belzec y Sobibor.
No sólo los judíos polacos fueron sistemáticamente asesinados cuando ya no eran útiles para trabajar como esclavos en las fabricas sino también los gitanos y muchos polacos que formaban parte de la resistencia o que no acataban voluntariamente las ordenes de las autoridades alemanas.
Tuve la ocasión de visitar el Museo de la Resistencia Polaca y en particular lo ocurrido en el alzamiento de Varsovia en 1944 en el que murieron 255.000 civiles y por orden de Hitler fue destruida el 85% de la ciudad y todos los edificios históricos. Lo más increíble es que esa masacre y destrucción de la ciudad se realizaron ante a la pasividad del ejercito soviético que estaba acantonado en la otra orilla del rio Vístula y que de no haber tenido ordenes precisas de Stalin de no intervenir hubiesen podido fácilmente impedir la acción demencial de las tropas alemanas. Lamentablemente a los soviéticos les convenía que los alemanes liquidaran a la resistencia polaca que era además de anti fascista anti comunista.
La presunta liberación de Polonia por los rusos terminó siendo otra etapa más de subyugación del pueblo polaco por fuerzas extranjeras, situación que duró hasta 1989, con la caída del muro de Berlín y las acciones emprendidas por Solidaridad para lograr la transición hacia la democracia en Polonia de manera pacífica y sin que hubiese una intervención armada soviética para detenerla.
Como dato curioso los últimos componentes de las tropas soviéticas en Polonia solo se fueron del país el 19 de septiembre de 1993 durante la presidencia de Lech Walesa.
Hoy ya Polonia es de nuevo una nación libre y democrática orgullosa, y con razón, de su pasado histórico.