La escalada de los precios ha mermado la capacidad de compra de los venezolanos, quienes sienten que el dinero les alcanza cada vez menos, pues necesitan más bolívares para comprar la misma cantidad de bienes.
Los incrementos autorizados para el salario mínimo, de 10% en enero y 30% en mayo de este año, se diluyeron con la inflación, y la remuneración básica ha perdido fuerza con respecto a marzo de este año. Entre septiembre de 2014 y el mismo mes de 2013, disminuyó al rededor de 5%; mientras que en comparación con septiembre de 2012, previo a las elecciones presidenciales, la caída del poder de compra es de 15,4%, de acuerdo a las estimaciones de la firma Econométrica.
El salario mínimo integral, que además de la remuneración básica está integrado por el bono de alimentación (que es el 25% del valor de la Unidad Tributaria), también tiene un comportamiento negativo. Ese salario se ubica en Bs 4.949,88 y ha registrado una pérdida de 20,7% en su poder de compra en un lapso de 24 meses.
Si al salario se le suma un bono de alimentación tasado en el 50% del valor de la Unidad Tributaria, se ubicaría en Bs 5.648,38, cuyo poder de compra ha caído 24,4% con respecto a septiembre de 2012.
Henkel García, director de la firma Econométrica, explicó que la caída que registra el salario mínimo integral se debe a la pérdida del poder de compra que tienen los tickets de alimentación.
Explicó que el poder de compra está disminuido no sólo por la inflación sino también por la escasez, que la de hoy es mucho más alta que la registrada en septiembre de 2013 (22%) e igual mes de 2012 (16,3%).
García señaló que los tickets de alimentación muestran una pérdida en su capacidad de compra de 28% entre 2013 y 2014. «En comparación con 2008, es más del 60%».
Explicó que esto se debe a que los tickets de alimentación están tasados de acuerdo con el valor de la Unidad Tributaria, que fluctúa menos que el índice de inflación.
«Los tickets de alimentación, que son el complemento del salario mínimo, ya no rinden de igual manera y compran menos de lo que compraban hace un año», indicó el analista.
Este año la variación del índice de precios al consumidor se ha mantenido en vertiginoso ascenso. La inflación anualizada hasta agosto era de 63,4%, según las cifras del Banco Central de Venezuela.
La escasez de bienes en abril -último mes en el que el ente difundió la cifra- era de 25,3%, y registraba un descenso de 4,1 puntos con respecto a marzo cuando se situó en 29,4%.
En lo que se refiere a alimentos, la escasez en abril fue de 22,5% con una disminución de 4,4 puntos porcentuales en comparación con marzo cuando cerró en 26,9%.
La escasez, que se deriva del control de precios y del retraso en la liquidación de dólares para la importación de materiales, insumos y materias primas para la producción, obliga a los consumidores a acudir a los mercados informales para comprar a precios superiores los productos que no están disponibles en el comercio formal.